Ya sabemos que la era de internet y las redes sociales ha cambiado muchas cosas, lo vemos con las recientes polémicas que han tenido como protagonistas a startups como Uber, Airbnb, etc...
Esto en principio no tiene nada que ver con una startup, porque no es ninguna empresa, ni tienen ningún fin crematístico, pero si tienen en común la nuevas formas de relacionarnos a través de las redes sociales, un greeter es simplemente alguien que conoce perfectamente su ciudad y que quiere ejercer de anfitrión enseñándosela a turistas interesados en conocerla. El greeter lo hace como entretenimiento no como una actividad laboral, es una manera más de relacionarse con gente, si hablas un idioma puedes practicar en tu propia ciudad, te permite conocer gente de otros países, etc... Hay un montón de páginas web en las que puedes encontrar gente que te enseña su ciudad, en cualquier lugar del mundo.
Pues bien, parece que los guías turísticos han puesto el grito en el cielo y quieren acabar con estas prácticas a las que califican de intrusismo. El que quiera visitar una ciudad de la mano de alguien que la conoce perfectamente, que lo haga previo paso por caja, no vale con ponerse en contacto a través de internet con alguien que se ofrece hospitalariamente a enseñártela a cambio de pasar una tarde contigo conversando amablemente.
Esto me ha hecho recordar la anécdota que me contaba un amigo mío. Hace un par de años, visitando Granada con un grupo de amigos quedaron con un granadino al que conocía de antes ya que habían trabajado juntos en Madrid. Aprovechando la ocasión y el conocimiento de su ciudad le pidieron por favor que les enseñase Granada, vamos algo de lo más normal, el problema llegó cuando unos guías lo vieron y creyeron que lo que estaba haciendo este pobre hombre, enseñando su ciudad a unos amigos, era un caso de intrusismo inaceptable, finalizó en una gran bronca con amenazas de denuncia por parte de los guías y llamando a la policía local.
Conclusión: si le queréis enseñar vuestra ciudad a unos amigos, hacedlo con discreción, no levantéis sospechas, porque se puede liar subida de peso.
Esto en principio no tiene nada que ver con una startup, porque no es ninguna empresa, ni tienen ningún fin crematístico, pero si tienen en común la nuevas formas de relacionarnos a través de las redes sociales, un greeter es simplemente alguien que conoce perfectamente su ciudad y que quiere ejercer de anfitrión enseñándosela a turistas interesados en conocerla. El greeter lo hace como entretenimiento no como una actividad laboral, es una manera más de relacionarse con gente, si hablas un idioma puedes practicar en tu propia ciudad, te permite conocer gente de otros países, etc... Hay un montón de páginas web en las que puedes encontrar gente que te enseña su ciudad, en cualquier lugar del mundo.
Pues bien, parece que los guías turísticos han puesto el grito en el cielo y quieren acabar con estas prácticas a las que califican de intrusismo. El que quiera visitar una ciudad de la mano de alguien que la conoce perfectamente, que lo haga previo paso por caja, no vale con ponerse en contacto a través de internet con alguien que se ofrece hospitalariamente a enseñártela a cambio de pasar una tarde contigo conversando amablemente.
Esto me ha hecho recordar la anécdota que me contaba un amigo mío. Hace un par de años, visitando Granada con un grupo de amigos quedaron con un granadino al que conocía de antes ya que habían trabajado juntos en Madrid. Aprovechando la ocasión y el conocimiento de su ciudad le pidieron por favor que les enseñase Granada, vamos algo de lo más normal, el problema llegó cuando unos guías lo vieron y creyeron que lo que estaba haciendo este pobre hombre, enseñando su ciudad a unos amigos, era un caso de intrusismo inaceptable, finalizó en una gran bronca con amenazas de denuncia por parte de los guías y llamando a la policía local.
Conclusión: si le queréis enseñar vuestra ciudad a unos amigos, hacedlo con discreción, no levantéis sospechas, porque se puede liar subida de peso.
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