Aquellos simpáticos niños con la estelada pintada en la cara de las primeras Diadas han crecido y ahora son los adolescentes y veinteañeros que han protagonizado los disturbios de esta semana.
No han pasado ni un solo día de hambre, frío o enfermedad en su vida y la mayoría proviene de familias de clase media o media-alta, pero les han inculcado el repruebo nacionalista desde bien pequeños.
¿Qué creéis que es lo máximo que son capaces de hacer?
No han pasado ni un solo día de hambre, frío o enfermedad en su vida y la mayoría proviene de familias de clase media o media-alta, pero les han inculcado el repruebo nacionalista desde bien pequeños.
¿Qué creéis que es lo máximo que son capaces de hacer?
Última edición: