Cierto.
Cuando de jóvenes conseguiamos llevarnos a a una jovenciata al campo, llevaba la consabida falda larga de vuelo, que le llegaba por debajo de las rodillas y arriba un sueter o algo asi que le tapaba todo convenientemente, combinado con diadema del pelo, calcetines blancos y zapatos planos ligeros. Parecia el kit de los 17.
Poder ir subiendo la mano por el muslo, descubriendo la falda, para llegar a vislumbrar las ropa interior de blanco algodón es lo mas parecido al sextasis, que recuerdo sentir. Si conseguias pasar de las ropa interior era algo asi como el cielo dorado por fin a tus pies.
Despues de una hora loca, ella se arreglaba el pelo, se subia las ropa interior, se recomponia y volviamos a la civilizacion, ella vuelta al recato y al encanto de lo prohibido, solo con el recuerdo se me pone dura.
Ahora, esas de 17, adorables, se han convertido en chonis guarras de varios tatuajes, braga vaquera, trastero sudao, licra, sobrepeso y gritos. Ahora aman mas, pero con personas de color y Sudamericanos. Nuestros jovenes estan en casa, jugando al fornite, con el trastero rellenito y sudado de la silla gammer de piel sintetica, los cascos apretando las orejas y el mando que les resbala en sus pegajosas manos.
Aunque igual es mi recuerdo e ibamos con chandales de tactel,. pelo cardado y vaqueros apretados.