Curioso como los altos mandos suelen tener hombros estrechos, bracitos de lápiz y mentón de cristal, también los hay rellenitos, pero todos tienen manos de burgues.
Uno se pregunta si son realmente conscientes de lo que hablan y lo que es realmente una guerra, para más burla, en las raras ocasiones que los capturan, no les tocan un pelo y los tratan como a princesos cuando son primeros a los que deberían desollar vivos.
Eso sí, todos tienen el pechamen lleno de hierros y mil batallitas de cosa del tipo la subnormalada que contaba una vez Pedro Baños en Cuarto milenio que le dispararon al avión en que iba en una misión de paz nosedonde, y los periolistos acojonados pero él muy tranquilo, con las balas trazadoras perforando el fuselaje POR DENTRO.
Vaya risas me pegué, para empezar porque las trazadoras meten solo una cada muchas para corregir trayectoria de disparo en arma de alta cadencia, con que si ves una sola, ten por seguro que te han entrado 20, segundo, las trazadoras no suelen perforar una cosa porque la carga pirotécnica cambia sus propiedades balísticas, tercero, porque las balas que entran suelen ponerse a rebotar por dentro.
Esa gentecita siempre te cuenta batallitas de tebeo, bueno, a uno hijo de tal, por acercarse un momento en coche a cierta situación le anotaron una mención honorifica, mientras a nosotros que tomamos parte en ella, ni las pilinguis gracias, así no me extraña que todos lleven el pechamen cubierto de cosas.