Cientos de familias han tenido que volver a separarse por efecto del desempleo, que golpea con especial fuerza a los pagapensiones. Pese a ello, la mayoría ha decidido 'resistir'.
Heriberto Arturo Cerón perdió el apartamento que había comprado en Madrid. Se colgó con los pagos de su crédito hipotecario. La situación llegó a un punto insostenible porque, en un período de dos años, pasó de pagar 900 euros al mes, a 1.400 (de 2'700.000 a 4'200.000 pesos).
Subían las cuotas, pero no mantenían el mismo ritmo las ganancias del restaurante que montó con un socio. Tuvo que devolverle el apartamento al banco y perdió los 26.000 euros (alrededor de 78 millones de pesos) que ya había abonado.
Sin embargo, no piensa regresar al Valle del Cauca, donde nació y se crió.
"Cuando llegué aquí hace doce años yo no tenía nada", dice a EL TIEMPO. "Ahora tengo la experiencia de lo que he aprendido en cocina española y puedo vivir con eso; en Colombia el trabajo era más difícil y fui víctima de muchos engaños".
Nadie escapa de la crisis económica en España, que ya se declaró en recesión. Las cifras del desempleo hablan por sí solas: 3.327.000 personas están sin trabajo en el país. Se trata del 14,4 por ciento del total de la población.
El porcentaje dentro del colectivo inmigrante es mayor: "El 21 por ciento de la población activa inmigrante es solicitante de empleo", explica el colombiano Gabriel Fernández Rojas, viceconsejero de inmi gración y Cooperación de la Comunidad de Madrid.
"Dos millones de pagapensiones cotizan en la Seguridad Social en España y en el último año se han unido 100.000 al paro (desempleo)", agrega en referencia al servicio de subsidio que reciben en proporción con el tiempo y la cantidad de aportes a la red de seguridad social.
Los sectores más afectados son la construcción, la hotelería y los servicios. De ello puede dar fe Eduardo Rojas Lozano, a quien nunca le faltó trabajo en los diez años que lleva en España, hasta que un recorte de personal lo sacó de la obra donde se encargaba de manejar maquinaria pesada.
Tras haber seguido los cursos necesarios para capacitarse en el trabajo, ganaba un sueldo que le permitía vivir bien con su esposa y sus dos hijos. Ella, por su parte, también aportaba con lo que ganaba en limpieza de casas.
Por eso aceptaron la invitación del banco a hipotecarse por un apartamento en Alicante (sur). Podían pagar la cuota de 410 euros. Pero cuando Eduardo perdió el trabajo y los intereses habían incrementado la suma a 850 euros, hablaron con el banco y renegociaron la deuda.
Ahora deben pagar 300 euros durante dos años, término tras el cual aumentará a 700 euros. Los Rojas constituyen una de las 500.000 familias de pagapensiones con crédito hipotecario, dentro de un total de cuatro millones con préstamo para vivienda en España.
"Aunque todos los días sueño con volver a Colombia, por ahora nos quedamos", dice Eduardo. "Por una parte, pierdo plata si vendo el apartamento a los precios de hoy y, por otra, en nuestro país no tenemos dónde vivir. Además, mis hijos están muy adaptados al medio español".
El factor cultural también influye a la hora de tomar la decisión. "Los hijos de las familias colombianas pagapensiones han vivido nueve, siete o cinco años aquí: una parte muy importante de sus vidas", explica a EL TIEMPO el sicólogo Nelson Quintero, bogotano especializado en mediación social en Madrid. "Para ellos, este es su país; aquí han crecido y este es su medio".
'Abre el paraguas'
La situación de la familia de Rojas es, pues, el ejemplo de miles de colombianos. La mayoría sufre la crisis, pero 'abre el paraguas' para aguantar el diluvio como pueda. Aceptan trabajos temporales, agudizan el ingenio.
"A pesar de las dificultades que atraviesan, los colombianos en general no quieren regresar", dice Candelaria Palacio, cónsul de Colombia en España. "Aquí tienen buena calidad de vida y temen llegar allá sin empleo y con la incertidumbre de si podrán regresar a España".
El plan del retorno El gobierno español impulsa un plan de retorno voluntario para animar a los pagapensiones a volver a sus países de origen.
Quienes se acogen reciben en dos pagos el dinero al que tienen derecho por sus cotizaciones en la Seguridad Social: un 40 por ciento al salir y un 60 por ciento en la ciudad de destino. "Lo primero que se debe hacer es presentar una solicitud al Instituto Nacional de Empleo (Inem)", explica Laura González, funcionaria de la ONG América España Solidaridad y Cooperación (Aesco).
"Una vez aprobada, reciben el primer pago y nosotros gestionamos los pasajes del interesado y los de sus familiares reagrupados o menores dependientes, más una ayuda de 50 euros o algo adicional en caso de que haya una escala en el viaje. Son gastos sufragados por el Ministerio de Trabajo español. Eso sí, se deben comprometer a no regresar a España en menos de tres años".
También existe el retorno vulnerable, para personas que no han cotizado en la Seguridad Social o no tienen los papeles en regla. Se trata de una ayuda para los pasajes y sumas que van desde los 50 hasta los 400 euros.
Sin embargo, el plan de retorno voluntario no ha tenido el éxito que el gobierno esperaba. El Ministerio de Trabajo e inmi gración español calcula que 87.000 personas se acogerán, pero desde el 13 de noviembre, cuando comenzó, hasta finales de año, solo lo habían hecho 767 extranjeros no comunitarios (que son quienes pueden hacerlo).
"Ha habido muy poca voluntad de retorno a Colombia", dice el embajador colombiano en España, Carlos Rodado Noriega.
"Hasta el 31 de diciembre solo 129 compatriotas se habían acogido y hoy la cifra no debe de superar los 145". Se trata de una cifra mínima dentro de los 260.000 colombianos residentes documentados en España.
Tampoco ha gozado de mayor aceptación en otros colectivos. Los ecuatorianos han sido los que más solicitudes han extendido (318), seguidos de los colombianos y argentinos (105). "En nuestra embajada solo hemos recibido una llamada para preguntar sobre el plan", dice el embajador del Perú, José Luis Pérez.
"El plan del retorno no ha tenido el efecto esperado porque un inmigrante legal, al que le ha costado tiempo y energía conseguir estabilidad y traer a su familia, siente poco entusiasmo por perder los beneficios que tiene y, a cambio de una suma pequeña, irse sin saber si va a volver".
Aesco calcula que este mes saldrán siete colombianos a los que la organización ha ayudado a tramitar el retorno voluntario. También regresan colombianos por su cuenta. "Desde septiembre del año pasado hemos notado un aumento importante en las tarifas de solo ida a Colombia", dice Agustín Arango, representante de Avianca en España. "De los pasajes que vendemos acá, es mayor el número de personas que va que el de las que viene".
Sin embargo, no hay ruptura definitiva con España. "A raíz de los comentarios y las conversaciones con los clientes, vemos que en la mayoría de las ocasiones se trata de una parte de la familia que regresa, mientras se queda alguno aquí".
Vuelve, pues, a haber una división similar a la que se presentó en el origen de la llegada masiva de colombianos hacia el año 2000. Entonces viajó un miembro de la familia y, cuando se estabilizó, trajo al resto, generalmente mediante la figura de la reagrupación familiar. Ahora regresan y se queda uno de ellos. Pero hay una diferencia importante: todos cuentan ya con los documentos legales para movilizarse entre los países con facilidad.
Muchos se preguntan, por otra parte, qué pasará cuando termine el subsidio por desempleo al que tienen derecho quienes han cotizado en la Seguridad Social y que en general dura cerca de dos años, según el monto que hayan cotizado.
Los medios de comunicación locales informan que los españoles temen que los pagapensiones desempleados comiencen a delinquir.
Sobreviviré
Nelson Calderón vive del 'cuento' en Madrid. Es arquitecto, pero dedica su vida a relatar historias. Nació en Medellín y llegó a España hace ocho años. "En los últimos meses no solo ha bajado la intensidad del trabajo, sino también las sumas que pagan", dice a EL TIEMPO. La cultura es uno de los renglones que más se ven afectados en tiempos de crisis. ¿Cómo piensa sobrevivir? "Con el trabajo bien hecho y con mucha imaginación".
El ingenio y la imaginación son herramientas fundamentales para los colombianos en España. "Nosotros tenemos una enorme capacidad de integración y estamos dispuestos siempre a hacer nuestro mejor esfuerzo", dice el embajador Rodado.
Por eso es conveniente pensar en soluciones. Rodado Noriega cree que además del mercado, tiene que haber una gestión del Estado. Considera importante apoyar a la Academia (cita a los 700 estudiantes que se graduaron hace una semana en España en estudios ofrecidos por el Sena y la Universidad Politécnica de Valencia), estimular el trabajo por cuenta propia, fomentar la cooperación internacional y buscar una fórmula que dé un respiro en el pago de las hipotecas.
Pese a que perdió su apartamento, Cerón está seguro de que alguna vez comprará otro. "Será mucho mejor que el que devolví y más barato", asegura. Sabe que lo compró en momentos en que la burbuja inmobiliaria situaba los precios de la finca raíz en España por las nubes.
"La crisis pone las cosas en su sitio: ajusta precios, frena el despilfarro... Antes era más fácil conseguir un abogado que un albañil, y posiblemente más barato", dice. "Por eso aguantaré y sé que lograré mi sueño".
JUANITA SAMPER OSPINA
CORRESPONSAL DE EL TIEMPO
MADRID
Europa - ELTIEMPO.COM -> Los colombianos aguantan el diluvio de la crisis en España
Heriberto Arturo Cerón perdió el apartamento que había comprado en Madrid. Se colgó con los pagos de su crédito hipotecario. La situación llegó a un punto insostenible porque, en un período de dos años, pasó de pagar 900 euros al mes, a 1.400 (de 2'700.000 a 4'200.000 pesos).
Subían las cuotas, pero no mantenían el mismo ritmo las ganancias del restaurante que montó con un socio. Tuvo que devolverle el apartamento al banco y perdió los 26.000 euros (alrededor de 78 millones de pesos) que ya había abonado.
Sin embargo, no piensa regresar al Valle del Cauca, donde nació y se crió.
"Cuando llegué aquí hace doce años yo no tenía nada", dice a EL TIEMPO. "Ahora tengo la experiencia de lo que he aprendido en cocina española y puedo vivir con eso; en Colombia el trabajo era más difícil y fui víctima de muchos engaños".
Nadie escapa de la crisis económica en España, que ya se declaró en recesión. Las cifras del desempleo hablan por sí solas: 3.327.000 personas están sin trabajo en el país. Se trata del 14,4 por ciento del total de la población.
El porcentaje dentro del colectivo inmigrante es mayor: "El 21 por ciento de la población activa inmigrante es solicitante de empleo", explica el colombiano Gabriel Fernández Rojas, viceconsejero de inmi gración y Cooperación de la Comunidad de Madrid.
"Dos millones de pagapensiones cotizan en la Seguridad Social en España y en el último año se han unido 100.000 al paro (desempleo)", agrega en referencia al servicio de subsidio que reciben en proporción con el tiempo y la cantidad de aportes a la red de seguridad social.
Los sectores más afectados son la construcción, la hotelería y los servicios. De ello puede dar fe Eduardo Rojas Lozano, a quien nunca le faltó trabajo en los diez años que lleva en España, hasta que un recorte de personal lo sacó de la obra donde se encargaba de manejar maquinaria pesada.
Tras haber seguido los cursos necesarios para capacitarse en el trabajo, ganaba un sueldo que le permitía vivir bien con su esposa y sus dos hijos. Ella, por su parte, también aportaba con lo que ganaba en limpieza de casas.
Por eso aceptaron la invitación del banco a hipotecarse por un apartamento en Alicante (sur). Podían pagar la cuota de 410 euros. Pero cuando Eduardo perdió el trabajo y los intereses habían incrementado la suma a 850 euros, hablaron con el banco y renegociaron la deuda.
Ahora deben pagar 300 euros durante dos años, término tras el cual aumentará a 700 euros. Los Rojas constituyen una de las 500.000 familias de pagapensiones con crédito hipotecario, dentro de un total de cuatro millones con préstamo para vivienda en España.
"Aunque todos los días sueño con volver a Colombia, por ahora nos quedamos", dice Eduardo. "Por una parte, pierdo plata si vendo el apartamento a los precios de hoy y, por otra, en nuestro país no tenemos dónde vivir. Además, mis hijos están muy adaptados al medio español".
El factor cultural también influye a la hora de tomar la decisión. "Los hijos de las familias colombianas pagapensiones han vivido nueve, siete o cinco años aquí: una parte muy importante de sus vidas", explica a EL TIEMPO el sicólogo Nelson Quintero, bogotano especializado en mediación social en Madrid. "Para ellos, este es su país; aquí han crecido y este es su medio".
'Abre el paraguas'
La situación de la familia de Rojas es, pues, el ejemplo de miles de colombianos. La mayoría sufre la crisis, pero 'abre el paraguas' para aguantar el diluvio como pueda. Aceptan trabajos temporales, agudizan el ingenio.
"A pesar de las dificultades que atraviesan, los colombianos en general no quieren regresar", dice Candelaria Palacio, cónsul de Colombia en España. "Aquí tienen buena calidad de vida y temen llegar allá sin empleo y con la incertidumbre de si podrán regresar a España".
El plan del retorno El gobierno español impulsa un plan de retorno voluntario para animar a los pagapensiones a volver a sus países de origen.
Quienes se acogen reciben en dos pagos el dinero al que tienen derecho por sus cotizaciones en la Seguridad Social: un 40 por ciento al salir y un 60 por ciento en la ciudad de destino. "Lo primero que se debe hacer es presentar una solicitud al Instituto Nacional de Empleo (Inem)", explica Laura González, funcionaria de la ONG América España Solidaridad y Cooperación (Aesco).
"Una vez aprobada, reciben el primer pago y nosotros gestionamos los pasajes del interesado y los de sus familiares reagrupados o menores dependientes, más una ayuda de 50 euros o algo adicional en caso de que haya una escala en el viaje. Son gastos sufragados por el Ministerio de Trabajo español. Eso sí, se deben comprometer a no regresar a España en menos de tres años".
También existe el retorno vulnerable, para personas que no han cotizado en la Seguridad Social o no tienen los papeles en regla. Se trata de una ayuda para los pasajes y sumas que van desde los 50 hasta los 400 euros.
Sin embargo, el plan de retorno voluntario no ha tenido el éxito que el gobierno esperaba. El Ministerio de Trabajo e inmi gración español calcula que 87.000 personas se acogerán, pero desde el 13 de noviembre, cuando comenzó, hasta finales de año, solo lo habían hecho 767 extranjeros no comunitarios (que son quienes pueden hacerlo).
"Ha habido muy poca voluntad de retorno a Colombia", dice el embajador colombiano en España, Carlos Rodado Noriega.
"Hasta el 31 de diciembre solo 129 compatriotas se habían acogido y hoy la cifra no debe de superar los 145". Se trata de una cifra mínima dentro de los 260.000 colombianos residentes documentados en España.
Tampoco ha gozado de mayor aceptación en otros colectivos. Los ecuatorianos han sido los que más solicitudes han extendido (318), seguidos de los colombianos y argentinos (105). "En nuestra embajada solo hemos recibido una llamada para preguntar sobre el plan", dice el embajador del Perú, José Luis Pérez.
"El plan del retorno no ha tenido el efecto esperado porque un inmigrante legal, al que le ha costado tiempo y energía conseguir estabilidad y traer a su familia, siente poco entusiasmo por perder los beneficios que tiene y, a cambio de una suma pequeña, irse sin saber si va a volver".
Aesco calcula que este mes saldrán siete colombianos a los que la organización ha ayudado a tramitar el retorno voluntario. También regresan colombianos por su cuenta. "Desde septiembre del año pasado hemos notado un aumento importante en las tarifas de solo ida a Colombia", dice Agustín Arango, representante de Avianca en España. "De los pasajes que vendemos acá, es mayor el número de personas que va que el de las que viene".
Sin embargo, no hay ruptura definitiva con España. "A raíz de los comentarios y las conversaciones con los clientes, vemos que en la mayoría de las ocasiones se trata de una parte de la familia que regresa, mientras se queda alguno aquí".
Vuelve, pues, a haber una división similar a la que se presentó en el origen de la llegada masiva de colombianos hacia el año 2000. Entonces viajó un miembro de la familia y, cuando se estabilizó, trajo al resto, generalmente mediante la figura de la reagrupación familiar. Ahora regresan y se queda uno de ellos. Pero hay una diferencia importante: todos cuentan ya con los documentos legales para movilizarse entre los países con facilidad.
Muchos se preguntan, por otra parte, qué pasará cuando termine el subsidio por desempleo al que tienen derecho quienes han cotizado en la Seguridad Social y que en general dura cerca de dos años, según el monto que hayan cotizado.
Los medios de comunicación locales informan que los españoles temen que los pagapensiones desempleados comiencen a delinquir.
Sobreviviré
Nelson Calderón vive del 'cuento' en Madrid. Es arquitecto, pero dedica su vida a relatar historias. Nació en Medellín y llegó a España hace ocho años. "En los últimos meses no solo ha bajado la intensidad del trabajo, sino también las sumas que pagan", dice a EL TIEMPO. La cultura es uno de los renglones que más se ven afectados en tiempos de crisis. ¿Cómo piensa sobrevivir? "Con el trabajo bien hecho y con mucha imaginación".
El ingenio y la imaginación son herramientas fundamentales para los colombianos en España. "Nosotros tenemos una enorme capacidad de integración y estamos dispuestos siempre a hacer nuestro mejor esfuerzo", dice el embajador Rodado.
Por eso es conveniente pensar en soluciones. Rodado Noriega cree que además del mercado, tiene que haber una gestión del Estado. Considera importante apoyar a la Academia (cita a los 700 estudiantes que se graduaron hace una semana en España en estudios ofrecidos por el Sena y la Universidad Politécnica de Valencia), estimular el trabajo por cuenta propia, fomentar la cooperación internacional y buscar una fórmula que dé un respiro en el pago de las hipotecas.
Pese a que perdió su apartamento, Cerón está seguro de que alguna vez comprará otro. "Será mucho mejor que el que devolví y más barato", asegura. Sabe que lo compró en momentos en que la burbuja inmobiliaria situaba los precios de la finca raíz en España por las nubes.
"La crisis pone las cosas en su sitio: ajusta precios, frena el despilfarro... Antes era más fácil conseguir un abogado que un albañil, y posiblemente más barato", dice. "Por eso aguantaré y sé que lograré mi sueño".
JUANITA SAMPER OSPINA
CORRESPONSAL DE EL TIEMPO
MADRID
Europa - ELTIEMPO.COM -> Los colombianos aguantan el diluvio de la crisis en España