A nivel de gran estrategia, la incorporación de buena parte de Ucrania al ámbito ruso responde, al menos parcialmente, al enorme problema demográfico de Rusia, un país cuyo componente étnico ruso está en caída, mientras aumentan las minorías y especialmente las gentes de religión islámica. Incorporar las pobladas zonas la cuenca del Donesk y, probablemente otras zonas, aliviará este problema durante unos lustros, mientras los cuales tratar desarrollar una solución.
Las ganancias que va haciendo Rusia, las está haciendo a costa de graves pérdidas, y cuando Ucrania ceda por agotamiento, si tenemos la suerte de que el conflicto no escale, Rusia no va a estar para seguir perdiendo gente en guerras con sus vecinos europeos, por más que tenga su máquina de guerra afinada tras años de conflicto y un ejército veterano. En ese momento surgirá la oportunidad para Europa de tratar de reconstruir relaciones o seguir haciendo la política estadounidense, cosa que seguramente haremos para complacer a nuestros amos.