En el País Vasco, con la crisis y debido a estas ayudas, el número de pagapensiones ha crecido exponencialmente.
Los pagapensiones que más han aumentado son los más conflictivos: magrebíes, subsaharianos, etnianos rumanos. Muchos de ellos directamente relacionados con graves delitos: robos, violaciones, tráfico de drojas, asaltos a viviendas, agresiones, violencia, etc.
Incluso las estadísticas oficiales confirman la relación entre inmi gración y delincuencia. La policía municipal de Bilbao reconocía en 2011 que el 55% de los delitos cometidos en Bilbao (y casi el 90 de las violaciones denunciadas) fueron cometidos por jóvenes Magrebíes. Y eso que estos datos salen a la luz muy esporádicamente, pues son sistemáticamente ocultados y falseados.
Alrededor de todo esto hay un floreciente negocio: el de las ONGs. Auténticas redes clientelares sostenidas con fondos públicos, ajenos a cualquier control, y estrechamente ligados a organizaciones extremistas.
La izquierda radical y Bildu apoyan incondicionalmente esta inmi gración masiva y subvencionada, con el único propósito de generar un auténtico polvorín social, y lo cierto es que lo están consiguiendo.