La vi en el cine, para mi generación fue una película que marcó un antes y un después, pues abrió la puerta a los FX por ordenador que ahora ya estamos tan acostumbrados. Pero pocas (o casi ninguna...) vez he salido tan alucinado del cine.
Y, simplemente, no estoy de acuerdo en lo que dices, 'niego la mayor'
. Es la demostración de que la fruta política se ha metido en todo.
A nadie le importaba una hez que fuera mujer, que fuera madre. Era una historia cojonuda, con buenas interpretaciones (Chuarche haciendo de robot que es lo suyo), con un ritmo trepidante, mucha acción, y efectos especiales de flipar. Y hasta creíble, a pesar de lo que cuenta la historia. Un blockbuster con letras gigantes.
No recuerdo que nadie se parase a analizar ni siquiera que Sarah O'Connor fuera un papel femenino, para entonces nadie había oído hablar jamás del heteropatriarcado, ni se analizaban la relación de los protagonistas con perspectiva de género.
Las feministas no existían, eran dos (literalmente...) locas con el pelo azul en el instituto o la universidad a las que absolutamente nadie les hacía ni el menor caso. No sabíamos ni qué reclamaban.
Eran personas NORMALES, que en situaciones hipotéticas de ciencia ficción, actuaban con normalidad. No como actuaría cualquiera, sino seguramente como nos gustaría actuar a cualquiera. No vendían valores morales, no estaban por encima del bien y del mal, simplemente era una madre medio 'barriobajera' que se cagaba en los pantalones por la situación que estaba viviendo, pero que le echaba dos ovarios para proteger a su hijo. Y ya.
La fruta hez es que ahora hasta intentamos echar hacia atrás, y retrotraer nuestra estultidez actual a épocas en las que no existía en absoluto. Nadie remarcó en ninguna entrevista ni en ninguna publicación que la protagonista fuera una mujer, nadie le quiso poner unos valores políticos o algún tipo de reclamación 'macro' que ahora siempre viene en el pack.
Por eso ahora no funciona. Porque piensan primero en el folklore, incluso en la futura reacción de los fulastres y ofendiditos de turno, antes que en hacer una buena película.