Moncloa culpa a la prensa británica de alentar el hundimiento del sector inmobiliario

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Moncloa culpa a la prensa británica de alentar el hundimiento del sector inmobiliario en España
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@Carlos Sánchez24/09/2007
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Carme Chacón, ministra de Vivienda. La ralentización del sector inmobiliario en España -en algunas zonas ya se ha producido alguna caída de precios en viviendas de segunda mano- es una realidad. Sobre todo en zonas de costa donde el boom del ladrillo ha sido especialmente intenso. La desaceleración entraba dentro de la lógica económica tras un largo periodo de fuerte crecimiento de los precios.

En los últimos trimestres, sin embargo, se está produciendo un fenómeno inesperado y perverso desde el punto de vista macroeconómico. Las expectativas de los ciudadanos sobre el futuro del mercado inmobiliario han dado un vuelco de 180 grados, y eso amenaza de manera especialmente grave al sector, que no contaba con un deterioro tan rápido de las condiciones de mercado. También el Ejecutivo se muestra preocupado por el hundimiento de las expectativas, toda vez que buena parte del empleo depende de la actividad inmobiliaria, por lo que una caída brusca puede afectar de manera negativa a los niveles de ocupación.

Unos y otros -sector y Gobierno- coinciden en una cosa: culpar a parte de la prensa anglosajona, y en particular a la británica, de tener mucho que ver con el cambio de expectativas. En privado arremeten contra publicaciones como The Economist o Financial Times de ofrecer una imagen distorsionada del mercado inmobiliario español que ha traspasado en muchas ocasiones el catastrofismo más rancio. Hasta el punto que, desde hace más de un trienio, vienen vaticinando, de forma periódica, un crash inmobiliario que hoy por hoy está lejos de producirse. “La prensa británica engaña a sus lectores cuando dice que los precios se van a hundir”, asegura una fuente oficial del Gobierno. Las críticas también afectan a la otra biblia del periodismo económico, The Wall Street Journal, ahora en manos del magnate Rupert Murdoch, siempre alineado con las posiciones más catastrofistas sobre la situación económica española.

Según esas fuentes, lo más sorprendente es que desde la prensa española nadie se haya levantado para cuestionar esos ‘falsos vaticinios’. Por el contrario, se ha dado credibilidad a unas previsiones que para nada se han cumplido. Pese a los neցros augurios, lo cierto es que en 2007 y 2008 se van construir más de medio millón de viviendas, por debajo de los niveles de los últimos años, pero cifra notablemente alta para cualquier país europeo. Y muchas de esas viviendas las van a comprar ciudadanos británicos que han decidido vivir de manera permanente en España.

Esto no quiere decir, sin embargo, que las portadas ‘sensacionalistas’ de The Economist o Financial Times no tengan impacto alguno. La alta fuente del Gobierno citada admite que, en los últimos trimestres, se ha producido un cambio notable en las expectativas de los agentes económicos, a lo que no es ajeno lo escrito por ambas publicaciones. Algo que es todavía más relevante si se tiene en cuenta que Reino Unido es uno de los principales inversores inmobiliarios en España.

Los datos oficiales no dejan lugar a dudas sobre la caída de la inversión extranjera en inmuebles. En 2003 se alcanzó un máximo histórico equivalente a 7.072 millones de euros, pero desde entonces el atractivo de España parece haber caído de una forma sostenida. En 2006, las inversiones extranjeras en inmuebles ascendieron a 4.766 millones de euros, lo que supone un notable descenso de algo más de 2.300 millones. Pese a los neցros nubarrones dibujados años atrás, lo cierto es que en el primer semestre de este año la inversión extranjera en inmuebles asciende a 2.781 millones de euros, frente a los 2.278 millones registrados en igual periodo del año anterior. Hay, por lo tanto, una ligera recuperación.

Un 'lobby' en busca de soluciones

La preocupación por el futuro del sector, como se sabe, ha llevado a la creación de una nueva patronal -que opera en forma de lobby- en la que se agrupan las grandes empresas inmobiliarias. El presidente es Fernando Martín –Fadesa y Martinsa- y el secretario general Pedro Pérez, ex secretario de Estado de Economía con Carlos Solchaga, y presidente de Itínere, la filial de concesiones de Sacyr Vallehermoso. Los responsables de la nueva patronal ya se han reunido un par de veces con el jefe de la Oficina Económica del presidente del Gobierno, David Taguas, para encontrar soluciones a los nuevos problemas.

Y entre las posibles soluciones está la de explorar un posible gran pacto sobre el suelo que afecte a todas las administraciones públicas. La cercanía de las elecciones generales hace hoy por hoy inviable esa apuesta, pero desde el Gobierno actual se considera que esa sería la vía más razonable para racionalizar el mercado inmobiliario, evitando un desplome que acabaría por dañar la estabilidad macroeconómica.

Sin embargo, todo apunta a que ese desplome no se va a producir. El gran argumento que se da es que cada año se forman en España entre 400.000 y 500.000 hogares, a los que hay que añadir la demanda generada por los viajero y por los extranjeros, principalmente británicos y alemanes.

http://www.elconfidencial.com/cache..._alentar_hundimiento_sector_inmobiliario.html
 
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