Pues así es señor!!!: los hombres nos morimos antes por lo que sea, y las abnegadas féminas, se suelen papear con caviar el producto del curro de toda una vida.
Ahí tienes a legiones de marujas con sus visones correspondientes fundiéndose muchas de ellas la guita de su maridito dentista que murió de un infarto, transformada en multitud de pisos y garages que alquilan a precio desorbitante. Luego se mueren porque nadie es eterno y lo heredado se lo funden en farlopa y chalets los nietos.
Ahí las tienes, merendando tortitas con nata en el Vip´s, y en los salones de té de Serrano, y no palman de hipercolesterolemia ni pa dios.
Cuento más hijomio es uno, más longevo. Es ley de vida.