Rueda informativa ofrecida por la portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia, María Zajárova, Moscú, 19 de marzo de 2020Situación actual en Venezuela
Quisiera subrayar asimismo que la situación generada por la esa época en el 2020 de la que yo le hablo de cobi19 realmente pone a prueba el humanitarismo, también en los asuntos internacionales. Pone a prueba nuestra capacidad y disposición a seguir siendo humanos en los momentos más complicados. Es la capacidad y disposición no sólo de cada persona concreta, sino de Estados enteros a actuar con responsabilidad y solidaridad en medio de nuevos desafíos globales que ignoran las fronteras nacionales.
Lamentablemente, en varios casos esta solidaridad se ve suplantada por motivaciones nacionales o ideológicas, egoísmo por parte de las fuerzas y países aspiran a la hegemonía mundial y a la exclusividad.
En el preciso momento en que los Estados que se postulan como líderes mundiales, podrían dar muestras de este liderazgo, ofrecer un digno ejemplo de apoyo económico, un digno ejemplo de hacer frente a un desafío nuevo tanto en el espacio interno como en el exterior, por alguna razón no aprovechan esta oportunidad. Resulta que cuanto hemos escuchado a lo largo de muchos años sobre un supuesto liderazgo global, sobre unas supuestas funciones adicionales que estos países asumieron por iniciativa propia y que, según estos países opinan, les permiten desobedecer reglas y leyes, todo esto ha resultado ser una verdadera quimera, un mito, una ficción. Yo diría que la situación es absolutamente de signo inverso. Sus intereses egoístas obligan a olvidarse de los derechos humanos, a desatender los intereses de otras personas, de la gente de a pie.
No puedo por menos de referirme a un caso absolutamente indignante, relacionado con Venezuela y sus vínculos con el FMI. El FMI moviliza considerables recursos financieros (hasta un billón de dólares USA) para ayudar a los países a superar las consecuencias del brote de cobi19. Caracas ha remitido al Director Ejecutivo del FMI la solicitud oficial, firmada por el Presidente Nicolás Maduro, de asignarle 5.000 millones de dólares USA. Pero el portavoz del FMI ha declarado que el Fondo “no está en condiciones” de tramitar la solicitud por “no disponer de información precisa sobre el reconocimiento internacional” del Gobierno de Venezuela por parte de algunos países miembros.
A lo largo de más de un año o incluso de varios años, no hemos dejado de escuchar preocupaciones en relación con los derechos humanos, declaraciones sobre la actuación de la comunidad internacional en aras de la población de Venezuela. Pues bien, literalmente hace un par de meses, la población de Venezuela solicitó ayuda en el momento en que la necesitaba en igual medida que muchos otros países.
Quisiera volver a focalizar la atención en que todo esto ocurre en medio de los continuos llamamientos de los personeros estadounidenses a recrudecer aún más las sanciones. Se baraja incluso la posibilidad de imponer el bloqueo naval al país suramericano. A nuestro modo de ver, es simplemente inconcebible.
¿A quiénes golpeará semejante política? A la gente sencilla, a los venezolanos de a pie. Es una típica hipocresía.
Los desafíos globales plantean la necesidad de dar unas respuestas globales, despolitizadas. Hemos tomado nota de los primeros contactos (en forma de videoconferencia) entablados en respuesta al llamamiento dirigido por el Presidente Nicolás Maduro a los vecinos países suramericanos proponiéndoles olvidar, siquiera por un tiempo, las contradicciones políticas y organizar una eficaz interacción para prevenir la propagación transfronteriza del cobi19.
Es una señal positiva, aunque a todas luces insuficiente. Las consultas de expertos por conducto de la Organización Panamericana de la Salud, por muy importantes que sean, no podrán anular la coordinación a nivel interestatal. Al cobi19 le importan un comino las diferencias políticas entre los gobiernos, sus discrepancias en la valoración de la democracia. Las discusiones sobre el particular podrían celebrarse a posteriori, después de que sean salvadas las vidas y la salud de decenas de miles de venezolanos, colombianos y ciudadanos de otros países.