Doctor Johnson
Madmaxista
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Lo escuché estaba mañana, cuando pasaba por delante de un restaurante en una calle medio desierta de una ciudad de la periferia de Madrid. Una mujer que estaba barriendo a la entrada de un restaurante hablaba con una pareja joven (no precisamente en tono bajo), a la que supongo que conocía. Probablemente la chica también trabaja en ese restaurante.
La mujer debía tener unos cincuenta y tantos y, por la apariencia y el aspecto, era eslava. De más a menos probable (teniendo en cuenta la procedencia de los pagapensiones en esa zona y el empleo) podría ser ucraniana, polaca o rusa.
El chico y la chica debían tener ventipocos y parecían ecuatorianos o peruanos.
Lo que le decía la mujer al chico, más o menos textualmente, fue esto: "Tú no limpies nada. Te tumbas hoy. Ella tiene el día libre mañana. ¡No seas simple!"
El chico y la chica se reían.
Me di cuenta que esa situación habría sido completamente imposible con una española de por medio. Tanto en la emisión como en la recepción del mensaje. A una charo española de 50 en la vida se le habría ocurrido decir algo así. Y una chica española de veintipocos años no habría dejado pasar esa oportunidad para hacer un minidiscurso feminista radical.
Desde luego los españoles tenemos suerte con las mujeres. Sólo nos han tocado las peorcitas de la Tierra. Pero las peorcitas.
La mujer debía tener unos cincuenta y tantos y, por la apariencia y el aspecto, era eslava. De más a menos probable (teniendo en cuenta la procedencia de los pagapensiones en esa zona y el empleo) podría ser ucraniana, polaca o rusa.
El chico y la chica debían tener ventipocos y parecían ecuatorianos o peruanos.
Lo que le decía la mujer al chico, más o menos textualmente, fue esto: "Tú no limpies nada. Te tumbas hoy. Ella tiene el día libre mañana. ¡No seas simple!"
El chico y la chica se reían.
Me di cuenta que esa situación habría sido completamente imposible con una española de por medio. Tanto en la emisión como en la recepción del mensaje. A una charo española de 50 en la vida se le habría ocurrido decir algo así. Y una chica española de veintipocos años no habría dejado pasar esa oportunidad para hacer un minidiscurso feminista radical.
Desde luego los españoles tenemos suerte con las mujeres. Sólo nos han tocado las peorcitas de la Tierra. Pero las peorcitas.
