Ignacio Trias Bertran era tío del ex alcalde de Barcelona Xavier Trias y fue fusilado en Montjuïc en la Cataluña de Companys.
Ignacio Trías, servidor hasta el final
8-diciembre-1934. Le nombran Celador de Misiones y por Navidad participa activamente en la venta de números para la rifa misional. Venden varios miles y el Director General del Secretariado de Misiones Mossen Luis Homs Ginestá, premia su labor con dos galardones. Mn. Luis y sus hermanos sacerdotes, Ramón y José, fueron encarcelados en San Elías el día 6 de octubre de 1936 y martirizados en Moncada el 11 de diciembre de 1936.
Curso 1935-1936. Ignacio se ocupa de la Congregación
22-julio-1936. Toda la mañana ha sido de actividad intensa. Por la tarde las turbas asaltan el local. Quedan cosas que pueden comprometer y es preciso sacarlas. Ignacio se las ingenia para que dos congregantes vigilen la calle, uno de ellos abra la puerta y luego entren los tres al local. En una cesta de compra cubierta de verduras sacan lo último de alto compromiso y se lo llevan
Se apunta como Secretario de Mutilados de Guerra, que le abre camino para conseguir ampliar su ayuda a sacerdotes, religiosas y monjas. Les procura: 1º) Alojamiento donde esconderlos. 2º) Documentación para salir de la España roja. 3º) Las formas para celebrar Misa (Le ha pedido a un panadero el aparato para hacer formas).
Detenido
Se le acusa de: socorrer a personas perseguidas, ayudar a pasar la frontera, dar cartas de trabajo
24-abril-1938. Se nos manda subir a un convoy de antiguos vagones de madera, con todas las ventanas cerradas y las persianas subidas. Arranca el tren a las 8 horas y no para hasta Sabadell, donde tenemos el primer incidente de la brutalidad de los vigilantes: Un preso baja la ventanilla, se asoma al exterior y es fulminado por el disparo del Matador
26-abril-1938. Después de cuarenta y ocho horas sin comer nos dan una lata de carne rusa en conserva A las 20.45 horas llegamos al Campo nº 3 de Omels de Nagaya. Alojados en un molino, dormimos sentados unos contra otros. Se forman las brigadas y se inicia el trabajo. A tiros y apaleados, golpeados en la cabeza y a culatazos.
7-mayo-1938. A los diez días hay una fuga de un preso y se fusila a los cuatro de su grupo, a los cinco del grupo siguiente y a los cinco del grupo anterior en la tapia del Cementerio. Obligados a abrir su propia zanja. ¿Os imagináis el estado de ánimo de los presos cavando su propia tumba?
10-agosto-1938. Por la galería corren noticias tristes. El Consejo de Ministros ha confirmado las penas de muerte, después del empate.
El voto de privilegio de Negrín ha inclinado la balanza hacia la ejecución.
Serían fusiladas 63 personas en Montjuïc. A las 12 de la noche lee el oficial la lista de los treinta y uno que van a entrar en capilla.
Ejecución
11-agosto-1938. Son las 7.30 de la mañana. Suben los treinta y un condenados al camión. En Montjuïc se juntarán con los treinta y dos que ya están en el Cuerpo de Guardia esperando su fusilamiento. Serán sesenta y tres los ejecutados, treinta y uno que procedían de la guandoca Modelo y treinta y dos que ya estaban en el Castillo de Montjuïc.
Ignacio no para de animar y exhortar a todos sin hacer caso de las advertencias de oficiales y guardias. Al arrancar el camión entonan el canto del Credo. Al Castillo llegan cantando.
Se encuentran con los demás, entre ellos una mujer en avanzado estado de gestación. Se inicia el fusilamiento en grupos de seis. Se forman diez grupos de seis y uno de tres. Sale cada grupo de seis, del Cuerpo de Guardia y llega al Foso de Santa Elena.
Está lloviendo. Ignacio se encuentra entre los grupos centrales. Cada condenado lleva en el bolsillo un papelito con su nombre para posterior identificación.
Desde el Cuerpo de Guardia se oyen las descargas e Ignacio sigue animando sin desfallecer a todos, mientras les llega el turno. Llaman a su grupo y no se inmuta. Bajan los seis hacia el foso recibiendo ánimo y fortaleza por parte de Ignacio.
Como canta el Oficio de Vísperas de los Mártires:
A la manera de corderos ofrecen su garganta a la espada sin quejarse ni murmurar. Un corazón sin miedo y una conciencia serena le sostienen en sus sufrimientos. Por el suelo se encuentran los treinta fusilados anteriores que chorrean sangre. Se colocan los seis frente al pelotón de ejecución. Ignacio toma el Rosario y grita:
¡Gloria a Cristo Rey!.
Ignacio Trías, servidor hasta el final
Carta a su padre
Querido padre: no sufras. Estaré en el cielo y te veré.
Piensa que tienes un hijo que muere por Cristo.
Él me fortalece, le siento, le veo y me llama a Él.
¡Perdón! Sufres mucho por mi culpa, mas eres mi padre y sabrás comprenderme.
¡Llorad, pero con semblante alegre!
Un beso eterno es el que te doy. ¡Viva Cristo Rey!
Ignacio Trias
12 d’OCTUBRE – SOM CATALANS, SOM HISPANS: Ignacio Trias Bertran