Pues yo sólo veo que para alardear de no religiosas, creen en la transmutación de la carne y del espíritu:
Se sienten oprimidas por el rol tradicional de la mujer de hace 100 años, y explotadas y dolidas por el trato que tienen algunas de ellas en el tercer mundo. Es como el sordo del palomó, que oye las horas pero los cuartos no.
Por la misma regla de tres, yo me podría sentir con frío, mojado, sucio, y con disentería por que hace 100 años había una primera guerra mundial, quizás me siento mutilado por la metralla, como los centenares de miles de "gárgolas rotas" del conflicto.
También me puedo sentir accidentado laboral de las minas, de la obra, o sediento y a la deriva como un marinero perdido en altamar.
O si me transmuto geográficamente como ellas hacen, también me puedo sentir decapitado por los zetas, torturado, robado, me puedo sentir niño soldado sin infancia, las agresiones que sufrimos son mucho más atroces.
Así que no entiendo esa extraña postura de hacer viajes astrales espacio-temporales para recolectar dolor, injustícias, y heridas ajenas de gente que tienen un aparato genital como el tuyo para mostrar unas heridas inexistentes, sentir unos agravios imaginarios, dar pena y poder señalar con un dedo acusador a quien no les ha hecho nada cuando la realidad es que las mujeres del mundo desarrollado son unas pusilánimes señoritingas que han vivido entre algodones y tienen un trato de favor en todo. Hasta el punto de propiciar que los bobiernos hayan implantado un régimen de total indefensión jurídica si eres hombre, con sus tribunales de excepción y demás.
Extraña costumbre esta de la transmutación de la carne cuyo paralelismo es palpable en quienes dominan a nuestros gobernantes mientras usan como defensa los tatuajes ajenos de unos campos de concentración.
Muy curiosa la forma en que nos manipulan a base de falacias.