Hay que decir, en primer lugar, que las leyes toponímicas solamente obligan a la administración en documentos oficiales. Ningún supremacista castellano-español ha sido nunca perseguido ni molestado por traducir los topónimos a su lengua en su vida diaria.
Al revés, han sido ellos con el aparato del estado español detrás los que han impuesto sus barbaridades: no solamente han intentado borrar la toponimia propia de los pueblos no castellanos del estado sino que han prohibido, hasta no hace mucho, que los padres pudieran inscribir a sus hijos en el registro con un nombre que no fuera un nombre castellano. Algo que nadie les ha prohibido a ellos, por cierto. Saben en donde herir mortalmente, en las más básicas creaciones de un pueblo: los nombres de persona y los de lugar.
Johann Cruyff pudo inscribir a su hijo con el nombre de JORDI porque éste nació en 1974 em Ámsterdam; en los Países Bajos se respetaban las lenguas españolas, en la España del chauvinismo genocida contra las lenguas y culturas españolas no castellanas, no se respetaban, ni se respetan, obviamente.
HABLEMOS ESPAÑOL, (ese debería ser su nombre, si fuesen sinceros) quiere hacer la campaña electoral para los asesinos de lenguas y culturas de VOX, no hay muchos más misterios detrás de su diarrea llena de repruebo contra la toponimia gallega.
¿Por qué no van a Londres, y en Trafalgar Square cuelgan un cartel que diga: "BIENVENIDOS A LONDRES, ciudad que en inglés se llama London"?
Que hagan lo mismo en Colonia con la dupla Colonia-Köln; o en Atenas con la dupla del nombre del país: Grecia- Ελλάδα ; o en Porto (Portugal) con la parejita Oporto-Porto; o en la capital de los Países Bajos con La Haya- Den Haag; o en Casablanca, con la dupla Casablanca- الدار البيضاء ...
Ridículos son mucho, pero malvados también. No sabría decir que dosis de las dos tienen en mayor grado.