El Tiki Taka a nosotros nos molaba porque éramos los maestros de esa técnica. Y dominabamos la posesión, pero visto desde fuera es aburrido de narices. En el mundial que ganamos todos los partidos los ganamos por la mínima, con solo un gol de diferencia en el segundo tiempo y muchas veces ya al final. Fue el récord de ganar un mundial con tan pocos goles.
Eso sí, control total de la posesión y una defensa brutal, pero aburrido de narices y poco espectáculo.
Luego también hubo partidos brillantes, por supuesto, como cuando ganamos 4-0 a Italia en la final de la Eurocopa, pero por lo general, partidos aburridos.