Cuando comprendas que la planificación no consiste en elegir quien te ama el ojo ciego sino quien y como se controlan los medios de producción, te estalla la cabeza
pues no... consiste en imponer quién te ama el ojo ciego...
en un marxismo tu fuerza laboral (tu ojo ciego en este caso) pasa a ser propiedad de la planificación colectivista... esa que se apropia del medio de producción para el que tú tienes que remar...
en un capitalismo podemos discutir si tu fuerza laboral se paga a un precio justo, o si le puedes sacar más pasta vendiéndosela a fulano s.a. o a mengano s.l... o explotándola tú mismo como autónomo... es tu ojo ciego y lo rentabilizas como quieras/puedas...
pero en un marxismo esa fuerza laboral ya no te pertenece... la pones dónde, cómo, y cuádo, el planificador te diga... porque el ojo ciego ya es propiedad del planificador...
el planificador no se puede apropiar de todas las panaderías sin apropiarse de la fuerza laboral de los panaderos...