Todas las claves del fracaso de Failjoo y que no leerás en los argumentarios de la PP

_LoKy_

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16 Ene 2013
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El director de EDATV, Javier Negre, desgrana las claves soterradas que explican por qué el PP no ha cumplido las expectativas que ellos mismo vendieron usando una amplia red de medios tradicionales afines que ya no prescriben como hacía unos años. Una amarga victoria electoral de Feijóo que creció en 47 escaños, pero que son insuficientes para doblegar a un presidente del Gobierno al que dieron por muerto antes de tiempo. Este trabajo es fruto de numerosas llamadas en las últimas horas y de haber cubierto prácticamente todos los actos del PP por toda España conociendo sus estructuras y sus juegos de poder. Sus fortalezas y sus flaqueazas.

1) Fracaso del PP en la gestión de expectativas que desmovilizó a su electorado en pleno verano donde era incómodo votar. Se repartieron vicepresidencias, ministerios...Se hicieron publirreportajes de los gurús de Feijóo en grandes medios los días previos al día de las elecciones vendiendo un triunfalismo surrealista. Motivado, dicen, por el protagonismo en la primera parte de la campaña de Miguel Ángel Rodríguez por su papel clave en la preparación del cara a cara de Feijóo. "Hubo celos y contrarréplica", me cuenta un dirigente del PP madrileño. En la recta final de la campaña Miguel Ángel Rodríguez desapareció de la campaña para no despertar más recelos y el núcleo duro gallego de Feijóo volvió a tomar el mando. Comenzaba su semana horribilis.

2) La semana del infierno para Feijóo. El cara a cara había llevado al PP a los 145 escaños, pero alguien en Génova decidió empezar a vender que estaban cerca de la mayoría, a filtrar cargos de Gobierno...Se hizo lo que no se hizo en Andalucía. Vender la piel del oso antes de cazarlo. Muy raro en las estrategias que suele usar Elías de máxima prudencia y siempre vender menos de lo que tenían en los sondeos. Ahí entendí que habían dejado de escuchar a Bendodo en el núclero duro de Feijóo. Aquella semana empezó con las encerrona de Silvia Intxaurrondo en TVE y el error de Feijóo con las pensiones que la izquierda amplificó en sus terminales y llevó el miedo a pensionistas que han sido clave en estas elecciones. Pensaron que Feijóo venía a quitarle las pensiones que les había subido Sánchez. El equipo de campaña de Feijóo le somete a una paliza de mitines en lugares que no aportaban nada y Feijóo, me contaba su equipo, estaba agotado. Tiene 61 años y pesaban para sobrevivir en los juegos del hambre de Sánchez. Dejó de entrenar con tantos mitines tal y como le recomendó Aznar y entrenar junto a la campeona de lanzamiento de martillo de Arizona en un gimnasio. Esos mitines le quitaban tiempo para entrevistas en formatos novedosos a los que renunció Génova por desconocimiento.

3) Comunicación de la lumbalgia: el agotamiento de tres campañas seguidas (contando su alfombra roja por España que le llevó a ser presidente del PP tras la decapitación en prime time de Casado) le pasarom factura. Se encienden las alarmas en Génova donde no saben explicar por qué se están cancelando mitines en Canarias. Dudan de si contar la verdad o no. La verdad no era el incendio de La Palma. La verdad es que Feijóo tenía lumbalgia y un dolor permanente que le hace meterse medicación en vena. Llega tarde al mitin de Palma de Mallorca y genera desconcierto. Finalmente Génova decide comunicar su dolencia y meterlo en Al Rojo Vivo (La Sexta) a comunicarlo justo el día que no iba a aparecer en el debate. Craso error. Ferreras, que había jugado la primera parte de la campaña a apoyar a Feijóo y que tiene permanente comunicación con él, les engaña. Les promete una entrevista cómoda y le lleva al purgatorio cuando su físico no daba para más. Le saca el titular de la lumbalgia y le embarra, con el conocimiento de Moncloa, en el tema que la izquierda ha convertido en tendencia: su relación con Marcial Dorado de hace 22 años. Un tema menor que en el PP gallego decían que nunca había afectado, pero claro teniendo a su servicio a numerosos medios. En Madrid entraban en juego otros presciptores incontrolables para Génova como medios sanchistas o las redes sociales. Feijóo da una imagen de líder débil, no consigue colocar la lumbalgia como una heroicidad. Da visos de ser un perdedor y en su equipo de comunicación no saben reacciones. Les viene grande. Pasaron de un ecosistema controlado en Galicia a la cruenta guerra de Madrid. Feijóo se pasa toda la recta final sin colocar un solo mensaje, exhausto y defendiéndose de los ataques de barro de Sánchez incluso en entrevistas en medios amigos como COPE. "Que llegue el domingo cuanto antes. El jefe está KO con un dolor tremendo. La izquierda se está movilizando", me dicen en su equipo. En Sol empezaban a no entender nada. Ni los ataques a Vox. Ni evidenciar que era un líder herido. No denunciaron ni un escándalo en los medios. La gestión de Sánchez pasaba la última semana sin recibir críticas duras por parte del PP. Dedicó más tiempo Feijóo a defenderse como si él fuese el presidente del Gobierno que el aspirante.

4) Confiar toda tu estrategia a un impostor como Narciso Michavila que siempre repite truco: inflar al PP en la precampaña, convencer a sus dirigentes de que hay que demonizar a Vox para captar el voto del centro e izquierda moderada e ir corrigiendo la estimación conforme se va a acercando el día de las elecciones. Ayer prometió "clavarlo", mintió a la dirección del PP en pleno escrutinio y demostró que todo era una farsa. La prepotencia es una mala consejera. Me recuerda al Arriola que llevó al desastre a Rajoy.

5) Campaña de ataques constantes a Vox, tu socio natural, que provocó que muchos españoles empezasen a comprar el relato de la izquierda de que Vox es el anticristo. A comprar el discurso de la izquierda. Divide y vencerás. Más antiguo que Roma. Esas entrevistas de la última semana de campaña de Feijóo contra Santiago Abascal sobraron. No copió el modelo de sus barones que habían obviado a Vox: hablamos de Ayuso, Azcón, Mazón, Juanma Moreno, López Miras, Marga Prohens...Todos resultaron exitosos y entendieron que la formación de Abascal era una aliada y que no podía comprar el relato de la izquierda de que Vox es la ultraderecha pues provocaban que votantes de Vox se quedasen en casa o que incluso votantes de izquierda moderada a los que prentendían convencer se bajasen del barco popular al ver los pactos del PP en Comunidad Valenciana o Extremadura.

6)Mala gestión de medios por parte de Génova: Hubo una excesiva dependencia de medios tradicionales y grandes grupos de comunicación que ya no influyen lo que influían antes y se subestimó la potencia de medios alternativos. Sánchez fue a medios de nuevo cuño, Youtube, Tik Tok, podcasts...En Moncloa analizaron sus audiencias, sus públicos, hicieron un planteamiento serio y adaptado a los nuevos tiempos. En Génova prefirieron seguir organizando comidas de Feijóo con tertulianos que lo único que hacían era repetir el argumentario como papagayos. Sin pisar la calle. Sin viralizar sus contenidos en redes sociales. Génova jugó la final de la Champions League con un equipo de veteranos ya retirados del periodismom activo y Sánchez movilizó a los Escolares, Maestres y compañía. Les dio cariño. Ayer en la sala de prensa del PP se paseaban con caras descompuestas analistas veteranos que no se habían visto en ningún acto del PP durante de la campaña. Venían a hacerse la foto con Feijóo y a recordarles a su equipo lo mucho que le habían apoyado desde tertulias residuales. Todo con el ánimo de lograr 2.000 euros al mes de RTVE. Génova les dedicó más tiempo antes que a perfiles con millones de seguidores en redes a los que ni llamaron para contarles claves. Sánchez demostró ser un político de este tiempo. Calcó los errores de Rajoy y de Carmen Martínez de Castro, que ahora lo reconocen en privado que se olvidaron de mimar a los suyos. Había una cierta obnibulación en el equipo de prensa del PP por los medios de izquierdas. Más cariño. Más dedicación. Feijóo y su equipo pensaron que el ecosistema de medios de una Galicia donde tenían a toda la prensa controlada era suficiente. Craso error. Aquello era un oasis. No se siguió el modelo Ayuso, Azcón, Mazón o Juanma Moreno que concedieron entrevistas o canutazos a medios irreverentes y políticamente incorrectos para atrapar a esos votantes. En cambio, en Génova se rendía pleitesía a Atresmedia liderada en la sombra por Mauricio Casals, quien se vanagloriaba de haber intrigado contra Esperanza Aguirre y otros dirigentes del PP. Un grupo mediático que jugaba a dos bandas para ganar alguna: al sanchismo y a Feijóo. Nunca entenderé la obsesión del PP por cuidar a aquéllos grupos mediáticos que tanto daño le hicieron.

7) No saber jugar el balón en el barro sanchista: si hay algo que no entendieron en la actual dirección del PP es que al sanchismo no se le puede derrotar desde el fair play. Que se enfrentaban a un presidente carente de escrúpulos y capaz de embarrar el terreno de juego. En las anterior elecciones municipales y autonómicas el PP supo amplificar el escándalo de la compra de votos del PSOE y colarlo en todos los medios. En esta campaña cambiaron de discurso y fueron al juego limpio. Se confiaron pensando que Sánchez no iba a embarrar la campaña y a resucitar los fantasmas del pasado encarnados en la figura de Marcial Dorado, un amigo de la juventud que se pasó al narcotráfico hace 22 años. Un hecho irrelevante pues nunca se descubrió corrupción alguna en Feijóo relacionado con Dorado, pero que el PSOE supo exprimir y embarrar a Feijóo en ese debate. Meterle el medio y que se instalase en su equipo que "no había que ser como ellos". "Nosotros vamos a una campaña en positivo, limpia. No somos como ellos. Allá ellos. Eso victimiza a Feijóo", explicaban desde su equipo. Estaba profundamente equivocados pues renunciaron a mover temas escandoloso como las revelaciones de EDATV sobre los negocios sensuales en B del suegro de Sánchez y donde la mujer del presidente trabajaba como contable. Eran testimonios contrastados y renunciaron a legitimar este asunto escabroso que el PSOE habría explotado hasta la saciedad. ¿Se imaginan qué habría hecho Moncloa si se confirmase que la casa de Feijóo la pagó el dinero neցro de unos prostíbulos repletos de ilegalidades y que su mujer Begoña era la contable? Acribillar a Feijóo. Los medios afines al PP tampoco hicieron su trabajo. Se fueron de vacaciones varios de sus periodistas de investigación estrella. Fue la campaña donde menos escándalos se han producido. Sólo EDATV, Okdiario y El Debate publicaron exclusivas de calado relacionadas con el suegro de Sánchez, el Tito Berni o enriquecimientos en el Gobierno. ¿Dónde estuvieron los demás? ¿Donde estaban esas grandes portadas de los medios tradicionales de derechas con escándalos de corrupción del PSOE como acostumbraban hace unos años? No copiaron la acertada estrategia de guerrilla de Jorge Azcón en Aragón (caso Forestalia), Carlos Mazón en Comunidad Valenciana (casos Mónica Oltra y hermano de Ximo Puig), Marga Prohens (caso Puertos) o Isabel Díaz Ayuso sacando a relucir el bono térmico de Mónica García.

8) Mala gestión de los acuerdos de Gobierno con Vox ralentizándolos desde Génova y 'secuestrando' a barones: si Génova no hubiese interferido en las negociaciones de gobiernos autonómicos el PSOE no habría podido movilizar a su electorado con el miedo a Vox. Si López Miras y María Guardiola no hubiese tenido injerencias de la dirección nacional habrían cerrado sus investiduras en la Región de Murcia y en Extremadura hace ya semanas como hizo Mazón (el más listo de la clase que pactó antes de que Génova pudiese bloquear) y evitando la mala gestión de la comunicación en ambos territorios, especialmente en el extremeño, que solo dio alas a Sánchez. Ambos barones lo tenían hecho hasta que recibieron la llamada de Génova motivada por el miedo que les había metido a Narciso Michavila sobre los pactos con Vox. Frenaron en seco y empezaron a quemarse asumiendo una decisión que no era suya. Cuando Génova detectó este desgaste dio el beneplácito a Guardiola porque había un riesgo real de elecciones y había desgasta al PP por los ataques de Guardiola a Vox, algo que no fue cosa de Génova sino de su gurú ya despedido, Santiago Martínez Vares. En la Región de Murcia como sabían que no había riesgo de un sorpasso de la izquierda de elecciones, prefirieron ir al choque y en ese territorio Vox ha crecido. Si Génova no hubiese comprado el relato de la izquierda de que Vox era la ultraderecha y que no pactarían con ellos, deslegitimando a los barones que sí lo habían hecho, votantes de la izquierda moderada y de centro que veían en la precamapaña como un mal menor los acuerdos con Vox se olvidaron de votar al PP. Fue un tiro en el pie. Hadsta que el PP no entienda que tiene que legitimar los pactos con Vox y vender ese ticket electoral como hace Sánchez con Sumar no habrá margen de mejora. Es el error de no pisar la calle o de no pasear con Alfonso Fernández Mañueco por las calles de Salamanca o Valladolid donde no paran de pedirle fotos por haber tenido la gallardía de pactar con los de Abascal a pesar de las restricciones de Génova y los ataques de La Sexta. Una estrategia que le ha hecho absorber al votante de Vox que ha sacado solo un escaño en Castilla y León a pesar de tener la vicepresidencia y varias consejerías. Azcón también habría pactado antes del 23 de julio, pero le pidieron esperan desde Madrid para no influir en el 23 de julio y él es una persona de lealtades a la dirección nacional.

9) El cara a cara fue el comienzo de los males de Feijóo: A pesar de ganarle el primer debate a Sánchez que pecó de exceso de confianza desde entonces se instaló en Génova el éxtasis repartiendo vicepresidencias, ministerios...Los actos se llenaban como nunca. Todo iba viento en popa. Empezaron a dar por muerto a Sánchez, que esperó su momento. El presidente detectó ese exceso de euforia y llegó a la última semana desencadenado. Sin nada que perder. Y salió a busca el voto de Podemos desencantado con la purga de Irene Montero en el Sumar de Yolanda Díaz. Multiplicó su presencia en medios de la izquierda radical como Público, influencers controlados por Pablo Iglesias e inició una movilización silenciosa de la izquierda amplificando las primeras medidas que tomaba el PP en varias instituciones condicionados con Vox y que movilizaban a su electorado viajero, al colectivo LGTBI, a los artistas. Sánchez sacó toda la artillería y sus barones autonómicos antes de perder el poder habían dejado firmadas millonarias órdenes de compra de publicidad institucional en sus medios más afines que sabían que una derrota de Sánchez les implicaría la quiebra. Cuenta el ex secretario de organización de Ciudadanos y gran conocedor en reparto de escaños y sondeos, Fran Hervías, lo siguiente: "Tras el cara a cara Feijoo vs Sánchez el trasvase del PSOE a PP era del 12%. Al inicio de la última semana (datos del domingo 16) se redujo al 7% y seguramente fue cayendo hasta por debajo del 5% cuando la estrategia se centró en pedir el apoyo del PSOE y no de VOX". Hervías ofreció su apoyo a Génova y fue menospreciado. El PP prefirió fichar a personas que habían renegado del PP incluso públicamente, perfiles desconocidos que solo buscaban recolocarse y que no aportaban nada diferencial.



 
10) La inexplicable ausencia del debate de RTVE: no son pocos los barones que consideran un error no haber participado en ese debate siendo el líder de la oposición. En Génova no supieron explicar por qué no se acudía con argumentos convincentes. Lo de que tenían que estar las fuerzas minoritarias de Bildu y ERC que eran socios de Sánchez no se entendió. Renuncias a un debate a cuatro con un aliado que te puede echar un capote como Santiago Abascal a pesar de tus menosprecios y te vas a una encerrona a comienzos de semana con Silvia Intxaurrondo, la pupila de Iñaki Gabilondo y Zapatero. Los de hay que meter más tensión en campaña. Una entrevista consensuada con Moncloa. La imagen que se dio en el debate fue mala: la unión del bloque de izquierdas contra un Santiago Abascal que se defendió como pudo, pero que habría agradecido la presencia de Feijóo. "Un candidato que quiere ser presidente tiene que ir a todos los debates. Y más cuando lo hizo tan bien en el cara a cara. Error de libro que nos ha salido caro", explica un presidente autonómico del PP.

11) El error de no escuchar a Elías: el director de campaña, Elías Bendodo, no tuvo el poder de decisión que tuvo en las exitosas elecciones municipales y autonómicas. La confección de las listas electorales generó una fricción con Miguel Tellado y su equipo. Eran dos gallos en un corral muy apetisoso. Bendodo venía de ser todo en Andalucía. De tener mando en plaza. De arrasar en Málaga y Andalucía. Tellado venía de la misma situación en Galicia. Ambos, desde la cordialidad, pugnaron por ser el hombre que más susurraba a Feijóo y en esta campaña el equipo de Tellado y su núclero duro, Marta Varela y Mar Sánchez, tomaron el control.Bendodo se centró en los trackings, análisis demoscópicos y en hacer una campaña de bajo perfil, gran parte cerca de su familia a los que no había podido ver demasiado. Sorprendente fue que no estuviese en el debate de Atresmedia la persona que mejor le preparó el debate a Juanma Moreno en las elecciones de la mayoría absoluta. Para evitar generar tensiones innecesarias, Tellado tampoco fue al debate. "Eso es cosa de Esteban González Pons. Hay reparto de papeles y roles y todo va bien", trasladaban en su equipo restando importancia a una situación que era vox populi en las baronías del PP por la falta de comunicación entre el equipo de Bendodo y el de Tellado.

12) Una campaña sin "un duro" en comparación con los recursos ilimitados de Moncloa: hay un discurso que se repitió en la precampaña en la mayoría de gerentes del PP en sus estructuras territoriales: "Estamos sin un duro. A ver cómo hacemos esta campaña". Génova aún no había recibido las subvenciones de los resultados de las municipales y autonómicas y llamó a sus gerentes autonómicos para pedirles ayuda. Se encontraron con arcas muy debilitadas. En la sede del PP apenas majejaban dinero desde la caída en diputados de Pablo Casado y la pérdida de poder institucional. Se planteó una campaña low cost, con actos muy baratos y muy concentrados en un mismo día. Una campaña incómoda para Feijóo como contamos anteriormete y que llegó a comer hasta en estaciones de servicio. En el otro bando manejaban publicidad institucional y recursos casi ilimitados. En Génova tuvieron que pedir un préstamo y la inclusión en listas de personas de confianza de Feijóo se debió también a la posibilidad de que hubiese un fracaso y poder dar así un sueldo a sus fontaneros mayores. Aquella inclusión extrañó en el PP de Madrid pues no eran de la comunidad autónoma. Esto parece criticable, pero lo hacen todos los partidos. Pagar a sus asesores con sueldos públicos.

12) Mala gestión de la noche electoral tras los resultados: cuando ayer se conoció en Génova que los números hacían prácticamente inviable echar a Pedro Sánchez lejos de hacer autocrítica se optó por seguir en el mensaje de atacar a Vox por haberles arrebatado escaños en provincias clave. Un diagnóstico que, con números en la mano, niegan en la sede de Bambú. Lejos de aceptar que era un mal día para España porque el sanchismo, a pesar de todas sus atrocidades, sobrevivía en Génova vender una victoria y cargar contra Vox que sí asumió los malos resultados. Se montó una improvisada obra de teatro tras horas decidiendo Feijóo qué hace con los suyos y se optó por la peor opción: salir al balcón de Génova con Ayuso y evidenciar que una parte del electorado considera a Ayuso como una candidata más preparada para derrotar a un candidato del siglo XXI como es Sánchez. "No sabíamos que hacer. Era difícil, pero tratamos de no caer en la depresión colectiva", me contaba un fontanero de Génova. Se quedaron hasta las dos de la madrugada en la séptima planta el comité de dirección y poco a poco empezaron a salir los Tellado, Sémper y demás dirigentes del PP. Todos con la cabeza gacha, con las camisas desplanchadas y sin querer decir nada. Era una sensación de desolación que ahora los asesores de comunicación de Génova tratan de esconder con artificios como colgar una pancarta de Feijóo de vencedor cuando toda España sabe que en la práctica el ganador es Sánchez. Un candidato al que subestimaron vendiendo su piel antes de cazarlo. Hoy convocaba Feijóo comité de dirección informal. Andaba todavía en shock. Sin entender nada. Sin entender que esa campaña de Verano Azul ha relajado tanto al electorado de derechas que se ha confiado. Un electorado al que no se le ha recordado todas las barbaridades del sanchismo. Esta tarde habrá Junta Directiva Nacional y me cuenta un barón con ironía que habrá "aplausos huecos" a Feijóo. No habrá críticas delante del jefe. Off the record ya han comenzado. Y entre la militancia también. Se viene marejada en el PP. La reapertura de un debate que los implicados cerraron con lealtad tras la traumática salida de Casado que dejó a Ayuso también tocada respecto a otros barones: ¿Quién es el mejor candidato para derrotar a Sánchez? ¿Feijóo o Ayuso? ¿O Juanma Moreno? Lo escucharán estos días. No me digan que no les avisé. No hay nada cómo ver a esos periodistas que sususarron a Feijóo optar por atacar a Vox cambiar de bando en cuestión de días. Casado y Egea saben de lo que hablo. Y me reconocen que al menos les avisé.

 
10) La inexplicable ausencia del debate de RTVE: no son pocos los barones que consideran un error no haber participado en ese debate siendo el líder de la oposición. En Génova no supieron explicar por qué no se acudía con argumentos convincentes. Lo de que tenían que estar las fuerzas minoritarias de Bildu y ERC que eran socios de Sánchez no se entendió. Renuncias a un debate a cuatro con un aliado que te puede echar un capote como Santiago Abascal a pesar de tus menosprecios y te vas a una encerrona a comienzos de semana con Silvia Intxaurrondo, la pupila de Iñaki Gabilondo y Zapatero. Los de hay que meter más tensión en campaña. Una entrevista consensuada con Moncloa. La imagen que se dio en el debate fue mala: la unión del bloque de izquierdas contra un Santiago Abascal que se defendió como pudo, pero que habría agradecido la presencia de Feijóo. "Un candidato que quiere ser presidente tiene que ir a todos los debates. Y más cuando lo hizo tan bien en el cara a cara. Error de libro que nos ha salido caro", explica un presidente autonómico del PP.

11) El error de no escuchar a Elías: el director de campaña, Elías Bendodo, no tuvo el poder de decisión que tuvo en las exitosas elecciones municipales y autonómicas. La confección de las listas electorales generó una fricción con Miguel Tellado y su equipo. Eran dos gallos en un corral muy apetisoso. Bendodo venía de ser todo en Andalucía. De tener mando en plaza. De arrasar en Málaga y Andalucía. Tellado venía de la misma situación en Galicia. Ambos, desde la cordialidad, pugnaron por ser el hombre que más susurraba a Feijóo y en esta campaña el equipo de Tellado y su núclero duro, Marta Varela y Mar Sánchez, tomaron el control.Bendodo se centró en los trackings, análisis demoscópicos y en hacer una campaña de bajo perfil, gran parte cerca de su familia a los que no había podido ver demasiado. Sorprendente fue que no estuviese en el debate de Atresmedia la persona que mejor le preparó el debate a Juanma Moreno en las elecciones de la mayoría absoluta. Para evitar generar tensiones innecesarias, Tellado tampoco fue al debate. "Eso es cosa de Esteban González Pons. Hay reparto de papeles y roles y todo va bien", trasladaban en su equipo restando importancia a una situación que era vox populi en las baronías del PP por la falta de comunicación entre el equipo de Bendodo y el de Tellado.

12) Una campaña sin "un duro" en comparación con los recursos ilimitados de Moncloa: hay un discurso que se repitió en la precampaña en la mayoría de gerentes del PP en sus estructuras territoriales: "Estamos sin un duro. A ver cómo hacemos esta campaña". Génova aún no había recibido las subvenciones de los resultados de las municipales y autonómicas y llamó a sus gerentes autonómicos para pedirles ayuda. Se encontraron con arcas muy debilitadas. En la sede del PP apenas majejaban dinero desde la caída en diputados de Pablo Casado y la pérdida de poder institucional. Se planteó una campaña low cost, con actos muy baratos y muy concentrados en un mismo día. Una campaña incómoda para Feijóo como contamos anteriormete y que llegó a comer hasta en estaciones de servicio. En el otro bando manejaban publicidad institucional y recursos casi ilimitados. En Génova tuvieron que pedir un préstamo y la inclusión en listas de personas de confianza de Feijóo se debió también a la posibilidad de que hubiese un fracaso y poder dar así un sueldo a sus fontaneros mayores. Aquella inclusión extrañó en el PP de Madrid pues no eran de la comunidad autónoma. Esto parece criticable, pero lo hacen todos los partidos. Pagar a sus asesores con sueldos públicos.

12) Mala gestión de la noche electoral tras los resultados: cuando ayer se conoció en Génova que los números hacían prácticamente inviable echar a Pedro Sánchez lejos de hacer autocrítica se optó por seguir en el mensaje de atacar a Vox por haberles arrebatado escaños en provincias clave. Un diagnóstico que, con números en la mano, niegan en la sede de Bambú. Lejos de aceptar que era un mal día para España porque el sanchismo, a pesar de todas sus atrocidades, sobrevivía en Génova vender una victoria y cargar contra Vox que sí asumió los malos resultados. Se montó una improvisada obra de teatro tras horas decidiendo Feijóo qué hace con los suyos y se optó por la peor opción: salir al balcón de Génova con Ayuso y evidenciar que una parte del electorado considera a Ayuso como una candidata más preparada para derrotar a un candidato del siglo XXI como es Sánchez. "No sabíamos que hacer. Era difícil, pero tratamos de no caer en la depresión colectiva", me contaba un fontanero de Génova. Se quedaron hasta las dos de la madrugada en la séptima planta el comité de dirección y poco a poco empezaron a salir los Tellado, Sémper y demás dirigentes del PP. Todos con la cabeza gacha, con las camisas desplanchadas y sin querer decir nada. Era una sensación de desolación que ahora los asesores de comunicación de Génova tratan de esconder con artificios como colgar una pancarta de Feijóo de vencedor cuando toda España sabe que en la práctica el ganador es Sánchez. Un candidato al que subestimaron vendiendo su piel antes de cazarlo. Hoy convocaba Feijóo comité de dirección informal. Andaba todavía en shock. Sin entender nada. Sin entender que esa campaña de Verano Azul ha relajado tanto al electorado de derechas que se ha confiado. Un electorado al que no se le ha recordado todas las barbaridades del sanchismo. Esta tarde habrá Junta Directiva Nacional y me cuenta un barón con ironía que habrá "aplausos huecos" a Feijóo. No habrá críticas delante del jefe. Off the record ya han comenzado. Y entre la militancia también. Se viene marejada en el PP. La reapertura de un debate que los implicados cerraron con lealtad tras la traumática salida de Casado que dejó a Ayuso también tocada respecto a otros barones: ¿Quién es el mejor candidato para derrotar a Sánchez? ¿Feijóo o Ayuso? ¿O Juanma Moreno? Lo escucharán estos días. No me digan que no les avisé. No hay nada cómo ver a esos periodistas que sususarron a Feijóo optar por atacar a Vox cambiar de bando en cuestión de días. Casado y Egea saben de lo que hablo. Y me reconocen que al menos les avisé.

Un estudio muy completo.
A mi me ha convencido.
es razonable que todo esto pasara factura
 
Muy bueno en cualquier caso al PP le dan los números para Gobernar España : PP+VOX+UPN+CC +...(PNV o JUNTS) como toda la vida , lástima que VOX haya amenazado con Ilegalizar el PNV o que el President de JUNTS, el Sr. Puigdemont este en el exilio y perseguido por la Justicia Española....cosas que pasan...
 
La charo extremeña es más culpable que Feijoo. Hizo propaganda de la mercancía de la izquierda, que viene VOX, que viene la ultraderecha....

Esa mujer que no me cae bien debería responder ante todos los españoles que han votado a la rerecha.
 
Un estudio muy completo.
A mi me ha convencido.
es razonable que todo esto pasara factura

Demasiadas palabras "a posteriori". El "estudio" obvia la obviedad más obviedosa: el PP sabía que no tenía nada qué hacer antes de empezar la campaña. ¿A que ahora encaja todo?
 
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