Local_Heroborrado
Guest
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Tormentas solares, radiactividad ambiental, impacto terrestre del cometa elenin. Son tantas las cosas que nos esperan en 2011 y 2012. Y es que tenemos la agenda bastante apretada. Entre terremotos, tsunamis y la que se lió en Roswell (hoy casi casi demostrado) está claro que las hipotecas y nuestras sencillas (sencillas, sí) preocupaciones cotidianas se quedan a la altura de una patata al lado de todo esto.
¿y qué pasa si al final pasa lo peor? ponte que la Tierra peta como una cebolla hirviendo en cacerola pequeña. PUM! no queda nadie para contarlo.
Pues y qué pasa.
Que a lo mejor no es tan malo como parece.
A lo mejor pasamos de nivel y nos esperan mejores condiciones y estamos rodeados de mejores compañeros, en un mundo mágico, en la ciudad de Fantasía. (o Fangtasia, guiño para los Trueblooderos presentes)
Como mucho qué puede pasar, que nos muramos? Pues vale. Si no hay más remedio ni dios que lo evite. ¿pero no estaba dios para evitar estas cosas?¿dónde está cuando se le necesita? vale, que al final va a ser que no hay.
Tal vez es menos malo irse en colectivo y apagarse de repente compartiendo con tus cohabitantes del planeta un evento de proporciones apocalípticas, que consumidos en una cama por un cáncer de colon a los 50 mientras los críos ríen y saltan afuera en el jardín, críos que no verás crecer, que heredarán poco porque no tienes mucho para dejarles (todo te lo has pulido, no nos engañemos, dinero que veías dinero que te pulías).
Tal vez mejor irse en compañía que irse sólo y ver tu vida apagarse lentamente mientras otros al mismo tiempo son bendecidos con la gloria y tú con la fría muerte, porque tu hora ha llegado y no te escapas. Unos nacen mientras otros mueren. En este caso, todos moriríamos.
oiga, pues a lo mejor prefiero compartir mi hora con la de otros en un monumental desastre nuclear al cual viví para ver pero no para contar. A lo mejor más vale así, y no de esa otra forma, la que estamos tan acostumbrados a ver y a lamentar en los seres queridos que ya perdimos.
siempre me enseñaron a ver la copa medio llena. me dijeron que si me parecía que estaba medio vacía que intentase llenarla, esto me llevó al alcoholismo, si, pero y lo feliz que he sido. Eso no me lo quitan ni diez tormentas solares.
Moriré con las botas del Zara puestas
¿y qué pasa si al final pasa lo peor? ponte que la Tierra peta como una cebolla hirviendo en cacerola pequeña. PUM! no queda nadie para contarlo.
Pues y qué pasa.
Que a lo mejor no es tan malo como parece.
A lo mejor pasamos de nivel y nos esperan mejores condiciones y estamos rodeados de mejores compañeros, en un mundo mágico, en la ciudad de Fantasía. (o Fangtasia, guiño para los Trueblooderos presentes)
Como mucho qué puede pasar, que nos muramos? Pues vale. Si no hay más remedio ni dios que lo evite. ¿pero no estaba dios para evitar estas cosas?¿dónde está cuando se le necesita? vale, que al final va a ser que no hay.
Tal vez es menos malo irse en colectivo y apagarse de repente compartiendo con tus cohabitantes del planeta un evento de proporciones apocalípticas, que consumidos en una cama por un cáncer de colon a los 50 mientras los críos ríen y saltan afuera en el jardín, críos que no verás crecer, que heredarán poco porque no tienes mucho para dejarles (todo te lo has pulido, no nos engañemos, dinero que veías dinero que te pulías).
Tal vez mejor irse en compañía que irse sólo y ver tu vida apagarse lentamente mientras otros al mismo tiempo son bendecidos con la gloria y tú con la fría muerte, porque tu hora ha llegado y no te escapas. Unos nacen mientras otros mueren. En este caso, todos moriríamos.
oiga, pues a lo mejor prefiero compartir mi hora con la de otros en un monumental desastre nuclear al cual viví para ver pero no para contar. A lo mejor más vale así, y no de esa otra forma, la que estamos tan acostumbrados a ver y a lamentar en los seres queridos que ya perdimos.
siempre me enseñaron a ver la copa medio llena. me dijeron que si me parecía que estaba medio vacía que intentase llenarla, esto me llevó al alcoholismo, si, pero y lo feliz que he sido. Eso no me lo quitan ni diez tormentas solares.
Moriré con las botas del Zara puestas