El 14 de septiembre de 1936, milicianos socialistas y anarquistas, carabineros y varios metalúrgicos y cerrajeros irrumpieron en la cámara acorazada del Banco de España en la Plaza de Cibeles, donde se custodiaban las reservas de oro españolas, en aquel momento las terceras del mundo. Para ello se amparaban en un decreto de la II República de Juan Negrín .
El cajero principal se negó a autorizar su apertura, murió. En cuatro días sacaron más de 600 toneladas de oro, luego la plata y los depósitos privados, 10.000 cajas de madera sin numerar ni dejar constancia escrita.
Se las llevaron al puerto de Cartagena. Alexander Orlov , a las ordenes de Stalin, se encargó del envío a la URSS, sin recibo. Meses después el banco central soviético comunicó un aumento de sus reservas de oro por la mejoría económica del régimen.
Yo vivo muy agusto con mi conciencia. Soy totalmente incapaz de entender cómo hay gente que la vende y la prostituye por un poco de dinero, de poder o de lo que sea. La hipocresía moral de la izquierda es de las cosas más asquerosas y ruines que existen. Y es así porque encima van de buenos y dando lecciones. Terrible.