Es que los 144.000 son vírgenes
No creo que esa sea mi misión.
Pero claro que comparto que, incluso Jesús, predicaba que la Iglesia y la salvación están dentro de uno mismo; nadie tiene la potestad de poseer la verdad absoluta y que ésta tenga que ser explicada al resto de los mortales. Desde ese punto, se equivocan todas las religiones. La verdad se vive en primera persona; sólo hay que abrirle el corazón a Dios y poner tu vida en sus manos, hágase así su voluntad.
El concepto que defines como tecla, también lo he sentido a mi manera. Esas especies de epifanías, esa sensación de gratitud tan grande, esa redención de los pecados, sentir el amor de Dios en tu corazón; la vibración que te produce en todo el cuerpo y el sentir cómo de tu pecho sale un rayo de energía positiva, con una frecuencia vibratoria tan intensa, enfocado y nutriendo al Universo, hacía que me tirara al suelo llorando de alegría y agradeciendo a Dios su manera de quererme y por perdonar mis faltas.
Tienes razón en que todos tenemos una parte pura de Dios en nuestro interior; parte que volverá a la Fuente cuando de verdad muramos, no cómo lo entendemos biológicamente, si no a través de la muerte definitiva del ego; para lo que, previamente, deberemos habernos quitado unas cuantas capas de materia e incluso energía que recubren a esa parte de Dios pura.
Está claro que nos reencarnamos, hasta que logremos dejar de hacerlo. De hecho, creo que el otro mensaje que comunicó Jesús cuando estuvo aquí, ademas del ya mencionado que Dios y la religión se deben de entender y sentir de manera individual, era que, cuando morimos biológicamente, nuestra alma trasciende y la película continúa. Hasta que no hayamos aprendido a "convivir" y a seguir los planes que tiene Dios para cada uno, volveremos a este mundo una y otra vez como si fuera el patio de un colegio. Con suerte, llegará el punto que no tengamos que volver y seguiremos nuestro camino espiritual, quizás, sin el peso del cuerpo y/o en otras sociedades organizadas de otra manera.
Esta vida que estoy teniendo actualmente está siendo excesivamente kármica, lo cual intuyo como positivo porque, si no la cago mucho, espero que sea de las últimas como ser humano.
Lo que sí es cierto que, por lo que sea, después de haber tocado fondo y aceptado mi destino, abrí mi corazón a Dios, puse mi vida en sus manos y no ha parado de guiarme y mi vida ir a mejor; ante lo cual, no dejo de sentir una gratitud inmensa y lo veo todo desde un prisma y una perspectiva diferentes.
Que sea lo que tenga que ser, los planes que tenga para cada cual.
Un saludo.