Muchas gracias por el aporte. Desconocía la existencia de este magnífico complejo arquitectónico.
He leído el artículo que has enlazado y esta obra es una obra colosal, con todo tipo de refinamientos y lujos. Y tras la muerte de Franco se dejó abandonada progresivamente y a punto estuvieron de derribarla "para construir casas".
Afortunadamente se restauró y ahora se está promocionando su uso. Habría que estudiar quienes promovieron su restauración. Pero parece que fue un movimiento de la gente de la calle, que se opuso a su demolición.
Es inaudito cómo este país se ha endeudado hasta las cejas con el R78, haciendo todo tipo de gastos supérfluos, mientras monumentos como éste, y como la estación de Canfranc por poner otro ejemplo, se han dejado echar a perder.
De Paradores Nacionales hablamos otro día. Que buenos edificios históricos que se hubieran perdido rehabilitaron. Bueno, pues dos veces quebraron durante la "democracia". Y mira que es turismo del caro, del que deja divisas, pero es lo que tiene poner más jefes que indios sin que nadie se haga cargo de la cadena de custodia de la caja de los cuartos como le pasó a la mochila de Vallecas:
-Aaaaah, no ha sido en mi turno.
Pero éso es un edificio señor y supongo que lo hicieron así para hacerle la pelotilla al Girón de Velasco que era de allí y de hecho la Universidad Laboral llevaba su nombre.
"Estas obras se critican durante cincuenta años pero luego duran quinientos" (sic un viceministro ruso de educación que vino por aquí a husmear).
En cualquier caso los edificios hay que llenarlos de personas.
Las Laborales eran un conjunto de centros de enseñanza que dependían del Ministerio de Trabajo y no del de Educación, que era el sitio donde había encontrado "más fulastres por milímetro cuadrado"(sic) de todos los sitios donde había estado la señá Esperanza Aguirre
y mira que ésta ha tenido recorrido por nuestra administración.
Se impartían maestrías industriales y peritajes -lo que hoy día se llama ingeniería técnica- pero también bachillerato y cursos de formación de adultos y lo que demandara el desarrollismo industrial de la época. De modo que si uno iba por el textil se iba a Eibar independientemente de dónde viviera. Si lo que quería estudiar iba por lo marítimo-pesquera se iba a Vigo, si era cosa industrial pues a Sevilla o a Tarragona, que no me acuerdo. Telecomunicaciones a Alcalá de Henares, etc.
Y había dos universidades laborales femeninas (entonces la enseñanza era segregada*) en Cáceres y en Zaragoza.
El caso es que convivían gallegos con canarios, o castellanos con baleáricos en la misma habitación pues en ellas la mayor parte del alumnado era interno y becado. Desde los calcetines y zapatillas de deporte o el precio del billete de autobús a casa en vacaciones, hasta los folios y los cuadernos corrían por cuenta del centro.
Y, que quieran que no, contribuyeron a que desapareciera la clásica frase que uno acababa diciendo cuando visitaba esos pueblos de Dios y alternaba con algún pastor o cabrero:
-Qué lastima que este hombre no haya estudiado.
En un principio la enseñanza no estaba homologada y los alumnos tenían que examinarse en los centros oficiales, pero tras unos reproches sin palabras (los de la escuela oficial de peritos de telecomunicaciones intentaron hacerles un examen distinto a los de Alcalá porque la proporción de aprobados era insultante frente a los suyos) terminaron homologándoles la enseñanza y dando oficialidad a los títulos emitidos.
Les dieron un bajonazo cuando pasaron a depender del Ministerio de Educación y la puntilla se la dieron al pasar cada una a depender de su autonomía correspondiente que acabaron con la labor de conjunto que hacían.
Pero antes de las Universidades Laborales ya había Institutos Laborales.
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FREE ZOUHAM o abandonad toda esperanza.