CRISIS SANITARIA: NI UN CÉNTIMO DE DINERO PÚBLICO PARA APUNTALAR EL EXPRIMEINQUILINATO.—
Esta crisis se va a quedar con el nombre de sanitaria y nos parece muy bien que así sea.
El modelito popularcapitalista de los 1980, surgido tras el triunfo del antiinflacionismo, ha sufrido tres grandes crisis:
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2000 crisis puntocom, punto final de la orgía de 'inflación de activos' bursátiles de la burbuja popularcapitalista;
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2008 crisis 'subprime', punto final de la orgía de 'inflación de activos' inmobiliarios de la burbuja popularcapitalista; toda vez que esta se define más por lo inmobiliario que por lo bursátil, la crisis de las hipotecas 'subprime' es, propiamente, el
Pinchazo de la Burbuja; mal llamada crisis financiera —no hay crisis económica que no sea financiera—, recientemente los periodistas se refieren correctamente a ella como estallido de la burbuja inmobiliaria; y
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2020 crisis sanitaria, en realidad,
Repinchazo de la Reburbuja rehinchada para desaguar de basura al centro del sistema; es la crisis final del modelo popularcapitalista; marca la inflexión de su transición estructural al nuevo modelo, que llamamos Era Cero desde que, en los 1990, viéndola venir, se iniciara la reflexión teórica sobre el iceberg deflacionario, reflexión que sigue aún vigente contra la legión de sinvergüenzas que quieren que odies al dinero, evidentemente, para que te separares de él a cambio de sus activitos perdedores.
La crisis sanitaria afecta tanto a la inflación de activos bursátiles como inmobiliarios. Aún no tenemos datos sobre estos últimos, pero tenemos una aproximación excelente en Bolsa española: la cotización de la socimi Merlin Properties, cuyo comportamiento durante la crisis empeora el del Ibex 35 (gráfico de bolsademadrid.es):
No nos gusta nada que se siga llamando 'crisis financiera' al Pinchazo de la Burbuja —toda crisis económica es financiera—. No obstante, en su día lo comprendimos porque la situación del sistema financiero era delicadísima. Ya no lo es. Ahora la debilidad está en las personas y entidades sobreexpuestas a los activos cuyos valores contables están aún sin corregir y que al sistema capitalista le urge poner en su sitio. Incluye, especialmente:
• infinidad de inmuebles en todo el mundo
• un sinfín de participaciones y bonos privados, también por todo el mundo
• el dólar
• muchas acciones cotizadas norteamericanas.
Lo grande de esta crisis es que las instituciones centrales del sistema capitalista van a estar muy regocijadas dándola, echando a patadas del terreno de juego a los '
parvenues' que lo han degradado desde 2016. ¿No queríais 'exits' o muros y aranceles? Pues el sistema capitalista os manda cerrar la puerta por fuera.
Otra diferencia con las dos crisis anteriores es que, ahora,
los perdedores no nos dan ninguna pena. Eran conscientes de la disfuncionalidad del modelo, sabían de la falsedad cínica de sus mesías y han tenido tiempo más que suficiente para abandonar el pacto fáustico.
Que, también mistificando, se llame crisis sanitaria al Repinchazo de la Burbuja, por contra, nos parece muy bien. Es 'pincharreburbujista' en grado sumo. El 'pueblo' —eso que da nombre al popularcapitalismo y al populismo— está
complacido inconfesablemente con la sobrevaloración inmobiliaria a pesar de la precariedad laboral y residencial de sus hijos. No quiere ver que el modelo económico vigente desde los 1980 ha fracasado en la provisión a los trabajadores de ese bien básico —de consumo obligatorio— que es la Vivienda, con la consiguiente losa sobre las Cuentas de Resultados de las empresas que los contratan. Sin embargo, ese mismo pueblo, tan indulgente con la usura inmobiliaria, capaz de situar al frente del Imperio a un magnate inmobiliario hortera con complejo de superioridad y a quien no le importa desagradar,
no entiende que el sistema sea incapaz de proveerle de ese otro bien básico que es la Sanidad. Ya puede el sistema capitalista cambiar el 'statu quo' —y hacerlo rápido— si quiere seguir vigente.
Gran lección la que le está dando al sistema capitalista la República Popular China —nombre que también contiene la palabra pueblo—. Y es que, junto con la Vivienda, la Sanidad es el gran talón de Aquiles de la Economía 'de Mercadillo' y su Pensamiento Merchero.
En el marco de la crisis sanitaria,
los Estados de los países con economía capitalista deben intervenir ahora en contra de la extracción de rentas inmobiliarias.
Hay dos razones muy de peso:
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Enfoque de la Renta: Las rentas inmobiliarias son la losa que asfixia la distribución de la Producción transformada en Renta. Son la causa de la causa de los gigantescos desequilibrios que padecen las economías tardopopularcapitalistas. En el Pinchazo de la Burbuja se reprimió la extracción de rentas aproductivas financiero-fijas. Entonces, no se pudo reprimir la extracción de rentas inmobiliarias por lo expuesto que estaba el sistema financiero primario a las rentas hipotecarias. Ha llegado el momento. Qué mejor que echarle la culpa al cobi19. Luego vendrá la conversión de las pensiones en renta básica incorporada a la base imponible del Impuesto sobre la Renta, para librarnos de tener que pagar pensiones a ricos.
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Efecto Día Después: En cuanto la crisis sanitaria estricta mejore, los usureros inmobiliarios van a salir con que la suya no solo es la mejor inversión posible, sino la única. E intentarán refrenar la Transición Estructural convirtiendo la
Reconstrucción en
Rerrecuperación de lo suyo, por tanto, en
Rerreburbuperación. Justo la peor dinámica contraria que puede haber contra el cambio de modelo a que nos aboca esta crisis estructural.
En clave de crisis sanitaria,
el Gobierno de España sabe que no debe canalizar, ni directa ni indirectamente, ni un solo céntimo de la Renta a los bolsillos de los rentistas inmobiliarios echados al monte, todo el día con que «es que es el ahorro de mi vida». ¿Y los ahorradores financieros, qué? ¿Y los accionistas de las grandes empresas productivas del país, qué? ¿Y los pensionistas pobres y los desempleados, qué? ¿Y los empleadores que financian las rentas salariales de donde salen las inmobiliarias, qué? Antes al contrario,
el Gobierno sabe que lo que toca es debilitar la extracción de rentas inmobiliarias, mal que les pese a sus miembros, porque, a título individual son 'mismacestahuevones', encima, de Mierdrid.
No obstante, no crean que sería tan malo para la Transición Estructural que el Gobierno decidiera compadecerse del sufrimiento de los 'pobres' caseros usando el dinero público para apuntalar el exprimeinquilinato.
Todo lo que aumente la presión en la olla es bueno cara a la explosión de la bomba cuya mecha ha consumido tan rápidamente el cobi19.
Es lógico que la Bolsa norteamericana se revuelva con fuerza cuando, en su caída, llega a los
mínimos de diciembre de 2018, año de inicio del Repinchazo de la Reburbuja. No obstante, ya ha penetrado en el territorio de
caída libre. Caída que será, primero, hasta
el nivel del que arrancó la Reburbuja, en 2016, y luego hasta
la zona donde pinchó la burbuja 'subprime', que es el objetivo. El desarrollo que ha tenido la Bolsa norteamericana desde el Pinchazo de la Burbuja es una anormalidad que no se ha dado nada más que allí.
Lo mismo podemos decir de la Reburbuja inmobiliaria. La bomba está por estallar en EEUU, donde el cobi19 no ha hecho nada más que empezar.
Hay que extremar la prudencia porque, al lado de 'dead cat bounces', 'bull traps', etcétera, que vemos y vamos a ver hasta que explote la bomba, hay
verdaderas oportunidades en acciones de empresas estratégicas castigadas en exceso, tanto que debiera aprovecharse para nacionalizarlas, en muchos casos,
desprivatizarlas.