Por cierto, se me olvidó contestar esto: ...
Su exposicion clara y el planteamiento sencillo de sus razonamientos no deberia dejar lugar a dudas. Solo la excusa jovenlandesal de no haber ahondado suficientemente con anterioridad en el tema redimiria a las que, hasta ahora, discutian energicamente con Ud sobre este particular.
Edito, no merece la pena.
El silencio, tornado o no en rectificacion o obcecacion nos hablara de la esencia de sus verdaderas naturalezas...
"Después del dolor viene el placer y contento de sí".
Cualquier seguidor de Epicuro entendera que una mujer de sana jovenlandesal a la que, ante su ceguera cerebral, se le muestre la realidad de las cosas deberia ser gozosa y corresponder con muestras de agradecimiento.
Personalmente me entristece ver como, desde que tragaron el anzuelo materialista del Capitalismo, las mujeres han sido engañadas y despojadas de su feminidad. Han acudido gozosas en tropel a la rueda de la productividad, pensando que 8 horas al dia en una oficina, en citas con clientes, o fregando escaleras encontrarian la "realizacion personal", aunque para ello deban renunciar a aspectos tan basicos de su naturaleza como la maternidad. Es un error portentoso.
Diario de una "superwoman" cualquiera:
Se levanta a las 7, lleva a los niños al colegio, entra en la oficina, va a la peluqueria, se depila, dicta cartas, firma talones, se cita, almuerza con clientes, lucha, ordena, compite, se pone guapa, lleva a los niños al dentista, llega a casa, organiza la cena, recibe amigos del marido, le da apoyo jovenlandesal y se lo ama, y ademas, ha de ver la TV. Maravilla que no escriba un diario ¿Que perversa Ana Frank de las superwomans dejara narrada en toda su intensa melancolia la apuesta de estas mujeres? ¿Que fuerza interior les impulsa a soportar al incompetente del jefe, al pelmazo del marido y el egoismo insaciable del hijo que le pide una berza de Fanta y otra de Cocacola?
Si querian demostrar que podian lo han demostrado. ¿Y ahora que? ¿No seria mas sabio, y por supuesto mas descansado, lo de antes? ¿Tan mal lo pasaban nuestras madres y abuelas que la mujer de hoy se empeña en ese ajetreo polifacetico que puede acabar con sus nervios? Esta duda metafisica es la recompensa de la "triunfadora", la que no ha "triunfado" todavia no duda.