Gracias por tu comentario Sentry, son siempre comentarios buscando tocar hueso a pelo y eso me gusta.
Verás, yo no soy todopoderoso, soy el Mashiaj. El único todopoderoso es Ha Kadosh Baruj Hu, también conocido de tropecientas maneras más. Pero siempre es el mismo. O la misma. No tiene sentido definirlo, porque es nosotros y somos ello.
Si pudiese invocar trillones me habría forrado en billetes y oros hace años y fijo que me lo hubiese gastado en fruta perdición y depravación absolutas. A pelo y sin condón.
Con el tiempo he llegado a entender por qué soy yo y no otro, con la de gente que hay. Independientemente de la revelación, de la gematría, de mi carta natal, de todo lo que apunta directamente a mi pobre persona intrascendente para una Misión tan importante para todos nosotros. Hay una razón puramente lógica a poco que entiendas nuestra naturaleza. Un hombre, normal, de lo que los españolitos entienden como clase media, un precariado al que no le falta de nada, con una buena educación en colegio privado, familia venida a menos, en un país medio tirando a rico, con opciones para aprender y educarse pero el requerimiento del esfuerzo personal para llegar a ello. Lejos de los tentáculos de las elites pero lo bastante cerca como para conocerlos bien. Lo bastante lejos de la miseria como para no licuar únicamente por sobrevivir. A ello coadyuvó mi temperamento, pero eso ya lo trataré si procede. No quiero contar demasiado y recibir una reprimenda después. He tenido problemas de conexión desde ayer y eso quiere decir algo, aunque a veces no sé exactamente el qué hasta que pasa un tiempo o pasan más cosas. En fin, es un trabajo sin fin. Cuando crees que has llegado, vuelves a empezar desde la casilla de salida.
"No existen las casualidades"
Respecto a por qué Dios no te ha hecho rico. Pregúntaselo. Yo puedo conjeturar lo que sé, que a veces se tiene por méritos y otras lo tiene gente impura que está disfrutando de cosas que realmente no tienen tanto valor para que cuando se defiendan en el Juicio se les indique amablemente que ya han disfrutado de los réditos de las buenas acciones que hagan en vida. Recuerda que sus actos para enriquecerse dejan cadáveres por el camino, sufrimiento de otras almas hermanas y además esclaviza al propio beneficiario de esa fortuna, pues viven para su dinero. Ser un me gusta la fruta no compensa jamás, aunque aparentemente lo pueda parecer. Vivimos en un mundo donde el bien y el mal coexisten, pero en el espiritual no es así.
"Las cosas que realmente tienen valor no tienen un precio"