A Carrero Blanco USA lo hubiera neutralizado eventualmente. Si Washington optó por la "via rápida" es porque no se podia esperar.
Prisa por meter a España en la OTAN no sería -- de hecho la entrada no se produjo hasta 1982. Ademas, Carrero era pro-americano y tenía buena sintonía con Nixon por lo que no existía resistencia en ese departamento. ¿Cuál era el obstáculo insuperable entonces?
Recordemos que el objetivo más inmediato de USA por aquel entonces con respecto a España era la renovación de las bases y otro no declarado que era particularmente dificil de digerir para el regimen y mas áun para un militar obcecado como carrero que era de la máxima "hasta el ultimo hombre y la ultima peseta": la descolonización del Sahara.
Fue volar por los aires y España aceptaba, en julio de 1974, celebrar un referendum de auto-determinación (llegaba tarde y mal y jovenlandia aprovechó la ocasion pero esa es otra historia).
Que Franco sospechara que algo se cocía y dejara hacer es más que probable. En ESpaña no se movia una hoja sin su conocimiento. Cuando fue informado por su médico de que el almirante había sufrido un grave accidente su contesatción fue: "estas cosas ocurren" (sic). Y cuando a media mañana recibió la llamada del presidente en funciones, Fernández-Miranda, su primera reaccion fue aludir a una coincidencia. "¿No podría ser una triste casualidad? Creo que no deberíamos descartar la casualidad", le dijo. Todo apunta a que era un secreto a voces que Kissinger había venido a ver a Carrero para ponerle los puntos sobre las íes.
Pero Franco se había propuesto morir en la cama de modo que la desparición de Carrero le suponía un problema menos. Al día siguiente del bombazo, en el consejo de ministros fue "business as usual". Unos segundos de emoción (real o fingida) por su muerte y Franco pasa al orden del día -- y aquí no ha pasado nada. En la toma de posesion dos semanas mas tarde de Arias Navarro --buen conocedor de las cloacas del Estado pues habia sido director general de Seguridad y alcalde de Madrid y más recientemente se habia desempeñado como ministro del Interior de Carrero, ehem ehem-- a Franco se le escapó un "no hay mal que por bien no venga". El viejo empezaba a perder los filtros.
Copio un artículo de El País que contiene información interesante. Ojo al comentario de Martín Villa
Josep Ramoneda
Madrid
20 DIC 2013
En septiembre de 1999, los Reyes de España inauguraron, en el CCCB de Barcelona la exposición Días de radio, que conmemoraba el 75º aniversario de Radio Barcelona. Uno de los ámbitos de la exposición estaba dedicado al atentado contra Carrero Blanco. Era una sala más bien oscura, con la luz concentrada sobre un coche aplastado en el techo, ambientada con el sonido de los partes de Radio Nacional de España que daban cuenta de lo acontecido. Al entrar en este espacio, el rey Juan Carlos se me acercó a un palmo, como si fuera a hacerme una confidencia. Y me dijo: "Si esto no hubiera ocurrido tu y yo no estaríamos ahora aquí". "Yo no, usted no lo sé", contesté. "Yo tampoco", me dijo. E insistí: "¿Por qué?". "Porque las condiciones que Carrero me habría puesto yo no las habría podido aceptar". Cuando terminó la visita corrí a transcribir la conversación en mi cuaderno. Allí la guardé hasta hoy.
Este breve diálogo me recordó una escena que viví, junto con mi amigo y compañero de fatigas periodísticas, José Martí Gómez, muchos años antes. Al inicio de la Transición, cuando Rodolfo Martín Villa era ministro del Interior del Gobierno de Adolfo Suárez, Martí y yo le visitamos en el palacete de la Castellana, sede del ministerio, para entrevistarle para el diario barcelonés El Correo Catalán. El despacho del ministro era el mismo que había ocupado Carrero Blanco como presidente del Gobierno.
Al terminar la entrevista, me acerqué al ventanal que daba al paseo. Estaba mirando a la calle, cuando Martín Villa me señaló la parada de autobús que había delante. Como es sabido, días antes del atentado, Carrero Blanco había recibido la visita del secretario de Estado norteamericano, Henry Kissinger. Previamente, como es costumbre por razones obvias de seguridad, el FBI había peinado el edificio. Martín Villa nos contó que desde aquella ventana un agente americano se había dado cuenta de que había una persona sentada en la parada que llevaba un buen rato allí sin subir a ningún autobús. Esta persona, nos dijo el ministro, resultó ser uno de los autores del atentado. "¿Qué me quiere decir con ello?", pregunté. "Nada", contestó Martín Villa, "sencillamente les doy una información".
Pequeñas historias sobre un atentado mítico que, probablemente, no cambio el curso de la historia de España pero sí que la aceleró. Todo hace pensar que con Carrero, el franquismo no habría sobrevivido mucho tiempo a Franco, pero seguramente la agonía del régimen habría sido más larga.
http://politica.elpais.com/politica/2013/1...639_688141.html