El año que viene se cumplen treinta años del supuesto desfalco de 6.000 millones de pesetas (36 millones de euros) de "Pepe el del Popular", el allandés José Pérez Díaz, director de la sucursal del Banco Popular en Puertochico, Santander. Se cree que "Pepe el del Popular" puso en marcha una banca paralela ofreciendo a sus clientes intereses al 12 por ciento y -lo más importante- libres de impuestos. Con el dinero realizaba inversiones o daba préstamos a personas de dudosa solvencia. Cuando el banco descubrió el asunto, puso tierra de por medio durante la friolera de veinte años, refugiándose en lo más recóndito de México, para regresar veinte años después, cuando los posibles delitos cometidos habían prescrito. Huelga decir que él siempre ha negado que se llevase un duro y culpa al banco, hoy desaparecido.
El caso es que un bancario ha vuelto a hacer algo parecido, precisamente en Santander. Se trata de Jacobo V. R. -nieto de un gobernador franquista de Santander de los años cincuenta-, quien habría desfalcado a los clientes de la entidad lusa Novo Banco la cantidad de 50 millones de euros, siempre según sus víctimas, a las que por lo visto ofrecía intereses de hasta el 14 por ciento. El banco ha iniciado un informe "forensic" para aclarar qué ha pasado, pero no pinta bien para la entidad.
En los últimos 15 años, el bancario estuvo captando a conocidos empresarios cántabros con intereses muy por encima del mercado a través de productos "premium". El dinero lo invertía en derivados o fondos cotizados (ETF), ocultaba las pérdidas y falsificaba los informes a sus clientes para que creyesen que ganaban. Cuando el Novo Banco cerró en Santander, el bancario se autoinculpó.
El caso es que un bancario ha vuelto a hacer algo parecido, precisamente en Santander. Se trata de Jacobo V. R. -nieto de un gobernador franquista de Santander de los años cincuenta-, quien habría desfalcado a los clientes de la entidad lusa Novo Banco la cantidad de 50 millones de euros, siempre según sus víctimas, a las que por lo visto ofrecía intereses de hasta el 14 por ciento. El banco ha iniciado un informe "forensic" para aclarar qué ha pasado, pero no pinta bien para la entidad.
En los últimos 15 años, el bancario estuvo captando a conocidos empresarios cántabros con intereses muy por encima del mercado a través de productos "premium". El dinero lo invertía en derivados o fondos cotizados (ETF), ocultaba las pérdidas y falsificaba los informes a sus clientes para que creyesen que ganaban. Cuando el Novo Banco cerró en Santander, el bancario se autoinculpó.
