Séneca en su libro sobre la brevedad de la vida, reprocha a la gente el poco interés por vivir vidas plenas, dedicando el tiempo de vida a metas tan banales como conseguir riqueza y posesiones que quedarán ahí para otros.
«el espacio que vivimos no es vida sino el tiempo que has dedicado para ti.
No tenemos poco tiempo sino que perdemos mucho en conversaciones banales con gente que no nos importa, lidiando con clientes molestos o cumpliendo con inútiles obligaciones sociales, eso se traduce en vida mal administrada.
La ceguera de las mentes humanas es tal que nadie consentiría regalar su dinero o que otros ocupen sus propiedades. Sin embargo, no tienen ningún reparo en introducir a gente superflua en sus vidas, son de puño cerrado a la hora de mantener su patrimonio y a la vez derrochadores del único objeto con el que es honrado ser codicioso : EL TIEMPO.