Recuerdo haber leído que tras la noticia del ataque a Pearl Harbor, la población nipona estalló con gran fervor nacionalista, muchos cantos, mucho jubilo y muchos banzai al Emperador. Luego se acabó la fiesta y cayeron dos bombas atómicas que borraron a 300,000 amarillos del mapa.
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Lo mismo con Gaza; mucho canto, mucho festejo y mucho Allahu Akbar.
Pero al final estos palestinos acabarán siendo masacrados como a perros.
Y así como hay gaias que chillan por lo de Hiroshima, habrá gaias que berrearán muy fuerte por lo de Gaza.
La historia no se repite, pero vaya que rima.