Podría dedicar el día entero a poner este tipo de ejemplos gráficos, lamentablemente. Aunque creo que se me entiende bien claro y el que no lo quiera ver, es porque tiene otros intereses y otras prioridades.
Creo que es bastante más simple que pensar que todos los males del mundo vienen de la masonería
Simplemente, el ser humano suele ganar poder, estatus y pasta si descubre como manipular masas. El arte de hacer que tus ideas lleguen a número grande de personas puede ser la llave que abra puertas, y por eso hasta los partidos políticos no suelen elegir al que sería mejor presidente, sino a quien es más elegible. Véase Antonio I 'el guapo'.
Por eso la gente cuya aspiración es controlar a los demás, termina utilizando tácticas que son muy parecidas entre sí. No hay tanta diferencia entre Goebbles y Gramsci. No hay tanta diferencia entre el 'váyase Sr. González' y el 'el consentimiento ahora sí es el centro de la ley'
Quien quiere pisar poder busca como alienar, uniformar, igualar, como base para romper el pensamiento individual. Repetir los mensajes falsos, tergiversar los hechos, hacer dudar de los sentimientos del adversario, inventar enemigos comunes. dividir entre dos opciones, la suya (virtuosa) y la otra (terrible). Es algo que se ha hecho y se hará, porque no deja de funcionar.
Y además suele resultar que la realidad es mucho más compleja que la ficción, y la gente no tiene ni tiempo, ni ganas ni conocimiento de entenderlas. Aplaudirá a quien gaste mucho más en servicios públicos, y luego dé muchas ayudas para que 'los pobres no sufran' ante la inflación desbocada provocada por los beneficios de los malvados ricos, porque eso es más fácil de explicar, más emocional y más transmitible, que explicar la compleja relación entre el gasto público y la inflación
La izquierda no es buena en esto por ser izquierda, sino por ser colectivista. Y el colectivismo se basa en eso, en tener fieles y no votantes. De ahí ese espíritu casi religioso del comunismo o el fascismo, que ahora vemos en Podemos defendiendo continuamente lo indefendible, con la diferencia de que a día de hoy se les ve mucho más las costuras. El agua se retira, están en pelotas y se les ve como auténticos curas diciendo que iremos todos al infierno.
Pero seguramente no es culpa del manipulador, sino de la naturaleza del ser humano, que como masa tiene comportamientos distintos. Un político que dijera la verdad por dura que fuera, que admitiera sus errores, que no hiciera promesas que no puede cumplir, que hablara de realidades y no de sentimientos, que intentase unir en vez de dividir, seguramente sería un político cojonudo...que no pasaría de concejal de un ayuntamiento mediano.
Por desgracia, la política no funciona así. Y si produce estos horrores, es porque nadie ha encontrado la fórmula para que no lleguen al poder los más guapos, trepas y orates. Porque es...lo que vota la gente.