Que es la inflación?

frodho

Madmaxista
Desde
23 Ago 2007
Mensajes
600
Reputación
1.011
Por Mario Zuluaga



¿Por qué la inflación (aumento) de la masa monetaria trae un incremento en el precio de los bienes de consumo?

La inflación


Para contestar esta pregunta de una manera sencilla, pongamos un ejemplo de un mercado en el que sólo hay un bien. Supongamos que tenemos un mercado en el que existen 1000000 de lápices (L) y una masa monetaria de 200000 dólares (D). La densidad de lápices en aquella masa monetaria es, entonces, de 1000000 L/200000 D = 5 L/D. Esto significa que cada lápiz debe valer en el mercado 0.2 D, veinte centavos de dólar por cada lápiz. No necesariamente, en un mercado real, estos veinte centavos de dólar deben ser el precio de cada lápiz pues no debemos olvidar que los precios de los bienes de consumo están tasados por las preferencias individuales de los distintos agentes del mercado que pueden variar de tiempo en tiempo, dependiendo también de las fluctuaciones del mercado de otros bienes. No obstante, en términos de comparación de mercancías, veinte centavos de dólar han de ser el precio económico de cada lápiz en nuestro reducido mundo mercantil. Por encima o por debajo de veinte centavos de dólar tendríamos precios especulativos ya sea en favor de los lápices o de los dólares respectivamente. La especulación es un fenómeno transitorio que nos brinda información sobre las preferencias individuales. A diferencia de lo que muchos creen (casi todos) que la especulación es una práctica desalmada de comerciantes inescrupulosos, la especulación es una información que sirve para advertir en qué sentido ha de crecer la economía. De hecho, la economía es un maremágnum de especulaciones.

Supongamos ahora que el Banco Central, el emisor, aumenta la masa monetaria a 500000 dólares (y cada año lo hace). La densidad quedará ahora así: 1000000 L/500000 D = 2L/D. Por lo tanto cada lápiz queda valiendo 0.5 D, cincuenta centavos de dólar por cada lápiz. Los lápices se han encarecido desmedidamente. Es claro que esta catástrofe no ocurre de la noche a la mañana, pero lentamente (y a veces no tan lentamente) el precio de los lápices tiende a 0.5 D cada uno.

¿Qué hay de perverso en que los lápices ahora valgan cincuenta centavos de dólar? Nada de perverso si ese incremento fuera producto de las libres preferencias individuales que han hecho crecer la industria de los lápices. Pero lo que ha ocurrido aquí es la descarada intervención del banco emisor que artificialmente ha provocado el incremento del precio del lápiz y es el asalariado, quien no puede aumentar su salario, quien pierde capacidad de compra. Ahora, el productor de lápices ha de incrementar el valor del lápiz para que su industria no desaparezca.

La innovación tecnológica

Producir lápices tiene un costo, pero supongamos que por una innovación tecnológica al productor de lápices le es rentable producir no un millón de lápices sino dos millones sin necesidad de aumentar la masa monetaria. La densidad de lápices en la masa monetaria quedará, entonces, en 2000000 L / 200000 D = 10 L/D. Vemos entonces que cada lápiz queda valiendo 0.1 D, diez centavos de dólar. Los lápices se abarataron, muy bueno para el consumidor, y el productor es ahora más competitivo, pudiendo con ello expandir el mercado de lápices al poderlos ofrecer a precios bajos.

No hay duda que la innovación tecnológica es el motor de la vida barata. La innovación tecnológica está motivada por la expansión del mercado y por la necesidad de competitividad del productor. Es absolutamente obvio que la expansión del mercado, ya sea con tratados limitados como el TLC, es el camino del crecimiento y la riqueza.

La emisión de dinero

La emisión de dinero ha sido una de las funciones principales de los bancos centrales. Esta postura fue determinante en el entramado teórico propuesto por J. M. Keynes (1883-1946) en la primera mitad del siglo XX. No obstante haber declinado las bondades del keynesianismo hacia los años setenta del siglo pasado, el muy famoso y recientemente fallecido M. Friedman (1912-2006), abanderado de la economía del libre mercado, era partidario de la emisión de dinero por parte de la Reserva Federal de EE UU; proponía un aumento de la masa monetaria en un 3% o 4% anual. M. Friedman era un libertario en lo microeconómico y un estatista en lo macroeconómico. Muy por el contrario H. Sennholz, seguidor de la escuela austriaca de economía, proponía quitarle el control del dinero al gobierno y devolvérselo a la gente: “No puedes confiar tu mano a un gato hambriento” afirmaba Sennholz. Darle al gobierno la facultad de inflar la masa monetaria, así sea en bajos porcentajes, es entregarle un poder para que abuse de aquél cuando las circunstancias politiqueras se lo exijan.

Los gobiernos y los bancos emisores se creen responsables del devenir económico de su nación: precios estables, pleno empleo, crecimiento productivo…ctc, hacen parte de lo que ellos consideran sus obligaciones. La inflación de la masa monetaria, piensan ellos, debe traer un estímulo a la producción pues el productor encontrará con ello un crédito barato de dinero que le permita expandirse o iniciar nuevos proyectos. Que dicha expansión, o nuevo proyecto, sea ruinosa, no es la preocupación del prestamista del dinero. De hecho, expandirse o iniciar un proyecto a largo plazo con el único aliciente de un crédito barato casi siempre termina en ruina. Si bien la mejora en la productividad necesita, en las más de las veces, de alguna cantidad de dinero, lo más importante para ella radica en la innovación tecnológica, la creatividad, el avance científico, el nuevo descubrimiento, los nuevos gustos de consumo…ctc. Y es precisamente todo esto lo que no es predecible.

Volvamos a nuestro ejemplo inicial. Supongamos que por las motivaciones gubernamentales antes descritas el banco emisor decide inflar la masa monetaria de tal suerte que la densidad de lápices permanezca, por lo menos, en 5L/D. Es claro que con esta decisión el emisor está pensando, erróneamente, que el incremento de la masa monetaria trae aparejado un aumento de la productividad de lápices. Esto es, que aumentará la producción de lápices de forma económicamente rentable. Si la masa monetaria la aumentamos en x dólares, llegamos a que la masa monetaria total será 200000 + x dólares y por lo tanto la producción será de 1000000 + y lápices y de allí que tengamos la igualdad (1000000 + y) L / (200000 + x) D = 5L/D. De la anterior igualdad deducimos que la relación entre lápices y dólares es y/x = 5L/D, cómo ya lo sabíamos. Lo que el emisor no puede controlar es la forma cómo se incrementa la producción y de lápices de tal suerte que sea económicamente rentable, eso sólo lo conoce el empresario quien es la persona que arriesga su capital e introduce las innovaciones tecnológicas que le convienen a su empresa. El banco emisor sólo sabe hacer billetes. Es así cómo la relación y/x = 5L/D no puede ser conocida de antemano por el banco emisor. Además, estos desconocidos valores y no pueden crecer indefinidamente, están acotados, por encima de cierto tope ya no es rentable producir lápices. En cambio el emisor puede incrementar ilimitadamente los valores de x, haciendo que la densidad y/x se torne demasiado baja. Esto significa que el precio de cada lápiz subirá desmedidamente.

Si en el elemental ejemplo anterior ya observamos los peligros que acarrea a la economía una inflación de la masa monetaria, también nos podemos imaginar lo que sucederá en la vida real de una economía altamente compleja. Las experiencias en América Latina en materia de hiperinflaciones son bien conocidas, el manejo monetario irresponsable por parte de los bancos emisores trajo décadas perdidas con enormes costos de pobreza y atraso.

Con la decisión de independizar las responsabilidades del banco emisor del gobierno central hemos llegado a una mejoría en el manejo de la inflación, un incremento en los índices de precios al consumidor superiores al 5% ya es considerado escandaloso. Las técnicas empleadas por el banco central para calcular la relación entre productividad y masa monetaria son muy sofisticadas, no son absolutamente certeras y se basan en una detallada información de la productividad de los distintos sectores como también en las tendencias del consumo. El instrumento predilecto que utiliza el banco emisor para frenar el desbordamiento de los precios por causa del aumento de la masa monetaria es el incremento de las tasas de interés que desestimula el consumo y la inversión. Las funciones del banco central consisten, entonces, en corregir artificialmente sus imprudencias. No obstante los malignos efectos inflacionarios nunca han dejado de sentirse año a año.

La solución

No existe una solución a la inflación de la masa monetaria. Si, hipotéticamente, la moneda fuera el arroz, quien coseche arroz generará, obligatoriamente, inflación. Cualquier objeto que sea tomado como moneda es inflable. Pero sí existe una solución para terminar con el monopolio estatal de la moneda: El regreso al patrón oro. El oro fue la “moneda” del siglo XIX. Por ejemplo un dólar equivalía a una veinteava parte de una onza de oro; la libra esterlina, la cuarta parte…ctc. Todo aquél que tuviese cuatro libras esterlinas podía ir al banco emisor del billete a reclamar su onza de oro. Por eso los bancos se cuidaban de emitir billetes sin tener un respaldo en oro en sus arcas so pena de desprestigiarse y someterse a graves sanciones. Hay varias razones para volver al oro: una, es en sí mismo una mercancía útil, hasta en la industria de los procesadores de computación es utilizado; dos, no se degrada ni pierde cualidades en condiciones razonables de almacenamiento; tres, no es de fácil extracción, lo que garantiza bajos niveles de inflación; cuatro, es fácilmente fraccionable; quinto, es imposible de falsificar. El oro fue la moneda durante el siglo XIX desde las guerras napoleónicas hasta la primera guerra mundial cuando inicia su declive, fue una época de enorme estabilidad financiera. ¿Por qué, entonces, se abandonó el patrón oro a favor del dinero fiduciario? Es una historia larga y dolorosa, las dos guerras mundiales pudieron financiarse gracias al abandono del patrón oro. El último país en abandonarlo definitivamente fue Estados Unidos en 1971 bajo la administración de R. Nixon. Sobre el patrón oro, esto dice Alan Greenspan en [1]:

El abandono del patrón oro ha permitido a los responsables del Estado del Bienestar usar el sistema bancario para expandir el crédito ilimitadamente. Ellos han creado reservas de papel en forma de bonos nacionales que, mediante una serie de complejos pasos, los bancos aceptan en lugar de activos tangibles y tratan como si de un auténtico depósito se tratara, es decir, como el equivalente de lo que antaño era un depósito de oro. El tenedor de un bono nacional o depósito bancario creado por reservas de papel cree que tiene un derecho sobre un activo real. Pero el hecho es que existen ahora más derechos que activos reales. (la negrilla es mía)

La escuela austríaca de economía es rica en propuestas monetarias. Para una información más completa sobre ellas, remitimos al lector al trabajo de Alberto Benegas, en [3].

Referencias

[1] A. Greenspan, Gold and economic freedom, Signet Books, 1967. New York

[2] A. Mascaró, ¿Qué es el patrón Oro? http://www.liberalismo.org/articulo/222

[3] A. Benegas, Reflexiones sobre la propuesta monetaria de Hayek, http://www.hacer.org/pdf/Reflexiones.pdf
 
Solo los usuarios registrados pueden ver el contenido de este tema, mientras tanto puedes ver el primer y el último mensaje de cada página.

Regístrate gratuitamente aquí para poder ver los mensajes y participar en el foro. No utilizaremos tu email para fines comerciales.

Únete al mayor foro de economía de España

 
Solo los usuarios registrados pueden ver el contenido de este tema, mientras tanto puedes ver el primer y el último mensaje de cada página.

Regístrate gratuitamente aquí para poder ver los mensajes y participar en el foro. No utilizaremos tu email para fines comerciales.

Únete al mayor foro de economía de España

 
buenisimo el post

Parece que con el tema de los lapices lo dejas todo clarito. Muy divulgativo. Te felicito.
 
Volver