Años 90. Estadio de las Gaunas. Partido Logroñés- Real Madrid. Arbitran Gracia Redondo y dos linieres que llegan en un coche.
El aficionado rionano se pimpla la tercera cerveza mientras vocifera "GUTI, GUTI, GUTI MARICÓOOON" y apura una faria. En el descanso se come un bocadillo de chorizo que ha traído de casa y da un repaso a la bota de vino. En la segunda parte, se engancha a la valla y amenaza al linier con tirarle al río como siga levantando el banderín. El Tato Abadía es amonestado verbalmente por meterle los tacos en la rodilla a Guti por hacer un cañito innecesario.
Año 2021. Mismo partido (ficcionemos que hay público en el estadio, que ya ni eso ) Arbitran 10 personas más el VAR que llegan en un autobús.
El aficionado riojano es cacheado antes de entrar al estadio y se le quita la bota de vino y el bocata. Pide un aquarius light (lo más fuerte que dan en el bar del estadio) y escucha por megafonía una campaña institucional contra la homofobia. En los prolegómenos asiste estupefacto a una pachanga promocional del Logroñés Féminas. No puede fumar, y los insultos tienen que ser con perspectiva progre. El neoTatoAbadía es expulsado por despeinar al Neymar de turno hacer insensateces con el balón. Cuando por fin hay un gol, nuestro aficionado tiene que esperar 10 minutos al análisis del VAR y el VOR para poder cantarle.
Año 2022. El aficionado riojano se queda en casa viendo tiktoks.