Manolo the Boss
Forero de pro
Pues sí. Y vosotros diréis que qué narices han hecho unos dibujitos yankis por nuestra cultura, pero la realidad es que, aunque resulta imperceptible, es así.
Hay una chica andaluza en mi oficina, de unos 35 años, que tiene un niño de 3 años o así y hoy decía que le da pena sólo comer en familia los fines de semana, que antes ella comía con sus padres todos los días y que era lo mejor y tal, entonces yo le he dicho que estaba de acuerdo, que comer a las 14 viendo Los Simpson era el mejor momento del día y ahí es cuando me he dado cuenta de una gran verdad: los Simpson han mantenido unidas a muchas familias.
Yo comía con mi madre de lunes a viernes a las 14, viendo Los Simpson, y con los dos los sábados y los domingos, también viendo Los Simpson. A mi padre no le gustaban, pero pasaba por el aro porque a mí sí, cosa por la que le estoy muy agradecido, y eso quizá era la excusa perfecta para estar juntos un rato, hablar y crear un vínculo emocional sólido. Además, si habéis visto la serie, os habréis fijado en que, cuando salen desayunando, comiendo o cenando, siempre están todos juntos. Aunque Homer trabaja en la central nuclear, se le ve muy poco comiendo solo y si come algo en el trabajo, es en compañía de varios compañeros suyos, es decir, que siempre el acto de comer es algo social, y esto lo transmite una serie del país más individualista del mundo. Ni siquiera Homer sale nunca bebiendo solo en el bar; si acaso, algunas veces sale solo comiendo patatas fritas y bebiendo cerveza mientras ve la tele sentado en el sofá, pero es el típico picoteo entre horas que todos hemos hecho alguna vez, y se le suele ver también en esas circunstancias con su mujer o sus hijos.
Dejando de lado lo relacionado con lo de comer en familia o, al menos, en compañía, los Simpson son una serie que transmite más valores positivos que negativos en lo referente a la familia: te enseñan que tener descendencia es importante, que hay que castigar a los hijos si se lo merecen, que vivir en una casita unifamiliar es lo normal para una familia de clase media de un país occidental y de altos ingresos, que no tienen porqué currar los dos padres para mantener la familia en una economía nacional sólida y próspera, que es importante no estar todo el puñetero día encima de los hijos para que éstos puedan ir haciendo su vida y no le cojan rencor a los padres, que es importante tener perro sólo si tienes jardín para que corra y haga sus cosas de perro... Y, lo más importante, que la familia, aún con sus problemas, se mantiene unida.
No recuerdo exactamente cuándo fue que quitaron Los Simpson de Antena 3 y los pasaron a Neox, pero creo que fue un punto de inflexión y creo que la erosión de los cimientos del modelo familiar contemporáneo se volvió irreversible entonces. Si fue al poco de ser investido Pedro Sánchez como presidente, no me extrañaría, porque viendo todo lo que han hecho para satanizar el modelo de familia autóctona tradicional de clase media, me resultaría creíble. Yo creo, sinceramente os lo digo, que si esto lo hubiesen hecho 10 años antes, ahora iríamos más adelantados en la destrucción de la familia como estructura básica de la sociedad.
Éramos felices y no lo sabíamos.
Hay una chica andaluza en mi oficina, de unos 35 años, que tiene un niño de 3 años o así y hoy decía que le da pena sólo comer en familia los fines de semana, que antes ella comía con sus padres todos los días y que era lo mejor y tal, entonces yo le he dicho que estaba de acuerdo, que comer a las 14 viendo Los Simpson era el mejor momento del día y ahí es cuando me he dado cuenta de una gran verdad: los Simpson han mantenido unidas a muchas familias.
Yo comía con mi madre de lunes a viernes a las 14, viendo Los Simpson, y con los dos los sábados y los domingos, también viendo Los Simpson. A mi padre no le gustaban, pero pasaba por el aro porque a mí sí, cosa por la que le estoy muy agradecido, y eso quizá era la excusa perfecta para estar juntos un rato, hablar y crear un vínculo emocional sólido. Además, si habéis visto la serie, os habréis fijado en que, cuando salen desayunando, comiendo o cenando, siempre están todos juntos. Aunque Homer trabaja en la central nuclear, se le ve muy poco comiendo solo y si come algo en el trabajo, es en compañía de varios compañeros suyos, es decir, que siempre el acto de comer es algo social, y esto lo transmite una serie del país más individualista del mundo. Ni siquiera Homer sale nunca bebiendo solo en el bar; si acaso, algunas veces sale solo comiendo patatas fritas y bebiendo cerveza mientras ve la tele sentado en el sofá, pero es el típico picoteo entre horas que todos hemos hecho alguna vez, y se le suele ver también en esas circunstancias con su mujer o sus hijos.
Dejando de lado lo relacionado con lo de comer en familia o, al menos, en compañía, los Simpson son una serie que transmite más valores positivos que negativos en lo referente a la familia: te enseñan que tener descendencia es importante, que hay que castigar a los hijos si se lo merecen, que vivir en una casita unifamiliar es lo normal para una familia de clase media de un país occidental y de altos ingresos, que no tienen porqué currar los dos padres para mantener la familia en una economía nacional sólida y próspera, que es importante no estar todo el puñetero día encima de los hijos para que éstos puedan ir haciendo su vida y no le cojan rencor a los padres, que es importante tener perro sólo si tienes jardín para que corra y haga sus cosas de perro... Y, lo más importante, que la familia, aún con sus problemas, se mantiene unida.
No recuerdo exactamente cuándo fue que quitaron Los Simpson de Antena 3 y los pasaron a Neox, pero creo que fue un punto de inflexión y creo que la erosión de los cimientos del modelo familiar contemporáneo se volvió irreversible entonces. Si fue al poco de ser investido Pedro Sánchez como presidente, no me extrañaría, porque viendo todo lo que han hecho para satanizar el modelo de familia autóctona tradicional de clase media, me resultaría creíble. Yo creo, sinceramente os lo digo, que si esto lo hubiesen hecho 10 años antes, ahora iríamos más adelantados en la destrucción de la familia como estructura básica de la sociedad.
Éramos felices y no lo sabíamos.
