En un país decente con leyes sensatas, el empleado podría haber resuelto el tema con dos guantazos a mano abierta en menos de un minuto. Y podría llevar una pipa en el cinto por si vienen los premoh a preguntar por los langostinos que esperan (y usarla sin miedo de ser necesario). Pero como esto es el shishi de la Bernarda, las tiparracas esas robarán lo que quieran a diario y les ingresará pasta en la cuenta servicios sociales cada mes como premio.