Esto me ha recordado aquel chiste en que un cateto se fue de pilinguis, y queria a la mas barata que tuviesen. Entonces le llevaron a una habitacion donde habia una subida de peso de 250 kilos completamente abierta de piernas con un shishi que parecia la via de un tren. Y la fruta con una voz casi como salida de ultratumba exclamo: ¡vamos, cometelo! Y el cateto grito: ¡no por favor, a mi no!