El vehiculo privado no puede ser destronado porque no ocupa trono alguno. El vehiculo privado no es el rey de nadie, es el sirviente de su dueño, es el lacayo de su propietario, es su esclavo fiel y servil.
Lo que quieren destronar no es al vehiculo sino a sus propietarios... quieren que no seamos reyes de nada, ni siquera de nuestra propia movilidad.
Es el "neo-lenguaje" con el que machacan el cerebro a la población desde hace ya muchos años.
Antes se hablaba de "conductores". Pero luego se impuso hablar de vehículos y empezar a meternos en la cabeza a esos objetos como si fueran robots invasores llegados del espacio.
Así es más fácil decir cosas como:
- La ciudad está invadida por los vehículos.
- Los vehículos son peligrosos.
- Hay que recuperar el espacio ocupado por los vehículos.
Así todo el mundo aplaude. Pero si cambiamos "vehículos" por "conductores", la cosa ya no es tan automática y lleva a debate y opiniones variadas.
Pero ya se sabe que al enemigo hay que despersonalizarlo. Que no parezca humano. De hecho, ahora el enemigo son cosas metálicas con ruedas que amenazan la vida humana.
La cosa es que nadie vea que son ciudadanos que se mueven de un sitio a otro haciendo uso de sus posibilidades económicas y libertades individuales. Se trata de que veamos esto: