Hasta el último ucraniano es hasta el último.
Un ejemplo clarísimo de lo que pasa por poner a un judío en el poder: la nación endeudada, arrasada y saqueada por empresas judías. Y, por supuesto, cuando la paz era posible a un precio muy bajo, se denegó para poder ampliar el saqueo.
Zelenski obedece a Sion.
Por cierto, el número 2 del PP es judío. Pobre España