Creer que los empresarios venezolanos, por no hablar de los curas o de quienes dirigen las universidades,
tienen algo llamado "espíritu" y no intereses crematísticos que determinan sus acciones (hacer dinero),
es de una inocencia rayana al zangolinismo Disney... El extravío de esta gente es sideral.
Erik Del Bufalo
Cuando se llega al punto de humillarse motu proprio (empresas, universidades
medios, partidos, iglesia, etc.) significa que el sistema ya ha logrado su fin último, l
a sumisión de los espíritus. Aunque invisible, esta devastación espiritual es mucho
más grave que la material.