Ahora bien, dejadme que os aporte una anécdota personal que me ha parecido muy entendedora. Uno de los ejemplos más claros de que aquí algunos no han entendido el momento en el que viven es la factura que me han soplado en una cafetería en una zona muy normalita de la capital antes de que me recogiera el taxi que me llevó a esta terminal. Fijaros: “sándwich variado de pollo y lechuga con pan integral” son 7,45 euros, un “refresco de coca cola Light” 5,25, un “snack de patatas en sobre pequeñas” 3,55 euros, “una minitarta de queso farggi precocinada” 5,25 euros, una “chocolatina huesitos” 2,85 euros y “un puñetero café solo sin azúcar ni sacarina” 1,95 euros. El total de tan exquisito menú ha ascendido a 26,30 euros. Obviamente no lo he pagado y "hemos llegado a un acuerdo", una quita del 50% que para algo uno se ha dedicado unos años a esto de la bolsa.
¿Tendrá esto algo que ver con el recorte zapateril?. Innovar para ganar más no era esto, no era apuñalar al prójimo aunque sea catalán, que está igual de feo. Si desean enfrentarse a una caída en la facturación deberían de idear otros mecanismos, esto sólo ayuda a que uno como yo no vuelva, y si lo hace será con mi abogada.