Eso no es periodismo, esa no es una periodista y la cadena, con concesión administrativa que tiene dar y prorrogar el gobierno, no hace periodismo ni da información. Solo por este corte ya es suficiente prueba de ello. Es vergonzoso.
Lo que todavía es más sintomático es que el hombre estaba hablando, con toda la razón, de las medidas inconstitucionales del gobierno, cosa que es verdad, pues fueron declaradas inconstitucionales. La presentadora, que no periodista ni comunicadora, le corta diciendo que el bichito existe, como si una cosa estuviera ligada a la otra y como si ella estuviera aleccionada para ello (recuerdo al oficial de la Guardia Civil diciendo que estaban trabajando para que no se criticara al gobierno).
De verdad que da igual estar medicado o no, creer en el bichito o no, ser de esto o de lo otro; aquí, lo importante, es que se nos ha quitado la libertad, hasta de expresión y opinión. Lo hacen también empresas que dependen de una concesión del gobierno, se supone que representante de todos los ciudadanos, lo que debería implicar, de manera inmediata, la suspensión de esa concesión. O eso o que se haga como en los países que al menos se pueden llamar democráticos, en los que cada cual puede poner su televisión, radio, periódico o utilizar cualquier medio de expresión. Si ese fuera el caso, pues entonces que corten a quién quieran, que el público tendrá otras televisiones donde no se impida hablar de lo que sea, no como aquí, en donde solo hay dos televisiones de facto, como pasaba hace 50 años.