Vlad_Empalador
Será en Octubre
Macarena Olona: "Sé que se me podría usar para hacer desaparecer a Vox, pero no quiero hacer daño"
PREMIUM
"Mi salida de Vox se aprovechó para asestar tortas y cobrar facturas pendientes". "Cuando dejas cadáveres en el camino, al final lo que pasa es que los cadáveres acaban flotando". "Hay llamadas de presión para evitar que la gente acuda a mis actos"
La ex dirigente de Vox, Macarena Olona.ANTONIO HEREDIA
Macarena Olona (Alicante, 1979) aspira a volver al Congreso. No como dirigente de Vox, sino como «representante del pueblo» para defender allí una Iniciativa Legislativa Popular (ILP) contra la «ideología de género». Espera recoger medio millón de firmas y tener el apoyo del que hasta hace 100 días fue su partido, a pesar de que, dice, le están zancadilleando su regreso a la vida pública.
¿Qué ha ocurrido en los últimos cien días para pasar de agradecer «el privilegio» de formar parte de Vox a denunciar que falta democracia interna?Yo no he denunciado que falte democracia interna y respeto en Vox. Y de manera intencionada no he contestado a la pregunta cuando se me ha preguntado. Lo que yo he dicho es que, desde que se produce mi salida de Vox a finales de julio, me veo en una situación ajena y no buscada: personas de toda España se ponen en contacto conmigo, porque se sienten identificadas con lo que me había ocurrido. Y escucho. Y cuando denuncio que se ha puesto en marcha la maquinaria de triturar carne explico que en todos esos casos veo en común las denuncias de falta de democracia interna y de respeto. Pero nunca he contestado cuando se me ha preguntado. Y lo hago de forma intencionada.¿Por qué? ¿No fue una salida conjunta?Fue una salida conjunta y de la mano, absolutamente. Te voy a decir por qué no respondo a esa pregunta: siempre me he definido como una mujer de ley y orden. No puedo disociar todo en mi vida del prisma jurídico, que es mi pasión y a lo que me dedico. Soy muy consciente, muy consciente, de que se me podría utilizar para intentar hacer desaparecer a Vox del panorama político a través de un proceso de ilegalización. Ese riesgo lo denuncié cuando se nombró a Dolores Delgado fiscal general del Estado. Intenté articular una estrategia jurídica para el caso de que se intentase hacer desaparecer a Vox por la vía de la ilegalización al tergiversar el discurso del partido, no porque se tuviese razón en derecho. Ahora resulta que el escenario es muy distinto, pero existe el mismo riesgo. Otra de las vías de ilegalización de un partido es cuando es contrario a los valores democráticos. Cien voces, digo un número al alza, han salido diciendo que falta democracia interna y respeto en Vox. Bueno, ya es preocupante. Pero lo que se podría utilizar para asestar un golpe definitivo es una voz como la mía. Soy muy consciente de ello, por eso no quiero hacer ningún tipo de daño a Vox y lo que quiero es que Vox, desde luego, con quien se tenga que medir es con los votantes en el momento de celebrar elecciones.¿Los desencuentros con Vox parten de la campaña andaluza? ¿O había tensiones previas?Sin lugar a dudas, el momento en el que yo decido aceptar ser candidata a las elecciones andaluzas marca un antes y un después. Ahora, echando la vista atrás, no creo que tuviese toda la información para aceptar y creo que lo hice en unas condiciones que no eran las que se me estaban planteando. Es a raíz de las elecciones andaluzas y sus resultados cuando empiezo a ver que yo hasta ese momento había aplicado una relación de familia con Vox, pero no todo el mundo pensaba como yo. Y lo peor de todo: no se me estaba atacando de frente. El momento en el que yo advierto que hay un comportamiento muy desleal hacia mí es cuando se empieza a filtrar desde Vox a los medios que yo había sido la responsable de la campaña andaluza, algo que es absolutamente falso. Ni siquiera formaba parte del equipo de campaña. Yo nunca habría salido despotricando contra los responsables, porque en eso se basaba nuestra relación, en una profunda lealtad. Esperé días, semanas, a que hubiera algún tipo de comunicado o de reacción por parte del partido para desmentir lo que se estaba filtrando. Pero la filtración era interna. Ahí terminé de abrir los ojos. A eso le siguieron otros bulos. Y el final de la historia ya lo conocemos todos.¿Considera que la oleada de críticas que se ha producido a raíz de su salida ha derivado en los cambios en la cúpula del partido?Con perspectiva veo mi salida como si fuese un corcho que taponaba un líquido a presión y de repente aflora todo. Muchas informaciones que se han publicado las he conocido por los medios. Me di cuenta estas semanas de que personas no solamente de las bases sino también de lo alto de la organización estaban aprovechando mi salida para asestar tortas y cobrar facturas pendientes. Se publicó que Santiago Abascal primero me ofreció concurrir como número dos por Valencia y finalmente me ofreció un puesto de salida en Granada. Yo eso no se lo he contado a nadie y se publicó. Eso lo conocía muy poquita gente, la cúpula. Al final todo acaba saliendo. No era necesario que yo fuese desleal porque la verdad acaba aflorando. Cuando dejas cadáveres en el camino, al final lo que pasa es que los cadáveres acaban flotando.También se publicó que usted le pidió a Abascal ser senadora.Uf... Eso es absolutamente mentira. Otro de los bulos que se han difundido internamente. Lo puedo contrastar muy fácilmente porque lo tengo por comunicaciones escritas, pero yo quedaría en muy mal lugar si aflorase conversaciones privadas. A pesar del descrédito que se está haciendo sobre mí, no me estoy defendiendo y demostrando que lo que se está publicando es falso. Otro bulo es que yo estaba en Panamá por cuestiones relativas a la herencia de mi padre, cuando en Vox saben perfectamente que yo renuncié a ella. Golpes que recibo en el camino.¿Por qué eligió Panamá, entonces, para asentar allí su plataforma?Lo he estado reflexionando mucho. ¿Cuál podía ser la forma de ser más útil a los españoles? Y al final todas las piezas han encajado en este proyecto que parte de distintas líderes políticas de Iberoamérica y que acepté liderar con una sola condición: poder permitirme seguir trabajando por y para España, porque es mi patria. Pero es en Iberoamérica donde tienen su sede dos de las principales organizaciones que están imponiendo esta dictadura ideológica y criminal que es la ideología de género: el Grupo de Puebla y el Foro de São Paulo. Panamá constituye el epicentro geográfico de Iberoamérica. Y después de las distintas elecciones que se han producido en países de Iberoamérica, como las últimas en Brasil, Panamá va a ser el último dique de contención del comunismo. A ello te añado que yo amo a Panamá como mi segunda patria.En Vox dicen que ya existe una fundación que trabaja por los intereses de los países de habla hispana, que es Disenso.Yo de la Fundación Disenso, como de cualquier otra fundación vinculada a un partido -mi fundación no lo es-, lo primero que me interesa conocer son sus cuentas. A partir de conocer sus cuentas, podremos hablar del fondo.¿Qué recorrido tiene la ILP?Se inicia con el registro en el Congreso y después con la calificación de la iniciativa, que es un trámite muy difícil de saltar. Voy a tener que esforzarme mucho con mi equipo jurídico para conseguir sortearlo. Mi aspiración es recoger el medio millón de firmas en un plazo mucho menor a los nueve meses para poder entrar en los tiempos electorales. El objetivo es que todos los partidos puedan pronunciarse sobre una iniciativa que viene del pueblo directamente. Me están llegando mensajes de apoyo de la derecha, centro e izquierda, de ciudadanos de muy distintas ideologías que me dicen: «Antes no te apoyaba porque estabas con un partido con el que no comulgo, pero ahora que estás en la sociedad civil tienes mi total apoyo».¿Ha recibido también el apoyo de algún diputado?Sí, sí. Pero permíteme que lo mantenga reservado. No sé hasta dónde llegaremos. Sí anticipo que en esa comisión promotora, que es la que tiene que firmar la iniciativa, no habrá ningún partido. Tiene que verse como lo que es: algo limpio, donde yo soy la última, sin ningún tipo de protagonismo porque es para el pueblo. Por eso precisamente, para intentar aglutinar las máximas sensibilidades posibles, no puede verse como una iniciativa afín a un partido.¿Su fundación tendrá estructura territorial en España?Efectivamente. El viernes [4 de noviembre], en una conferencia en la que me dolió muchísimo conocer por parte de los organizadores que se habían producido llamadas de presión para evitar que asistiese la gente, designé en Jaén el primer delegado territorial: Ramón Quesada, un gran referente que estuvo en los inicios de Vox en la etapa de los fundadores, de Alejo Vidal-Quadras y el resto de compañeros que alumbraron el proyecto hasta que fueron apartados. Es la primera piedra sobre la que se asienta el proyecto.No cierra la puerta a concurrir a las generales. ¿Cuál es la condición para hacerlo?Tengo muy claro que estoy para servir a los españoles y que estaré donde ellos quieran. Lo que no puedo decir es qué va a suceder a tan largo plazo. Hoy lo que menos necesitan los españoles es fragmentar aún más el tablero político. Por eso no he aceptado la financiación para formar un partido ahora mismo. Y lo hago teniendo voces muy autorizadas. ¿Qué opinaban? Lo contrario, pero yo tengo la íntima convicción de que ahora mismo no es tiempo de fragmentar el voto.¿Medio millón de firmas no sería un espaldarazo para dar el paso?No lo creo, porque esas firmas no son para mí. Son para un proyecto en el que yo soy lo menos importante. Ojalá dejen algunos de promover una política de trincheras de «o estás conmigo o estás contra mí».En Vox opinan que si acaba formando una marca electoral deberá ser «diferenciada» de su ex partido. ¿En qué se diferencia de Vox?Yo me siento muy orgullosa de que muchas personas, especialmente mujeres, se hayan sentido representadas con mi voz. Soy la misma Macarena de siempre. Di el paso político cuando vinieron a buscarme porque Vox representaba algunos de mis ideales y porque consideraba que era el partido que podía defender mejor a España, especialmente porque era la antítesis de un partido. Ahora que camino con total libertad no cambio mis ideales. Lo que no se entendería es que si la lucha contra la ideología de género se considera un rasgo esencial en el ADN de un partido ahora, por puro revanchismo, por puro personalismo o egos, no se apoyara una iniciativa que lo único que pretende es luchar desde la calle, desde la sociedad civil, con mucha más amplitud. Alguien tendrá que explicarlo.Es decir, da por hecho que Vox apoyará su iniciativa.Hombre, no me cabe la menor duda. No veo un escenario distinto. No sé cómo podrían justificarlo. Yo ya lo único que pido es que no prohíban a sus militantes, a sus simpatizantes, a la que es mi familia, el poder firmar esta iniciativa. Y si lo hacen, que al menos den la cara y que lo digan abiertamente.Dice que es libre de apoyar ciertas candidaturas. ¿A quién se está refiriendo?Todavía no se han planteado las candidaturas, pero tengo claro que si en un momento determinado debo y veo que puedo apoyar alguna, por supuesto que lo haré. Por poner un nombre, no sé qué va a hacer Antonio Gallego, secretario general de Vox en el Parlamento catalán hasta que lo cesaron, dimitió y pasó al Grupo Mixto. No sé qué va a hacer Juan José Liarte en Murcia, ni Ricardo jovenlandesado en Galicia. U otras personas que no tengan por qué ser forzosamente de Vox. Siempre será porque lo considere de interés para los ciudadanos.
PREMIUM
- VICENTE COLL
@vtecoll
Madrid
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"Mi salida de Vox se aprovechó para asestar tortas y cobrar facturas pendientes". "Cuando dejas cadáveres en el camino, al final lo que pasa es que los cadáveres acaban flotando". "Hay llamadas de presión para evitar que la gente acuda a mis actos"
La ex dirigente de Vox, Macarena Olona.ANTONIO HEREDIA
Macarena Olona (Alicante, 1979) aspira a volver al Congreso. No como dirigente de Vox, sino como «representante del pueblo» para defender allí una Iniciativa Legislativa Popular (ILP) contra la «ideología de género». Espera recoger medio millón de firmas y tener el apoyo del que hasta hace 100 días fue su partido, a pesar de que, dice, le están zancadilleando su regreso a la vida pública.
¿Qué ha ocurrido en los últimos cien días para pasar de agradecer «el privilegio» de formar parte de Vox a denunciar que falta democracia interna?Yo no he denunciado que falte democracia interna y respeto en Vox. Y de manera intencionada no he contestado a la pregunta cuando se me ha preguntado. Lo que yo he dicho es que, desde que se produce mi salida de Vox a finales de julio, me veo en una situación ajena y no buscada: personas de toda España se ponen en contacto conmigo, porque se sienten identificadas con lo que me había ocurrido. Y escucho. Y cuando denuncio que se ha puesto en marcha la maquinaria de triturar carne explico que en todos esos casos veo en común las denuncias de falta de democracia interna y de respeto. Pero nunca he contestado cuando se me ha preguntado. Y lo hago de forma intencionada.¿Por qué? ¿No fue una salida conjunta?Fue una salida conjunta y de la mano, absolutamente. Te voy a decir por qué no respondo a esa pregunta: siempre me he definido como una mujer de ley y orden. No puedo disociar todo en mi vida del prisma jurídico, que es mi pasión y a lo que me dedico. Soy muy consciente, muy consciente, de que se me podría utilizar para intentar hacer desaparecer a Vox del panorama político a través de un proceso de ilegalización. Ese riesgo lo denuncié cuando se nombró a Dolores Delgado fiscal general del Estado. Intenté articular una estrategia jurídica para el caso de que se intentase hacer desaparecer a Vox por la vía de la ilegalización al tergiversar el discurso del partido, no porque se tuviese razón en derecho. Ahora resulta que el escenario es muy distinto, pero existe el mismo riesgo. Otra de las vías de ilegalización de un partido es cuando es contrario a los valores democráticos. Cien voces, digo un número al alza, han salido diciendo que falta democracia interna y respeto en Vox. Bueno, ya es preocupante. Pero lo que se podría utilizar para asestar un golpe definitivo es una voz como la mía. Soy muy consciente de ello, por eso no quiero hacer ningún tipo de daño a Vox y lo que quiero es que Vox, desde luego, con quien se tenga que medir es con los votantes en el momento de celebrar elecciones.¿Los desencuentros con Vox parten de la campaña andaluza? ¿O había tensiones previas?Sin lugar a dudas, el momento en el que yo decido aceptar ser candidata a las elecciones andaluzas marca un antes y un después. Ahora, echando la vista atrás, no creo que tuviese toda la información para aceptar y creo que lo hice en unas condiciones que no eran las que se me estaban planteando. Es a raíz de las elecciones andaluzas y sus resultados cuando empiezo a ver que yo hasta ese momento había aplicado una relación de familia con Vox, pero no todo el mundo pensaba como yo. Y lo peor de todo: no se me estaba atacando de frente. El momento en el que yo advierto que hay un comportamiento muy desleal hacia mí es cuando se empieza a filtrar desde Vox a los medios que yo había sido la responsable de la campaña andaluza, algo que es absolutamente falso. Ni siquiera formaba parte del equipo de campaña. Yo nunca habría salido despotricando contra los responsables, porque en eso se basaba nuestra relación, en una profunda lealtad. Esperé días, semanas, a que hubiera algún tipo de comunicado o de reacción por parte del partido para desmentir lo que se estaba filtrando. Pero la filtración era interna. Ahí terminé de abrir los ojos. A eso le siguieron otros bulos. Y el final de la historia ya lo conocemos todos.¿Considera que la oleada de críticas que se ha producido a raíz de su salida ha derivado en los cambios en la cúpula del partido?Con perspectiva veo mi salida como si fuese un corcho que taponaba un líquido a presión y de repente aflora todo. Muchas informaciones que se han publicado las he conocido por los medios. Me di cuenta estas semanas de que personas no solamente de las bases sino también de lo alto de la organización estaban aprovechando mi salida para asestar tortas y cobrar facturas pendientes. Se publicó que Santiago Abascal primero me ofreció concurrir como número dos por Valencia y finalmente me ofreció un puesto de salida en Granada. Yo eso no se lo he contado a nadie y se publicó. Eso lo conocía muy poquita gente, la cúpula. Al final todo acaba saliendo. No era necesario que yo fuese desleal porque la verdad acaba aflorando. Cuando dejas cadáveres en el camino, al final lo que pasa es que los cadáveres acaban flotando.También se publicó que usted le pidió a Abascal ser senadora.Uf... Eso es absolutamente mentira. Otro de los bulos que se han difundido internamente. Lo puedo contrastar muy fácilmente porque lo tengo por comunicaciones escritas, pero yo quedaría en muy mal lugar si aflorase conversaciones privadas. A pesar del descrédito que se está haciendo sobre mí, no me estoy defendiendo y demostrando que lo que se está publicando es falso. Otro bulo es que yo estaba en Panamá por cuestiones relativas a la herencia de mi padre, cuando en Vox saben perfectamente que yo renuncié a ella. Golpes que recibo en el camino.¿Por qué eligió Panamá, entonces, para asentar allí su plataforma?Lo he estado reflexionando mucho. ¿Cuál podía ser la forma de ser más útil a los españoles? Y al final todas las piezas han encajado en este proyecto que parte de distintas líderes políticas de Iberoamérica y que acepté liderar con una sola condición: poder permitirme seguir trabajando por y para España, porque es mi patria. Pero es en Iberoamérica donde tienen su sede dos de las principales organizaciones que están imponiendo esta dictadura ideológica y criminal que es la ideología de género: el Grupo de Puebla y el Foro de São Paulo. Panamá constituye el epicentro geográfico de Iberoamérica. Y después de las distintas elecciones que se han producido en países de Iberoamérica, como las últimas en Brasil, Panamá va a ser el último dique de contención del comunismo. A ello te añado que yo amo a Panamá como mi segunda patria.En Vox dicen que ya existe una fundación que trabaja por los intereses de los países de habla hispana, que es Disenso.Yo de la Fundación Disenso, como de cualquier otra fundación vinculada a un partido -mi fundación no lo es-, lo primero que me interesa conocer son sus cuentas. A partir de conocer sus cuentas, podremos hablar del fondo.¿Qué recorrido tiene la ILP?Se inicia con el registro en el Congreso y después con la calificación de la iniciativa, que es un trámite muy difícil de saltar. Voy a tener que esforzarme mucho con mi equipo jurídico para conseguir sortearlo. Mi aspiración es recoger el medio millón de firmas en un plazo mucho menor a los nueve meses para poder entrar en los tiempos electorales. El objetivo es que todos los partidos puedan pronunciarse sobre una iniciativa que viene del pueblo directamente. Me están llegando mensajes de apoyo de la derecha, centro e izquierda, de ciudadanos de muy distintas ideologías que me dicen: «Antes no te apoyaba porque estabas con un partido con el que no comulgo, pero ahora que estás en la sociedad civil tienes mi total apoyo».¿Ha recibido también el apoyo de algún diputado?Sí, sí. Pero permíteme que lo mantenga reservado. No sé hasta dónde llegaremos. Sí anticipo que en esa comisión promotora, que es la que tiene que firmar la iniciativa, no habrá ningún partido. Tiene que verse como lo que es: algo limpio, donde yo soy la última, sin ningún tipo de protagonismo porque es para el pueblo. Por eso precisamente, para intentar aglutinar las máximas sensibilidades posibles, no puede verse como una iniciativa afín a un partido.¿Su fundación tendrá estructura territorial en España?Efectivamente. El viernes [4 de noviembre], en una conferencia en la que me dolió muchísimo conocer por parte de los organizadores que se habían producido llamadas de presión para evitar que asistiese la gente, designé en Jaén el primer delegado territorial: Ramón Quesada, un gran referente que estuvo en los inicios de Vox en la etapa de los fundadores, de Alejo Vidal-Quadras y el resto de compañeros que alumbraron el proyecto hasta que fueron apartados. Es la primera piedra sobre la que se asienta el proyecto.No cierra la puerta a concurrir a las generales. ¿Cuál es la condición para hacerlo?Tengo muy claro que estoy para servir a los españoles y que estaré donde ellos quieran. Lo que no puedo decir es qué va a suceder a tan largo plazo. Hoy lo que menos necesitan los españoles es fragmentar aún más el tablero político. Por eso no he aceptado la financiación para formar un partido ahora mismo. Y lo hago teniendo voces muy autorizadas. ¿Qué opinaban? Lo contrario, pero yo tengo la íntima convicción de que ahora mismo no es tiempo de fragmentar el voto.¿Medio millón de firmas no sería un espaldarazo para dar el paso?No lo creo, porque esas firmas no son para mí. Son para un proyecto en el que yo soy lo menos importante. Ojalá dejen algunos de promover una política de trincheras de «o estás conmigo o estás contra mí».En Vox opinan que si acaba formando una marca electoral deberá ser «diferenciada» de su ex partido. ¿En qué se diferencia de Vox?Yo me siento muy orgullosa de que muchas personas, especialmente mujeres, se hayan sentido representadas con mi voz. Soy la misma Macarena de siempre. Di el paso político cuando vinieron a buscarme porque Vox representaba algunos de mis ideales y porque consideraba que era el partido que podía defender mejor a España, especialmente porque era la antítesis de un partido. Ahora que camino con total libertad no cambio mis ideales. Lo que no se entendería es que si la lucha contra la ideología de género se considera un rasgo esencial en el ADN de un partido ahora, por puro revanchismo, por puro personalismo o egos, no se apoyara una iniciativa que lo único que pretende es luchar desde la calle, desde la sociedad civil, con mucha más amplitud. Alguien tendrá que explicarlo.Es decir, da por hecho que Vox apoyará su iniciativa.Hombre, no me cabe la menor duda. No veo un escenario distinto. No sé cómo podrían justificarlo. Yo ya lo único que pido es que no prohíban a sus militantes, a sus simpatizantes, a la que es mi familia, el poder firmar esta iniciativa. Y si lo hacen, que al menos den la cara y que lo digan abiertamente.Dice que es libre de apoyar ciertas candidaturas. ¿A quién se está refiriendo?Todavía no se han planteado las candidaturas, pero tengo claro que si en un momento determinado debo y veo que puedo apoyar alguna, por supuesto que lo haré. Por poner un nombre, no sé qué va a hacer Antonio Gallego, secretario general de Vox en el Parlamento catalán hasta que lo cesaron, dimitió y pasó al Grupo Mixto. No sé qué va a hacer Juan José Liarte en Murcia, ni Ricardo jovenlandesado en Galicia. U otras personas que no tengan por qué ser forzosamente de Vox. Siempre será porque lo considere de interés para los ciudadanos.
