Ya tengo el mio propio plantado cada mañana en la nevera y como no le des pechuga de pavo te muerde las pantorrillas.
En invierno llevo los chándal llenos de picazos por detrás.
Incluso duerme en el frutero y,
como entres,
ahí que salta y ya está liado.
Y es un pillín rescatado de la calle que venía con ese capricho.
Pero tiene gracia y es buena gente.