Como llega el Aluminio de las banderillas al Cerebro
Los adyuvantes de aluminio pueden ser transportados al cerebro por los macrófagos. Los adyuvantes de aluminio pueden llegar al cerebro (Khan 2013, Crepeaux 2015, Crepeaux 2017, Shaw 2009, Flarend 1997). Partículas de adyuvantes de aluminio pueden pasar a través de la barrera hematoencefálica del cerebro, transportadas por los macrófagos (Khan 2013). El transporte es promovido por la proteína quimiotáctica-1 (MCP-1) de los macrófagos (Khan 2013). El transporte de partículas al cerebro por los macrófagos está bien establecido y se ha investigado para aplicaciones terapéuticas. (Choi 2012, Pang 2016).
El aluminio en las banderillas puede causar autismo
El aluminio en las banderillas puede causar autismo
¿Sabes qué son los macrófagos y la función que tienen?
De hecho... ¿sabes cuántos tipos de macrófagos (no, no son 2 tipos) hay en el organismo?, ¿sabes que de los restos que dejan al morir se encarga de su eliminación el sistema linfático?
Y no, no hay prueba de nada, en tu mismo texto lo pone.
En el hilo
[ANTIVACUNAS] Este es el ¿razonamiento? de los antivacunas - aplicado a nadar., como bien sabes, están los datos estadísticos que desmienten que las banderillas CAUSEN (de manera segura y plena, que es lo que vosotros decís) autismo.
Más aún, solo hay que leer el propio artículo que citas:
El Dr. Frank DeStefano de la Oficina de Seguridad de Inmunización de los CDC es coautor de un artículo (
Glanz 2015) que establece:
“Hasta la fecha, no se han realizado estudios de base poblacional específicamente diseñados para evaluar las asociaciones entre resultados clínicamente significativos y los ingredientes no-antígeno, aparte del timerosal.”
Esto significa que hay que hacer estudios poblacionales, o sea, buscando DIFERENCIAS genéticas que expliquen si hay predisposicón a poder tener autismo.
Esto lo deja aún más claro en esta otra parte del artículo:
En general, se acepta que la activación inmune (por ejemplo, por una infección) durante el embarazo es un factor de riesgo que puede causar autismo o esquizofrenia al feto
O sea, que el problema NO ES LA banderilla, ni el coadyuvante (que aumenta la respuesta inmune, haciendo más eficaz la banderilla con menor dosis del bichito, proteína, toxina, etc que lleve), EL PROBLEMA ESTÁ EN CUALQUIER INFECCIÓN,
“Hemos demostrado que la IL-6 es un mediador importante de comportamientos semejantes a los del autismo. Los ratones con elevada IL-6 en el cerebro desarrollan comportamientos parecidos a los del autismo, incluyendo deterioro de la capacidad cognitiva, déficit en el aprendizaje, ansiedad y habituación, así como una disminución de la interacción social que se inicia en etapas posteriores. Estos hallazgos sugieren que un aumento de la IL-6 en el cerebro podría modular ciertas alteraciones patológicas y contribuir al desarrollo del autismo.
Y esto, a su vez, depende de una característica genética, que es lo que quieren rastrear haciendo estudios poblacionales.
O sea, que hay varias opciones, suponiendo que el artículo ha citado y entendido correctamente las fuentes que indican:
1- Seguir como hasta ahora, y que el porcentaje de autistas POTENCIALES (por sus propias características) se conviertan en reales.
2- Se hace un estudio completo PREVIO a la vacunación, de manera que si se tiene esta potencialidad NO se vacune a dicho individuo y que le pase en la vida lo que le tenga que pasar (no, no se van a dejar de usar adyuvantes, son útiles para conseguir una mejor respuesta inmune con la banderilla y, además, si el problema es la respuesta inmune, la va a haber siempre, con y sin adyuvantes).
3- Se busca una edad diferente para empezar con las banderillas en el caso de estas personas (cuando acabe el desarrollo del sistema nervioso central), mientras, pues tendrán que vivir sabiendo que los niños y adultos que tienen alrededor les pueden contagiar la difteria entre otras enfermedades cuya banderilla NO crea inmunidad de grupo (lo mismo pasa con el tétanos, por ejemplo, y se contagia por beber agua contaminada, o por comida mal manipulada) y que en esas situaciones, pues tienen muchas probabilidades de morir... o de, si aún están creciendo, de sufrir lo que se quería evitar, o sea, el autismo por daños cerebrales debidos a una respuesta inmune.
Esto se va viendo reflejado en todo el artículo a partir de:
Los experimentos con animales han probado los efectos de la activación inmune durante el embarazo y después del nacimiento en el desarrollo de las crías (Meyer 2009, Deverman 2009,
Estes 2016,
Kneusel 2014,
Careaga 2017, Meyer 2014). En estos experimentos, los animales preñados o neonatos (ratones, ratas y monos) son inyectados con sustancias de activación inmune no infecciosas tales como “poli-IC” (que imita una infección viral) o lipopolisacárido (LPS, que imita una infección bacteriana). Estas sustancias causan la activación del sistema inmune sin infección. Inducen la fiebre y la producción de citocinas y pueden tener efectos sustanciales sobre el desarrollo del cerebro si la activación es suficientemente intensa o prolongada y si la exposición se produce durante las etapas vulnerables de desarrollo .
Vamos, que este artículo que citas es una prueba de que las banderillas NO causan autismo, ni los coadyuvantes, ni el mercurio, ni nada, y que la causa es la propia persona, su genética.
Por supuesto, la conclusión del artículo es errónea porque deja de lado lo más importante: la predisposición genética, que está presente en todo el texto, salvo en las conclusiones, porque las conclusiones reales NO APOYAN QUE LA VACUNACIÓN CAUSE AUTISMO.
Gracias por el artículo, voy a añadir este mensaje al hilo contra los antitodaslasvacunas, que he citado antes, pues es una prueba más que evidente de que las banderillas son seguras.