Otro motivo para el optimismo: la sonrisa.
Antes la gente importante posaba sin sonreír, en plan rancio, como bulldogs:
"
Jur jur semos importantes por eso no sonreímos, semos serios y ahora voy a mandar a la juventud alemana a que se destroce con metralla para salvar mi trastero que pa eso ma elegío diox"
La mayoría era para ocultar que estaban más mellaos que un yonqui:
"
Cuñaaaaaaooo!!"
Sin embargo la gente tiene hoy mejores dentaduras que hace un siglo, y las luce consiguiendo así una expresión más luminosa.
No se tienen dentaduras tan buenas como en tiempos paleolíticos, porque el consumo de féculas es asesino al respecto, pero el desdentamiento poblacional (Cervantes tenía seis dientes a la edad en que hoy la gente se jubila sin que les falte casi ninguno) se ha desplomado. Y eso es un factor político, psicológico y evolutivo absolutamente enorme.
Si sonríes, estás ejercitando la modulación mímica que permite nuestro rostro. Estás empleando el rostro, para enviar un mensaje pacífico a los demás. Eso está en consonancia con la desaparición de las guerras en suelo occidental. Se ha optado por una solución pacífica de conflictos, y para que esa solución pacífica sea posible necesitamos ser algo transparentes, no rostros "de palo" impenetrables. Necesitamos flexibilidad en la expresión. Modulación mímica.
Más sano, más humano y más necesario que el pelotón de militarotes serios y encopetados que mandaron a morir a la juventud europea en los prados de Flandes.
La sonrisa añade luminosidad. Frente a los rostros de palo, mates, de la tosca humanidad antigua, una sonrisa deshace las brumas y anuncia la llegada de una humanidad más grácil:
Con diferentes fototipos, estos rostros exhiben la misma luminosidad. Nos regalan su luz como un bello presente. Seamos sonrisa, hagámonos sonrisa. El porvenir lo merece.
La gente es cada vez más guapa. Ésta fue la mujer más guapa del siglo XVI:
Hoy las pasaría canutas para entrar en un casting de modelos para repatir flyers de Marineda.
La poco trabajadora Sissí nunca enseñaba los dientes:
Porque era una rancia autoconvencida de su muchísima importancia, y porque tenía una dentadura infame.
La reinterpretación post-1945 de Sissí, una reinterpretación hecha en una Europa libre de guerras:
Haaaaamijo, la guapísima Romy Schneider sí enseña una sonrisa con perlas. De la nobleza-sanguijuela que nos enviaba a guerras a la democratización y el buen nivel de vida del capitalismo europeo.