Las fotos y vídeos son dantescos, renos desamparados, charcos, baldosas desencajadas,...
Les vendieron el mayor
parque de Navidad de Europa en Lisboa, una
Laponia portuguesa, repleta de nieve artificial, renos, pistas y magia a orillas del Atlántico. Se encontraron con unas tristes crías de los animales sobre una lona, en medio del barro, sin nieve, con unos donuts deslizantes y largas colas para entrar en unas pocas atracciones, tras pagar 24 euros los adultos y 20 los niños. El fiasco del recinto
Capital do Natal (Capital de la Navidad) de
Algés, en las afueras de Lisboa, ha provocado un alud de quejas, reclamaciones y cancelaciones, especialmente virulentas en las provincias españolas de Badajoz y Huelva, fruto de la desazón de quienes el pasado fin de semana hicieron más de 200 o 300 kilómetros para encontrarse una realidad que no tenía que ver con lo que se les había prometido.
El timo de la Laponia portuguesa