Es una cuestión de expectativas. Un cerrajero de guardia es un tío que está en su casa y va a acercarse a la tuya y abrir la puerta, proceso que le lleva menos de dos minutos. Por supuesto, va a cobrarte por ello. Probablemente pase mucho menos de una hora desde que sale de su casa hasta que vuelve, suponiendo que haya un cerrajero de estos en la misma ciudad, o incluso en el mismo barrio en el caso de una ciudad grande.
Si bien el cerrajero es muy libre de decidir el precio, yo tengo la expectativa razonable de que ese profesional no me va a cobrar más por ese servicio de lo que cobraría, por ejemplo, un médico de guardia in situ durante 12 horas en un hospital donde tenga que ejecutar varios procedimientos que le van a llevar mucho más de 2 minutos, sujeto a una presión terrible, y donde su intervención salve la vida de varios pacientes.
Ahora bien, si antes de trabajar tenemos claro el precio del servicio, no hay problema. Simplemente este no ha sido el caso aquí. Ha habido una violación del protocolo por parte del cerrajero al no informar previamente de sus honorarios. Yo entiendo que en estas condiciones, el cliente no está obligado a abonar una cantidad arbitraria y a todas luces abusiva.