griffin
Madmaxista
- Desde
- 26 Oct 2011
- Mensajes
- 653
- Reputación
- 3.401
Una urbanización en medio de la nada en una zona de montaña, un lugar que se supone "tranquilo" donde viven abueletes, familias y tal. Sin embargo, en verano vienen los veraneantes de hez y a las 5 de la tarde este es el panorama:
- los vecinos de dos casas más allá tienen fiesta y llevan todo el puñetero fin de semana con el regeton de hez a todas horas, a un volumen que se oye desde cualquier punto de la urbanización sin ningún tipo de problema.
- el vecino de al lado ha decidido que él no iba a ser menos, y lleva toda la hora de la siesta con un soplador de hojas a gasolina, dando por trastero a todos los de alrededor.
- los de enfrente están en la piscina con los niños, chillando como gorrinos degollados, intentando competir con la música y el soplador. Creo que nunca les he oído hablar a un tono normal, cada frase que dicen, la pronuncian para que se entere todo el pueblo.
- todos los perros de la fruta urbanización están alterados por el jaleo y se ponen a ladrar como locos cada 5 minutos.
No entiendo. Se supone que aquí la gente viene buscando tranquilidad. Si tanto les gusta el ruido ¿Por qué no se quedan en su fruta ciudad?
Viendo cosas como esta me doy cuenta de que el 90% de nuestros compatriotas son basura tercermundista. Tienen mucho más en común con los jovenlandeses que con los países desarrollados.
Esa pasión por hacer ruido sin sentido, esa falta de respeto absoluta, esa empatía nula no te lo vas a encontrar jamás en Suecia o Austria, que son los países que mejor conozco, pero me imagino que el resto de países del primer mundo será igual.
En cambio en Bolivia, Etiopía, Brasil, etc..., están a la orden del día.
(Ahora está pasando también el iluso de la moto a escape libre, no podía faltar)
- los vecinos de dos casas más allá tienen fiesta y llevan todo el puñetero fin de semana con el regeton de hez a todas horas, a un volumen que se oye desde cualquier punto de la urbanización sin ningún tipo de problema.
- el vecino de al lado ha decidido que él no iba a ser menos, y lleva toda la hora de la siesta con un soplador de hojas a gasolina, dando por trastero a todos los de alrededor.
- los de enfrente están en la piscina con los niños, chillando como gorrinos degollados, intentando competir con la música y el soplador. Creo que nunca les he oído hablar a un tono normal, cada frase que dicen, la pronuncian para que se entere todo el pueblo.
- todos los perros de la fruta urbanización están alterados por el jaleo y se ponen a ladrar como locos cada 5 minutos.
No entiendo. Se supone que aquí la gente viene buscando tranquilidad. Si tanto les gusta el ruido ¿Por qué no se quedan en su fruta ciudad?
Viendo cosas como esta me doy cuenta de que el 90% de nuestros compatriotas son basura tercermundista. Tienen mucho más en común con los jovenlandeses que con los países desarrollados.
Esa pasión por hacer ruido sin sentido, esa falta de respeto absoluta, esa empatía nula no te lo vas a encontrar jamás en Suecia o Austria, que son los países que mejor conozco, pero me imagino que el resto de países del primer mundo será igual.
En cambio en Bolivia, Etiopía, Brasil, etc..., están a la orden del día.
(Ahora está pasando también el iluso de la moto a escape libre, no podía faltar)