No es nada nuevo. Es más, esa situación es más vieja que el TBO. Diría que sucede desde el principio de los tiempos. Prueba de ello es que hay un viejo dicho que afirma que el hombre promete y promete hasta que la mete, y después de haberla metido se jodió lo prometido.
Esa conducta de prometer para meter, es de fuerte raigambre antropológica y está incrustada en el ADN de los machos de cualquier especie animal, y los seres humanos somos animales, pero con conductas muy ritualizadas. Digo esto porque para evitar que el hombre prometiese, hasta hace no muchos años, las mujeres en edad de merecer acudían a sus citas acompañadas. Hay términos en el idioma Castellano como sujetavelas, carabina y otras cuyo significación alude al control social para evitar que el hombre prometiese, metiese, y se jodiese la promesa. Lo que por aquí los modernos denomináis hacer un MFH (mentir, amar, huir).
Hay además, en ciertas culturas, costumbres ancestrales como la del pañuelo limpio y sin sangre que servía de garantía de la pureza de la novia. El vestido blanco de la novia el día de su boda que simboliza la pureza, y así en todas las culturas, desde el África negra hasta Australia.
El macho tiene insertado en su código genético la dispersión de su simiente a cuantas más hembras mejor. Es puro darwinismo. Y la hembra la selección de los mejores genes para su descendencia. Si lo pensáis las conductas del hombre y de la mujer que relata la noticia, son comportamientos ancestrales teñidos de modernidad. Ha cambiado la forma de relacionarse y de conocerse. El ritual para conocerse y seducirse, esto es un ritual de apareamiento como el de cualquier otro animal, ha pasado en los últimos años de los bares y discotecas a las redes sociales para beneficio de las multinacionales, pero en el fondo todo sigue siendo lo mismo. Desde que el mundo es mundo.
Podría seguir escribiendo un tocho más amplio y extenso, pero creo que no hace falta.
De toda la vida:
El hombre se enamora de lo que ve, por eso la mujer se maquilla
La mujer se enamora de lo que escucha, por eso el hombre miente
