Microrrelatos eróticos burbujiles para calentarnos este invierno

Mr. Sandman

Soñador
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Lugar
El Reino de los Sueños
Se disponen a caminar por el centro, una vez fuera se detienen y miran, Sandman se acerca a ella, la mira cada detalle de su cara, le dice que bonita eres, ella sonríe y agradece el gesto, el acerca sus labios a los de intuitiva, ella esboza una sonrisa pícara y se aproxima.. Zasss beso! Sandman tímidamente comienza a besarla, pero aibá ella es más lanzada! Le está besando y estirando con los dientes de la lengua, él se deja llevar... Y empieza a asiarle así de la cabeza, el se deja y va acercando su cuerpo contra el de ella. Ella comienza a morderle el labio inferior a Sandman, lo tiene para ella, se agarra de su cabello y se lo aprieta con fuerza, esa Pasión desbordada, que le hace agarrarse a la cabeza de su amado, lo besa con fuerza energía y Pasión, esto no es nada con lo que le espera, pobre Sandman, no sabe que acaba de caer en las garras de una pasional Scorpiona @Mr SandMan tu turno, continúa con el relato....
@Intuitiva-Delatadora
Con el corazón latiendo a mil por hora, y los sentidos embotados por la pasión y el deseo corriendo por sus venas, durante un instante de lucidez, vislumbro la idea de pasar la noche en el hotel Hilton, que está cerca de allí, y se lo propongo, además de que, debido a la erección que me ha provocado, me deje que vayamos el resto del trayecto abrazándola yendo ella delante, mientras continuo en ese estado besando su cuello, provocándole gemidos de placer en el proceso. Una vez llegamos al hotel, dejo que Intuitiva se encargue, me fío de ella y el riego no me llega al cerebro, está todo en la parte que pronto estará dentro de ella.
 
Última edición:

Harrymorgan

Madmaxista
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Alguna vez he escrito algun relato para entretenerme. Con el género erótico aun no había probado, pero todo es empezar. Ahí va, si os gusta a lo mejor me animo con la segunda parte

Me encontré a Susana en la entrada de un concierto rockero. Era compañera de trabajo de la Agencia de seguros. Iba con un grupo de amigas y yo con mi grupo de amigos que también las conocían. Uno de mi grupo me dijo al oído “oye esta buenarra Susi, vaya tipazo”. Yo hice un gesto, como quitando importancia, a fin de cuentas era compañera de trabajo, y aunque alguna vez había tonteado con ella no quería líos. Había un montón de gente, y alguien propuso que nos hiciéramos un hueco todos juntos.

El bajo empezó su acordes y luego la guitarra, y luego los golpes rítmicos de batería. Todo el mundo se puso a botar como locos. Las chicas estaban delante de nosotros, riendo y bebiendo en vasos de plástico. En un momento dado noté que el trastero de Susana, enfundado en una minifalda vaquera, estaba a la altura de mi cadera dibujando una especie de ochos. Yo también iba un poco bebido, y empecé a restregarme con aquellas curvas, enseguida sentí que mi berenjena se ponía dura como una piedra, pero ella seguía con ese movimiento rítmico que me estaba sacando de mi.

La gente de adelante nos fue empujando, era una auténtica marea humana, y en un momento dado tenía a Juan justo detrás. Yo seguí a lo mío, pero de repente sentí el bulto de Juan frotánodose con mi trastero. Miré de soslayo, y el hacía como si nada, miraba al concierto, pero el cabrón estaba empalmado. jorobar, si parecía una mosquita muerta en la oficina, tan educadito él. Pensé “ahora se va a enterar”, y saqué un poco más el trastero en pompa, y seguí meneando mi trastero, más o menos como hacíamos en las clases de zumba. Fui sintiendo como aun empalmaba más, y la verdad, me puse bastante cachonda.

Tras un rato, iba a poner mis manos en sus caderas y atraerla hacia mí. Ya me daba un poco todo igual, pero de repente hubo unos empujones, parece que en algún lugar del concierto había movida, y nos separamos unos metros. Luego ya no tuve ocasión de acercarme más y pensé que lo más sensato era dejarlo allí.

Al día siguiente en la oficina, los dos hicimos como que no había pasado nada. Yo intenté evitar encontrarme con ella, y creo que ella hizo lo mismo. Además me llevé una bronca de Lidia, la jefa de la oficina, porque andaba un poco despistado. Los días fueron pasando y ninguno volvimos a sacar el tema. Cuando quedaban 4 días para Nochevieja, recién pasadas las Navidades, Lidia nos llamó a la su oficina a los tres empleados que aun estábamos trabajando. Otros dos se habían cogido vacaciones hasta Reyes. Lidia nos dijo, de malas formas que el jefe de zona le dijo que el día de Nochevieja quería abierta la oficina hasta las 6 de la tarde.

-Yo me cojo hoy vacaciones – Soltó Pedro , el más veterano de la oficina.
-Pues entonces se quedan Susana y Juan.
-No me jorobes Lidia, es Nochevieja- Se me escapó

Lidia me fulmino con la mirada de esos ojos muy maquillados diciendo “te jorobas”. Cuando salimos lo comenté con Susana

-No me creo que haya sido idea del Jefe de Zona esto es cosa de Lidia para putearnos
-Bueno, no te hagas mala sangre. Simplemente llegaremos a cenar un poco justos, pero tampoco es tan grave. Además seguro que no va a venir nadie a la agencia.

Me pareció ver esa sonrisa picarona que tanto me encantaba y, sin querer empecé a fantasear de lo que podía pasar ese día, y creo que me sonrojé, pero enseguida me retuve, era mejor que eso no fuera a más.

Desde el día del concierto no paraba en pensar en Juan. La verdad es que él me evitaba, no sabía si era por vergüenza o porque pasaba de mi. Pero esa tarde pensaba salir de dudas

El día de Nochevieja, Susana llevaba un vestido ajustado de una sola pieza con anchas rayas verticales azules y negras, que marcaban espléndidamente sus formas. Iba muy bien maquillada, con unos tacones de un palmo y su pelo oscuro caía sobre su hombro. Cuando la vi sacando fotocopias, casi me quedé sin habla.

-¡Estás impresionante Susi!.
- Me he puesto guapa para la cena, claro… como luego casi no vamos a tener tiempo.

Y otra vez la sonrisa picarona. Me puse en mi ordenador y contesté algún mail atrasado. Al rato me llamó Susana
  • Ayúdame Juan, voy a colocar esto expedientes en el archivo.
Sentí, que la voz venía del cuarto del archivo un pequeño cuarto con estanterías donde guardábamos los expediente antiguos. Me estaba con una pila de archivadores en el suelo, que quería poner en la última balda. Aunque estaba subida a una banqueta no alcanzaba.
No se como pasó, simplemente me acerque para subir un archivador, rocé su cuerpo que lo sentí fibroso, lleno, vibrante, calido, la miré, ella volvió su rostro, sus ojos marrones, su pelo oscuro, olí su perfume, nos quedamos a dos centímetros, y ya nos estábamos morreando casi con furia.

Sentía como con una mano me magreaba el trastero, y con otra mi berza, yo le agarraba de su nuca mientras nuestras lenguas jugueteaban. Así que esa era la respuesta. Tenías más ganas que yo. Volvía sentir el bulto en su pantálón me frote contra él, pero tras un rato le aparté suavemente y le indiqué que se sentara en taburete. Él obedeció mansamente.

Cuando me senté me quedé mirando, embobado como se quitaba su vestido de tubo de una sola pieza, debajo llevaba una braguita y un sujetador de encaje oscuro, sin medias. Se acercó hacia mí, y se quitó el sujetador, mostrando unos pechos firmes, no excesivamente grandes, morenos con un pezón pequeño totalmente erecto y duro como un garbanzo. Le bajé las braguitas y olí su cintura perfecta, su pubis afeitado, y bese su ombligo. Casi en un mismo movimiento me puse de pie y me baje los pantalones y los calzoncillos.

Agarre su berenjena con mis manos. Estaba totalmente empalmado, me pellizcaba los pezones con una mano, me mordía el cuello con sus labios y con la otra mano me acariciaba en círculos mi clítoris. Yo estaba totalmente mojada, no tenía sentido seguir con los preliminares.
  • Fóllame, cariño, fóllame
Me apoyó contra una pared que no había estanterías, me subió con fuerza una pierna para que la descansara en una torre cajas de papel de impresora, y me penetró. Me sentí llena de él. Hizo tres embestidas lentas y profundas. A la tercera embestida tenía sus 19 cm dentro de mi. Yo intentaba mover mis caderas para darle más ritmo, pero él retenía sus embestidas, tras un rato paró totalmente, me acarició el cuello y me miró .

Tenía que sentír ese momento, jorobar era un pibon. La agarré la nuca con mucha suavidad, la miré a los ojos, esos ojos marrones, profundos como un lago. Ella me devolvió la mirada y nos besamos. Empecé a darle ritmo, mientras mi berenjena entraba y salía, cada vez más rápido ella gemía, y tras un rato arqueó su espalda, lanzo un gritito, y me empujó suavemente para que saliese.

Me corrí, sentí mis fluidos. Le aparté de mi y nos besamos. Le miré su miembro, seguía a pleno rendimiento. Me dio la vuelta con fuerza y me apoyé mis manos en una estantería, y saqué el trastero en pompa, estaba a mil, deseosa de volver a sentirle dentro de mí, pero…
  • jorobar ¿has escuchado eso? Es la puerta de entrada…
Oimos una voz cascada “ ¿Hay alguien?”. Enseguida reconocimos al Sr. Ramirez. Un cliente de toda la vida, sesenton, con una minusvalía por algo de la espalda, que se pasaba cada dos por tres a preguntar por sus pólizas. Pero ¿un día de nochevieja a las 5 de la tarde? Vamos, no me jorobes… La saqué con cuidado y Susana se incoporó. Yo me quedé paralizado, pero Susana estuvo muy resolutiva. En un momento se volvió a enfundar en su vestido de tuvo elástico, y salió por la puerta. Yo me quedé como un pasmarote, empalmado y mirando las braguitas y el sujetador de encaje tirado por el suelo.

Salí temblando, y aun relámpagos de placer me cruzaban el vientre y subían por mi espalda. Iba como en una nube, me acerqué al mostrador e intenté poner una sonrisa hierática, como las azafatas de la tele. El Sr. Ramirez decía algo de un parte de un siniestro, pero yo apenas le escuchaba. En momento dado se quedó callado y me miró con descaro los pechos. Mis pezones erectos se marcaban demasiado en mi vestido, se podía notar hasta su areola. Sentía una gotita de fluido, ya fría deslizándose muy lentamente por la cara interna de muslo. La sensación m estaba volviendo loca, nunca había estado tan cachonda. Tras un rato de responder con monosílabos, conseguí despachar al buen señor, cerré la puerta de entrada y fui corriendo al cuarto donde dejé a Juan

Cuando volvió Susana mi erección apenas había bajado. Vi que se agachó para churruparla pero no quería que me la chupara, quería folllarla. La levanté y la volví a apoyar en la pared, prácticamente en la postura en que nos habíamos quedado antes. Esta vez no se quitó el vestido, simplemente se lo subí hasta la cintura y la volvía a penetrar. Esta vez con furia animal, desde el principio.

Tras un rato de embestidas volví a tener otro orgasmo brutal, mis piernas flaqueron y caí de rodillas. Juan no se cómo se las arregló, pero también se puso de rodillas sin llegar a salir de mí. ME agarró los pechos y me besó el cuello, y luego con delicadeza empujo mi espalda para que acabara a cuatro patas. Me agarro fuerte por la cintura y por unos instantes se quedó inmóvil. Me volví a mirarle y estuvimos un rato en silencio, luego sin decir nada de nuevo comenzó las embestidas, esta vez notaba que ya no podría aguantar más, no paraba de correrme. Para intentar escapar del placer que me abrumaba, me tendí en el suelo, pero Juan me seguía sin piedad con su miembro dentro. Ya no tenía sitio a donde escapar, estaba tenida boca abajo y Juan tendido sobre mi bombeando a un ritmo frenético.

Estaba a punto de correme, me la estaba amando en el suelo sucio del almacén, a un ritmo de locura, ella gemía como si no hubiera un mañana, en un momento ella se giró un poco y me miró con su cara transformada por el placer, mordiéndose el lábio inferior y con esa mirada profunda . Eso fue demasiado para mío, pero tuve el sentido de sacarla y desparramarme en su trastero y espalda. Inmediatamente sentí que relajaba su cuerpo, me tumbe sobre ella y la intente besar en los labios.

Juan se corrió sobre mi, me iba a volver a besarle, quería abrazarle, que me recogiera en sus brazos como un pajarito. Pero de repente, justo enfrente nuestro oí un ruido. Pensé “ no puede ser he cerrado la puerta con llave”, pero levanté la mirada y allí estaba Lidia.

No me lo podía creer. La muy cabrona había venido para comprobar que no nos habíamos marchado ante de la hora. Cuando cruzamos la mirada, vi que se puso roja. Seguro que llevaba ahí un rato viéndonos. Curiosamente ni Susana ni yo sentimos vergüenza, ni hicimos nada para taparnos. Lidia inició una serie de improperios y nos convocó a su despacho el siguiente día laborable. Dio un portazo y se fue.
Di el beso a Susana que quedó interrumpido por la aparición de Lidia

Fin de la primera Parte
 

End

Himbersor
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14 Jul 2019
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Alguna vez he escrito algun relato para entretenerme. Con el género erótico aun no había probado, pero todo es empezar. Ahí va, si os gusta a lo mejor me animo con la segunda parte

Me encontré a Susana en la entrada de un concierto rockero. Era compañera de trabajo de la Agencia de seguros. Iba con un grupo de amigas y yo con mi grupo de amigos que también las conocían. Uno de mi grupo me dijo al oído “oye esta buenarra Susi, vaya tipazo”. Yo hice un gesto, como quitando importancia, a fin de cuentas era compañera de trabajo, y aunque alguna vez había tonteado con ella no quería líos. Había un montón de gente, y alguien propuso que nos hiciéramos un hueco todos juntos.

El bajo empezó su acordes y luego la guitarra, y luego los golpes rítmicos de batería. Todo el mundo se puso a botar como locos. Las chicas estaban delante de nosotros, riendo y bebiendo en vasos de plástico. En un momento dado noté que el trastero de Susana, enfundado en una minifalda vaquera, estaba a la altura de mi cadera dibujando una especie de ochos. Yo también iba un poco bebido, y empecé a restregarme con aquellas curvas, enseguida sentí que mi berenjena se ponía dura como una piedra, pero ella seguía con ese movimiento rítmico que me estaba sacando de mi.

La gente de adelante nos fue empujando, era una auténtica marea humana, y en un momento dado tenía a Juan justo detrás. Yo seguí a lo mío, pero de repente sentí el bulto de Juan frotánodose con mi trastero. Miré de soslayo, y el hacía como si nada, miraba al concierto, pero el cabrón estaba empalmado. jorobar, si parecía una mosquita muerta en la oficina, tan educadito él. Pensé “ahora se va a enterar”, y saqué un poco más el trastero en pompa, y seguí meneando mi trastero, más o menos como hacíamos en las clases de zumba. Fui sintiendo como aun empalmaba más, y la verdad, me puse bastante cachonda.

Tras un rato, iba a poner mis manos en sus caderas y atraerla hacia mí. Ya me daba un poco todo igual, pero de repente hubo unos empujones, parece que en algún lugar del concierto había movida, y nos separamos unos metros. Luego ya no tuve ocasión de acercarme más y pensé que lo más sensato era dejarlo allí.

Al día siguiente en la oficina, los dos hicimos como que no había pasado nada. Yo intenté evitar encontrarme con ella, y creo que ella hizo lo mismo. Además me llevé una bronca de Lidia, la jefa de la oficina, porque andaba un poco despistado. Los días fueron pasando y ninguno volvimos a sacar el tema. Cuando quedaban 4 días para Nochevieja, recién pasadas las Navidades, Lidia nos llamó a la su oficina a los tres empleados que aun estábamos trabajando. Otros dos se habían cogido vacaciones hasta Reyes. Lidia nos dijo, de malas formas que el jefe de zona le dijo que el día de Nochevieja quería abierta la oficina hasta las 6 de la tarde.

-Yo me cojo hoy vacaciones – Soltó Pedro , el más veterano de la oficina.
-Pues entonces se quedan Susana y Juan.
-No me jorobes Lidia, es Nochevieja- Se me escapó

Lidia me fulmino con la mirada de esos ojos muy maquillados diciendo “te jorobas”. Cuando salimos lo comenté con Susana

-No me creo que haya sido idea del Jefe de Zona esto es cosa de Lidia para putearnos
-Bueno, no te hagas mala sangre. Simplemente llegaremos a cenar un poco justos, pero tampoco es tan grave. Además seguro que no va a venir nadie a la agencia.

Me pareció ver esa sonrisa picarona que tanto me encantaba y, sin querer empecé a fantasear de lo que podía pasar ese día, y creo que me sonrojé, pero enseguida me retuve, era mejor que eso no fuera a más.

Desde el día del concierto no paraba en pensar en Juan. La verdad es que él me evitaba, no sabía si era por vergüenza o porque pasaba de mi. Pero esa tarde pensaba salir de dudas

El día de Nochevieja, Susana llevaba un vestido ajustado de una sola pieza con anchas rayas verticales azules y negras, que marcaban espléndidamente sus formas. Iba muy bien maquillada, con unos tacones de un palmo y su pelo oscuro caía sobre su hombro. Cuando la vi sacando fotocopias, casi me quedé sin habla.

-¡Estás impresionante Susi!.
- Me he puesto guapa para la cena, claro… como luego casi no vamos a tener tiempo.

Y otra vez la sonrisa picarona. Me puse en mi ordenador y contesté algún mail atrasado. Al rato me llamó Susana
  • Ayúdame Juan, voy a colocar esto expedientes en el archivo.
Sentí, que la voz venía del cuarto del archivo un pequeño cuarto con estanterías donde guardábamos los expediente antiguos. Me estaba con una pila de archivadores en el suelo, que quería poner en la última balda. Aunque estaba subida a una banqueta no alcanzaba.
No se como pasó, simplemente me acerque para subir un archivador, rocé su cuerpo que lo sentí fibroso, lleno, vibrante, calido, la miré, ella volvió su rostro, sus ojos marrones, su pelo oscuro, olí su perfume, nos quedamos a dos centímetros, y ya nos estábamos morreando casi con furia.

Sentía como con una mano me magreaba el trastero, y con otra mi berza, yo le agarraba de su nuca mientras nuestras lenguas jugueteaban. Así que esa era la respuesta. Tenías más ganas que yo. Volvía sentir el bulto en su pantálón me frote contra él, pero tras un rato le aparté suavemente y le indiqué que se sentara en taburete. Él obedeció mansamente.

Cuando me senté me quedé mirando, embobado como se quitaba su vestido de tubo de una sola pieza, debajo llevaba una braguita y un sujetador de encaje oscuro, sin medias. Se acercó hacia mí, y se quitó el sujetador, mostrando unos pechos firmes, no excesivamente grandes, morenos con un pezón pequeño totalmente erecto y duro como un garbanzo. Le bajé las braguitas y olí su cintura perfecta, su pubis afeitado, y bese su ombligo. Casi en un mismo movimiento me puse de pie y me baje los pantalones y los calzoncillos.

Agarre su berenjena con mis manos. Estaba totalmente empalmado, me pellizcaba los pezones con una mano, me mordía el cuello con sus labios y con la otra mano me acariciaba en círculos mi clítoris. Yo estaba totalmente mojada, no tenía sentido seguir con los preliminares.
  • Fóllame, cariño, fóllame
Me apoyó contra una pared que no había estanterías, me subió con fuerza una pierna para que la descansara en una torre cajas de papel de impresora, y me penetró. Me sentí llena de él. Hizo tres embestidas lentas y profundas. A la tercera embestida tenía sus 19 cm dentro de mi. Yo intentaba mover mis caderas para darle más ritmo, pero él retenía sus embestidas, tras un rato paró totalmente, me acarició el cuello y me miró .

Tenía que sentír ese momento, jorobar era un pibon. La agarré la nuca con mucha suavidad, la miré a los ojos, esos ojos marrones, profundos como un lago. Ella me devolvió la mirada y nos besamos. Empecé a darle ritmo, mientras mi berenjena entraba y salía, cada vez más rápido ella gemía, y tras un rato arqueó su espalda, lanzo un gritito, y me empujó suavemente para que saliese.

Me corrí, sentí mis fluidos. Le aparté de mi y nos besamos. Le miré su miembro, seguía a pleno rendimiento. Me dio la vuelta con fuerza y me apoyé mis manos en una estantería, y saqué el trastero en pompa, estaba a mil, deseosa de volver a sentirle dentro de mí, pero…
  • jorobar ¿has escuchado eso? Es la puerta de entrada…
Oimos una voz cascada “ ¿Hay alguien?”. Enseguida reconocimos al Sr. Ramirez. Un cliente de toda la vida, sesenton, con una minusvalía por algo de la espalda, que se pasaba cada dos por tres a preguntar por sus pólizas. Pero ¿un día de nochevieja a las 5 de la tarde? Vamos, no me jorobes… La saqué con cuidado y Susana se incoporó. Yo me quedé paralizado, pero Susana estuvo muy resolutiva. En un momento se volvió a enfundar en su vestido de tuvo elástico, y salió por la puerta. Yo me quedé como un pasmarote, empalmado y mirando las braguitas y el sujetador de encaje tirado por el suelo.

Salí temblando, y aun relámpagos de placer me cruzaban el vientre y subían por mi espalda. Iba como en una nube, me acerqué al mostrador e intenté poner una sonrisa hierática, como las azafatas de la tele. El Sr. Ramirez decía algo de un parte de un siniestro, pero yo apenas le escuchaba. En momento dado se quedó callado y me miró con descaro los pechos. Mis pezones erectos se marcaban demasiado en mi vestido, se podía notar hasta su areola. Sentía una gotita de fluido, ya fría deslizándose muy lentamente por la cara interna de muslo. La sensación m estaba volviendo loca, nunca había estado tan cachonda. Tras un rato de responder con monosílabos, conseguí despachar al buen señor, cerré la puerta de entrada y fui corriendo al cuarto donde dejé a Juan

Cuando volvió Susana mi erección apenas había bajado. Vi que se agachó para churruparla pero no quería que me la chupara, quería folllarla. La levanté y la volví a apoyar en la pared, prácticamente en la postura en que nos habíamos quedado antes. Esta vez no se quitó el vestido, simplemente se lo subí hasta la cintura y la volvía a penetrar. Esta vez con furia animal, desde el principio.

Tras un rato de embestidas volví a tener otro orgasmo brutal, mis piernas flaqueron y caí de rodillas. Juan no se cómo se las arregló, pero también se puso de rodillas sin llegar a salir de mí. ME agarró los pechos y me besó el cuello, y luego con delicadeza empujo mi espalda para que acabara a cuatro patas. Me agarro fuerte por la cintura y por unos instantes se quedó inmóvil. Me volví a mirarle y estuvimos un rato en silencio, luego sin decir nada de nuevo comenzó las embestidas, esta vez notaba que ya no podría aguantar más, no paraba de correrme. Para intentar escapar del placer que me abrumaba, me tendí en el suelo, pero Juan me seguía sin piedad con su miembro dentro. Ya no tenía sitio a donde escapar, estaba tenida boca abajo y Juan tendido sobre mi bombeando a un ritmo frenético.

Estaba a punto de correme, me la estaba amando en el suelo sucio del almacén, a un ritmo de locura, ella gemía como si no hubiera un mañana, en un momento ella se giró un poco y me miró con su cara transformada por el placer, mordiéndose el lábio inferior y con esa mirada profunda . Eso fue demasiado para mío, pero tuve el sentido de sacarla y desparramarme en su trastero y espalda. Inmediatamente sentí que relajaba su cuerpo, me tumbe sobre ella y la intente besar en los labios.

Juan se corrió sobre mi, me iba a volver a besarle, quería abrazarle, que me recogiera en sus brazos como un pajarito. Pero de repente, justo enfrente nuestro oí un ruido. Pensé “ no puede ser he cerrado la puerta con llave”, pero levanté la mirada y allí estaba Lidia.

No me lo podía creer. La muy cabrona había venido para comprobar que no nos habíamos marchado ante de la hora. Cuando cruzamos la mirada, vi que se puso roja. Seguro que llevaba ahí un rato viéndonos. Curiosamente ni Susana ni yo sentimos vergüenza, ni hicimos nada para taparnos. Lidia inició una serie de improperios y nos convocó a su despacho el siguiente día laborable. Dio un portazo y se fue.
Di el beso a Susana que quedó interrumpido por la aparición de Lidia

Fin de la primera Parte
Para ser el primero tiene buena pinta, he abierto un hilo sobre relatos a partir de una foto, creo que te puede resultar interesante espero que la OP no se nos queje del spam que acabo de soltar :p

Puedo preguntar como curiosidad que genero sueles escribir?
 

EMPEDOCLES

Madmaxista
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Asi como por aqui...
Hace muchos años, con una compañera de trabajo intercambie algún relato erotico-pronografico en plan cachondeo.

Aquí va uno de los que le mande, es larguillo, pero es lo se escribió en su día.

"

La hermana del Jefe.

Al joven abogado le solicitaron de nuevo ir a las oficinas de los accionistas a trabajar. Era bastante habitual en lo que se había convertido una costumbre de su jefe, que como dueño de la empresa tiraba del Asesor Jurídico para los asuntos corporativos como para los personales, en una especie de derecho de pernada laboral de algunos empresarios que los jóvenes prometedores acatábamos con la esperanza de que algún día fuéramos compensados o agradecidos por ello.

Tarde aprendimos que en el mundo de la empresa nadie te agradece los servicios extraordinarios y que los favores se olvidan tan pronto han sido prestados.

Lo que no sabía el Joven Abogado es que esa noche le depararía sorpresas, bastante de ellas muy gratas y otras simplemente impactantes…

Bien es cierto que aquello de trabajar un viernes a la tarde no le hacia ninguna gracia, pero también le picaba la curiosidad por la naturaleza del trabajo que se le encomendarían.

  • Hola, tercia el empresario, que tal estas, mira te he llamado porque necesito que ayudes a mi hermana.

    ¿Mi hermana? Pensó el joven abogado, ¿Que hez es esta?…

  • Mira, es que ella es abogada (el Joven abogado ya lo sabia, ya que compañeros le habían hablado de ella, decían que era joven y muy guapa, que fue bailarina en Nueva York, donde había vivido hasta ese año que se había trasladado a Madrid a trabajar en una importante firma de abogados) Y necesito que le ayudes con unos contratos de representación de grupos musicales…

    jorobar, lo que faltaba, pensó, contratos de representación de grupos musicales, ni astuta idea, pero bueno, es el jefe, así que habrá que aguantar…

  • Mira esta es Marta, mi hermana
  • Encantada
  • Encantado, donde nos ponemos a trabajar?
  • Podéis pasar a mi despacho, yo os dejo, hasta el lunes…

    Demonios, era mucho mas guapa de lo que pensaba. Alta, rubia de larga melena, delgada, enormes pechos y andares de pantera donde se notaban los años de bailarina en la armonía de sus movimientos.

    La tarde fue muy larga y a él le costo mucho concentrarse en el trabajo, aunque, tras un importante esfuerzo, este quedo finalizado…

    Ya eran más de las 10 de la noche cuando se dispusieron a salir de las oficinas cuando, en el portal encontraron las verjas de seguridad de las oficinas cerradas. Ninguno recordaba que el fin de semana se cerraban las oficinas y que el portero se marchaba a las 10 de la noche en punto.

    Se rieron bastante, y bromearon con la posibilidad de pasar el fin de semana encerrados en aquellas oficinas, para, al de un rato, María dijo

  • Llamo a mi hermano que tiene llaves y nos sacara de aquí…

    Dicho y hecho casi a las 12 de la noche aparece su hermano y jefe del Joven abogado jurando en hebreo porque le habían hecho vestirse y salir de casa, así que les abrió la verja de la oficina-prisión e inmediatamente se volvió a su hogar soltando improperios.

    En ese momento, el joven abogado, viendo que ya era tarde, que era viernes y que la tarde se había perdido entre contratos absurdos de grupos de música que jamás triunfarían más allá que entre sus amigos cercanos, propuso.

  • No se…Te apetece tomar una cerveza?
  • Vale…

    Bueno, al menos tomaría una cerveza con la hermana de su jefe, la mujer no estaba pero que nada mal y la verdad es que era bastante agradable, después de una tarde perdida no era mal plan…

    Ella tomando esas cervezas le fue contando su vida, que estaba casada con un compañero de la universidad, que tenia un crío pequeño a los que había dejado en Madrid, que había vivido la bohemia neoyorkina y española donde había conocido a famosos…

    Sinceramente, al Joven abogado tampoco le interesaba demasiado la vida de Marta, pero esta tenía una conversación agradable y las cervezas caían una detrás de otra con candencia meteórica, lo que hizo que pronto, ambos estuvieren bastante eufóricos.

    Pasadas unas horas en las que no hicieron sino casi acabar con las existencias de Kilkenny del bonito pub irlandés en el que estaban ella dice:

  • Uff, estoy cansada, voy a ir a casa poco a poco.
  • Donde vives? Si quieres te acompaño, no vas a ir sola a estas horas
  • Cerca, en la calle Perez Galdos, es la antigua casa de mis padres que ahora viven en Marbella, invernando…

    Llegados, no sin dificultad, hasta el portal el Joven Abogado se aprestaba a despedirse cuando ella le dice

  • te apetece subir y tomar algo? Una coca cola para despejarnos?
  • OK, vamos…

    Ya en la casa, el joven abogado un tanto tambaleante y con la lengua espesa por el alcohol se sienta en el sofá mientras ella dice que se va a quitar la ropa de trabajo que le incomoda…

    Entre los vapores de la cerveza que nublan un tanto la claridad de su vista y supongo que de su percepción la ve venir vestida únicamente con una camiseta y descalza sentándose a su lado. No sabe muy bien como, pero al de unos instantes están besándose tocando el su pecho turgente y, tímidamente, un sesso mojado que ella, sin recato, empieza a mostrar apartando sin disimulo la camiseta que apenas lo cubre.

    Es entonces cuando el joven abogado no puede más y le dice

  • ¿Perdona, tengo que ir al baño…, donde esta?
  • Ven, por aquí…

    El joven abogado llega con un aspecto un tanto estrafalario, en calzoncillos, con los calcetines puestos, media erección y con una urgencia casi limite, diciéndose a si mismo, que no llego, que me lo hago en el pasillo…

    Afortunadamente, llegan al servicio, el con los gayumbos bajados y empezando a orinar ella, sin pudor alguno, se sienta en el bidet al lado de la taza en la que el se estaba descargando y comienza también a orinar…

  • Uf, yo tampoco aguantaba…

    El hecho de que ella estuviera mirando como orinaba con su rostro a diez centímetros de su miembro no dejaba de darle una mezcla de vergüenza y excitación que aumentaba la erección lo que provocó que la puntería no fuera la mejor poniendo en peligro un correcto enceste cuando ella le agarra el miembro y dice

  • Ja, Ja, ten cuidado, apunta bien, mira así…

    Dios, esto es surrealista, estas borracho y la hermana de tu jefe te la esta sujetando mientras meas y ella a su vez esta meando también, piensa el joven abogado cuando ella con dos movimientos de mano sacude ligeramente el miembro y sin decir palabra se lo introduce en la boca.

    Empieza a sacar brillo a pesar de que, al estar erecta, todavía sigue escurriendo orina, sin que ella haga amago o mueca de ardor de estomago, retirarla o escupir.

    jorobar, jamás había visto esto, piensa el Joven abogado mientras la adrenalina de la excitación sensual contribuye a despejar su mente y a lograr una erección de la que había dudado por la cantidad de alcohol ingerido.

    De hay a la cama no hubo mas que unos segundos que se pasaron como en un sueño. Ya en la cama el joven abogado se aprestaba a perforar el sesso de la bella compañera cuando ella le dice:

  • Por hay no, no me la metas por el cachopo
  • ¿Qué? ¿Y eso?
  • No se, es como si le pusiera los cuernos a mi marido, métemela por detrás…

    Ciertamente sorprendente los esquemas morales de algunas personas, permitir ser colleja no es poner cuernos pero que te la metan por delante si. Curioso.

    Tampoco vamos a hacer ascos a esta oportunidad, pensó el joven abogado, pues mejor…

    La penetra analmente lentamente mientras ella se retorcía de gusto hasta que le dijo:

  • Mas fuerte, cabrón, ¡mas fuerte!. amame mas fuerte!

    El Joven abogado empuja con furia porcina ;-) y viendo que a ella le gusta estar en esa difusa frontera que separa el placer y el dolor le da un fuerte azote en la blanca nalga a lo que ella reacciona un gemido de placer aún más intenso.

    El golpea su trastero mientras siente como llega un orgasmo torrencial que empieza a recibir con espasmos a lo que ella, dándose cuenta de que el momento se acerca se da la vuelta y, sacándola de su trastero, la introduce en su boca mientras el joven abogado eyacula cantidades que en su vida hubiera creído ser capaz de almacenar en sus genitales, cantidades que deben ser buen alimento para la carne, el espíritu y la libido de la muchacha ya que son ingeridas sin desperdiciar una gota simultáneamente a la masturbación que se practica y que hace que el orgasmo que ella también alcanza sea de dimensiones épicas.

    Tras el orgasmo este joven abogado cae rendido a la cama mientras que ella comienza a besarle en el cuello y en el pecho mordiendo sus pezones con tal fuerza que casi le hacen gritar a lo que el en cumplida respuesta empieza a morder allí donde alcanza, en sus pechos, trastero, sesso, convirtiendo un polvo en una suerte de batalla de mordiscos y llaves de lucha grecorromana que hacen que el placer y el dolor estén a veces tan cerca que sea difícil distinguirlos.

    Tras un rato tonteando, ambos cejan, agotados y tumbados en la cama, cada uno acariciando el sesso del otro, calmadamente, empiezan a charlar…

  • Uf, dice ella, me has dejado casi llena, tengo la sensación de haberme comido una cuajada sin azúcar de golpe…
  • Ja, Ja, perdona, pero tu has querido, yo me iba a correr dentro de tu trastero…
  • No, hay cosas que me ponen, y una de ellas es ver la cara que ponéis los tíos cuando nos lo tragamos.
  • ¿Por qué dices eso? Has tragado mucho? Ja, Ja,
  • No te creas, pero es una fantasía vuestra que la mujer se lo trague y también, es verdad, de algunas chicas, reconozco que a mí me pone tragármelo. Ahora no lo haría, pero en el momento me encanta.
  • A mi también me encanta, venga, te cambio una fantasía tuya por otra mía…

    Ella, sigue acariciando su miembro, el cual va tomando volumen tras el descanso y la conversación subida de tono, le dice:

  • Ja, Ja, ya se la tuya, hacer un trío…
  • cachopo, como lo has adivinado?
  • Porque es la fantasía por antonomasia de los hombre, hacéroslo con dos mujeres… ¿Lo has probado?.
  • Pues no, pero no me importaría, la verdad es que he pensado alguna vez recurrir a profesionales, pero no tendría gracia, así que hacer un trío y en Bilbao… me parce que se quedara en fantasía para toda la vida…a no ser que tengas una amiga y nos animemos un día…
  • Anda ya! No sueñes majo. No creo que mis amigas se apuntaran a hacer algo así.
  • ¿y tu, te apuntarías?
  • ¿Con dos tíos, dices?
  • No pero…, te lo harías con dos tíos?
  • Si, lo hice una vez con mi marido y un amigo cuando éramos amigos del grupo y todavía no salíamos…
  • ¿jorobar! Y te gusto?.
  • La verdad es que si, la sensación de tener una berenjena en el trastero y otra en el conejo fue… bueno, fue… diferente, me gustó, el punto de placer y dolor de sentirte amada por partida doble…fue heavy.
  • Buf, y dime esa es tu fantasía sensual?
  • No tengo otra que también me pone bastante, que me vean haciéndolo.
  • ¿Qué te vean?
  • Si, hacerlo en un sitio publico o algo así, pero no muy descarado…No se, en la playa, en un parque a la noche…
  • Venga, dime algo fuerte de verdad, que es lo mas de lo mas que has hecho?
  • Mmmmm, creo que lo mas así, es que me han meado en la boca…
  • ¡¿Qué?! jorobar, ¿y te gusto?
  • La verdad es que no ha estado mal, no se, diferente…si, es guarro pero excitante.
  • ¿jorobar y con quien?
  • Contigo hace un rato, cabrón, que no te la sabes ni sacudir, y me he tragado medio vaso, Ja, Ja, Ja
  • ostra!, perdona, …Poniendo cara de malo… ¿Repetirías?
  • ¿Y porque no? Me ha gustado.

    En ese momento me volví a levantar para volver a correrme en su boca, mientras ella volvía a tragar hasta la última gota de mi regalo, después de haberme enseñado su boca llena a rebosar y diciendo ¿Te gusta así, enseñándotelo?

    Me tumbe en la cama agotado y supe que estaba más cerca de los dioses que de los hombres y que nunca algo igual se volvería a repetir. Creo."





 

ravenare

Madmaxista
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Relatos eróticos para gente que no tiene sesso. Debería poder editarse el título.
Parecen relatos escritos por niños rata.
 

Moonlighter

Princesa Rompecuellos Elegante
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12 Jul 2018
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Alguna vez he escrito algun relato para entretenerme. Con el género erótico aun no había probado, pero todo es empezar. Ahí va, si os gusta a lo mejor me animo con la segunda parte

Me encontré a Susana en la entrada de un concierto rockero. Era compañera de trabajo de la Agencia de seguros. Iba con un grupo de amigas y yo con mi grupo de amigos que también las conocían. Uno de mi grupo me dijo al oído “oye esta buenarra Susi, vaya tipazo”. Yo hice un gesto, como quitando importancia, a fin de cuentas era compañera de trabajo, y aunque alguna vez había tonteado con ella no quería líos. Había un montón de gente, y alguien propuso que nos hiciéramos un hueco todos juntos.

El bajo empezó su acordes y luego la guitarra, y luego los golpes rítmicos de batería. Todo el mundo se puso a botar como locos. Las chicas estaban delante de nosotros, riendo y bebiendo en vasos de plástico. En un momento dado noté que el trastero de Susana, enfundado en una minifalda vaquera, estaba a la altura de mi cadera dibujando una especie de ochos. Yo también iba un poco bebido, y empecé a restregarme con aquellas curvas, enseguida sentí que mi berenjena se ponía dura como una piedra, pero ella seguía con ese movimiento rítmico que me estaba sacando de mi.

La gente de adelante nos fue empujando, era una auténtica marea humana, y en un momento dado tenía a Juan justo detrás. Yo seguí a lo mío, pero de repente sentí el bulto de Juan frotánodose con mi trastero. Miré de soslayo, y el hacía como si nada, miraba al concierto, pero el cabrón estaba empalmado. jorobar, si parecía una mosquita muerta en la oficina, tan educadito él. Pensé “ahora se va a enterar”, y saqué un poco más el trastero en pompa, y seguí meneando mi trastero, más o menos como hacíamos en las clases de zumba. Fui sintiendo como aun empalmaba más, y la verdad, me puse bastante cachonda.

Tras un rato, iba a poner mis manos en sus caderas y atraerla hacia mí. Ya me daba un poco todo igual, pero de repente hubo unos empujones, parece que en algún lugar del concierto había movida, y nos separamos unos metros. Luego ya no tuve ocasión de acercarme más y pensé que lo más sensato era dejarlo allí.

Al día siguiente en la oficina, los dos hicimos como que no había pasado nada. Yo intenté evitar encontrarme con ella, y creo que ella hizo lo mismo. Además me llevé una bronca de Lidia, la jefa de la oficina, porque andaba un poco despistado. Los días fueron pasando y ninguno volvimos a sacar el tema. Cuando quedaban 4 días para Nochevieja, recién pasadas las Navidades, Lidia nos llamó a la su oficina a los tres empleados que aun estábamos trabajando. Otros dos se habían cogido vacaciones hasta Reyes. Lidia nos dijo, de malas formas que el jefe de zona le dijo que el día de Nochevieja quería abierta la oficina hasta las 6 de la tarde.

-Yo me cojo hoy vacaciones – Soltó Pedro , el más veterano de la oficina.
-Pues entonces se quedan Susana y Juan.
-No me jorobes Lidia, es Nochevieja- Se me escapó

Lidia me fulmino con la mirada de esos ojos muy maquillados diciendo “te jorobas”. Cuando salimos lo comenté con Susana

-No me creo que haya sido idea del Jefe de Zona esto es cosa de Lidia para putearnos
-Bueno, no te hagas mala sangre. Simplemente llegaremos a cenar un poco justos, pero tampoco es tan grave. Además seguro que no va a venir nadie a la agencia.

Me pareció ver esa sonrisa picarona que tanto me encantaba y, sin querer empecé a fantasear de lo que podía pasar ese día, y creo que me sonrojé, pero enseguida me retuve, era mejor que eso no fuera a más.

Desde el día del concierto no paraba en pensar en Juan. La verdad es que él me evitaba, no sabía si era por vergüenza o porque pasaba de mi. Pero esa tarde pensaba salir de dudas

El día de Nochevieja, Susana llevaba un vestido ajustado de una sola pieza con anchas rayas verticales azules y negras, que marcaban espléndidamente sus formas. Iba muy bien maquillada, con unos tacones de un palmo y su pelo oscuro caía sobre su hombro. Cuando la vi sacando fotocopias, casi me quedé sin habla.

-¡Estás impresionante Susi!.
- Me he puesto guapa para la cena, claro… como luego casi no vamos a tener tiempo.

Y otra vez la sonrisa picarona. Me puse en mi ordenador y contesté algún mail atrasado. Al rato me llamó Susana
  • Ayúdame Juan, voy a colocar esto expedientes en el archivo.
Sentí, que la voz venía del cuarto del archivo un pequeño cuarto con estanterías donde guardábamos los expediente antiguos. Me estaba con una pila de archivadores en el suelo, que quería poner en la última balda. Aunque estaba subida a una banqueta no alcanzaba.
No se como pasó, simplemente me acerque para subir un archivador, rocé su cuerpo que lo sentí fibroso, lleno, vibrante, calido, la miré, ella volvió su rostro, sus ojos marrones, su pelo oscuro, olí su perfume, nos quedamos a dos centímetros, y ya nos estábamos morreando casi con furia.

Sentía como con una mano me magreaba el trastero, y con otra mi berza, yo le agarraba de su nuca mientras nuestras lenguas jugueteaban. Así que esa era la respuesta. Tenías más ganas que yo. Volvía sentir el bulto en su pantálón me frote contra él, pero tras un rato le aparté suavemente y le indiqué que se sentara en taburete. Él obedeció mansamente.

Cuando me senté me quedé mirando, embobado como se quitaba su vestido de tubo de una sola pieza, debajo llevaba una braguita y un sujetador de encaje oscuro, sin medias. Se acercó hacia mí, y se quitó el sujetador, mostrando unos pechos firmes, no excesivamente grandes, morenos con un pezón pequeño totalmente erecto y duro como un garbanzo. Le bajé las braguitas y olí su cintura perfecta, su pubis afeitado, y bese su ombligo. Casi en un mismo movimiento me puse de pie y me baje los pantalones y los calzoncillos.

Agarre su berenjena con mis manos. Estaba totalmente empalmado, me pellizcaba los pezones con una mano, me mordía el cuello con sus labios y con la otra mano me acariciaba en círculos mi clítoris. Yo estaba totalmente mojada, no tenía sentido seguir con los preliminares.
  • Fóllame, cariño, fóllame
Me apoyó contra una pared que no había estanterías, me subió con fuerza una pierna para que la descansara en una torre cajas de papel de impresora, y me penetró. Me sentí llena de él. Hizo tres embestidas lentas y profundas. A la tercera embestida tenía sus 19 cm dentro de mi. Yo intentaba mover mis caderas para darle más ritmo, pero él retenía sus embestidas, tras un rato paró totalmente, me acarició el cuello y me miró .

Tenía que sentír ese momento, jorobar era un pibon. La agarré la nuca con mucha suavidad, la miré a los ojos, esos ojos marrones, profundos como un lago. Ella me devolvió la mirada y nos besamos. Empecé a darle ritmo, mientras mi berenjena entraba y salía, cada vez más rápido ella gemía, y tras un rato arqueó su espalda, lanzo un gritito, y me empujó suavemente para que saliese.

Me corrí, sentí mis fluidos. Le aparté de mi y nos besamos. Le miré su miembro, seguía a pleno rendimiento. Me dio la vuelta con fuerza y me apoyé mis manos en una estantería, y saqué el trastero en pompa, estaba a mil, deseosa de volver a sentirle dentro de mí, pero…
  • jorobar ¿has escuchado eso? Es la puerta de entrada…
Oimos una voz cascada “ ¿Hay alguien?”. Enseguida reconocimos al Sr. Ramirez. Un cliente de toda la vida, sesenton, con una minusvalía por algo de la espalda, que se pasaba cada dos por tres a preguntar por sus pólizas. Pero ¿un día de nochevieja a las 5 de la tarde? Vamos, no me jorobes… La saqué con cuidado y Susana se incoporó. Yo me quedé paralizado, pero Susana estuvo muy resolutiva. En un momento se volvió a enfundar en su vestido de tuvo elástico, y salió por la puerta. Yo me quedé como un pasmarote, empalmado y mirando las braguitas y el sujetador de encaje tirado por el suelo.

Salí temblando, y aun relámpagos de placer me cruzaban el vientre y subían por mi espalda. Iba como en una nube, me acerqué al mostrador e intenté poner una sonrisa hierática, como las azafatas de la tele. El Sr. Ramirez decía algo de un parte de un siniestro, pero yo apenas le escuchaba. En momento dado se quedó callado y me miró con descaro los pechos. Mis pezones erectos se marcaban demasiado en mi vestido, se podía notar hasta su areola. Sentía una gotita de fluido, ya fría deslizándose muy lentamente por la cara interna de muslo. La sensación m estaba volviendo loca, nunca había estado tan cachonda. Tras un rato de responder con monosílabos, conseguí despachar al buen señor, cerré la puerta de entrada y fui corriendo al cuarto donde dejé a Juan

Cuando volvió Susana mi erección apenas había bajado. Vi que se agachó para churruparla pero no quería que me la chupara, quería folllarla. La levanté y la volví a apoyar en la pared, prácticamente en la postura en que nos habíamos quedado antes. Esta vez no se quitó el vestido, simplemente se lo subí hasta la cintura y la volvía a penetrar. Esta vez con furia animal, desde el principio.

Tras un rato de embestidas volví a tener otro orgasmo brutal, mis piernas flaqueron y caí de rodillas. Juan no se cómo se las arregló, pero también se puso de rodillas sin llegar a salir de mí. ME agarró los pechos y me besó el cuello, y luego con delicadeza empujo mi espalda para que acabara a cuatro patas. Me agarro fuerte por la cintura y por unos instantes se quedó inmóvil. Me volví a mirarle y estuvimos un rato en silencio, luego sin decir nada de nuevo comenzó las embestidas, esta vez notaba que ya no podría aguantar más, no paraba de correrme. Para intentar escapar del placer que me abrumaba, me tendí en el suelo, pero Juan me seguía sin piedad con su miembro dentro. Ya no tenía sitio a donde escapar, estaba tenida boca abajo y Juan tendido sobre mi bombeando a un ritmo frenético.

Estaba a punto de correme, me la estaba amando en el suelo sucio del almacén, a un ritmo de locura, ella gemía como si no hubiera un mañana, en un momento ella se giró un poco y me miró con su cara transformada por el placer, mordiéndose el lábio inferior y con esa mirada profunda . Eso fue demasiado para mío, pero tuve el sentido de sacarla y desparramarme en su trastero y espalda. Inmediatamente sentí que relajaba su cuerpo, me tumbe sobre ella y la intente besar en los labios.

Juan se corrió sobre mi, me iba a volver a besarle, quería abrazarle, que me recogiera en sus brazos como un pajarito. Pero de repente, justo enfrente nuestro oí un ruido. Pensé “ no puede ser he cerrado la puerta con llave”, pero levanté la mirada y allí estaba Lidia.

No me lo podía creer. La muy cabrona había venido para comprobar que no nos habíamos marchado ante de la hora. Cuando cruzamos la mirada, vi que se puso roja. Seguro que llevaba ahí un rato viéndonos. Curiosamente ni Susana ni yo sentimos vergüenza, ni hicimos nada para taparnos. Lidia inició una serie de improperios y nos convocó a su despacho el siguiente día laborable. Dio un portazo y se fue.
Di el beso a Susana que quedó interrumpido por la aparición de Lidia

Fin de la primera Parte

Muy chulo Harry, gracias. :)

Es un relato que solo podría escribir un hombre. (yo me entiendo ;) )
 

Moonlighter

Princesa Rompecuellos Elegante
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12 Jul 2018
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Para ser el primero tiene buena pinta, he abierto un hilo sobre relatos a partir de una foto, creo que te puede resultar interesante espero que la OP no se nos queje del spam que acabo de soltar :p

Puedo preguntar como curiosidad que genero sueles escribir?
Tu tienes barra libre de spam en todos mis hilos Tini, ya lo sabes ;)
 

Moonlighter

Princesa Rompecuellos Elegante
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12 Jul 2018
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Hace muchos años, con una compañera de trabajo intercambie algún relato erotico-pronografico en plan cachondeo.

Aquí va uno de los que le mande, es larguillo, pero es lo se escribió en su día.

"

La hermana del Jefe.

Al joven abogado le solicitaron de nuevo ir a las oficinas de los accionistas a trabajar. Era bastante habitual en lo que se había convertido una costumbre de su jefe, que como dueño de la empresa tiraba del Asesor Jurídico para los asuntos corporativos como para los personales, en una especie de derecho de pernada laboral de algunos empresarios que los jóvenes prometedores acatábamos con la esperanza de que algún día fuéramos compensados o agradecidos por ello.

Tarde aprendimos que en el mundo de la empresa nadie te agradece los servicios extraordinarios y que los favores se olvidan tan pronto han sido prestados.

Lo que no sabía el Joven Abogado es que esa noche le depararía sorpresas, bastante de ellas muy gratas y otras simplemente impactantes…

Bien es cierto que aquello de trabajar un viernes a la tarde no le hacia ninguna gracia, pero también le picaba la curiosidad por la naturaleza del trabajo que se le encomendarían.

  • Hola, tercia el empresario, que tal estas, mira te he llamado porque necesito que ayudes a mi hermana.

    ¿Mi hermana? Pensó el joven abogado, ¿Que hez es esta?…

  • Mira, es que ella es abogada (el Joven abogado ya lo sabia, ya que compañeros le habían hablado de ella, decían que era joven y muy guapa, que fue bailarina en Nueva York, donde había vivido hasta ese año que se había trasladado a Madrid a trabajar en una importante firma de abogados) Y necesito que le ayudes con unos contratos de representación de grupos musicales…

    jorobar, lo que faltaba, pensó, contratos de representación de grupos musicales, ni astuta idea, pero bueno, es el jefe, así que habrá que aguantar…

  • Mira esta es Marta, mi hermana
  • Encantada
  • Encantado, donde nos ponemos a trabajar?
  • Podéis pasar a mi despacho, yo os dejo, hasta el lunes…

    Demonios, era mucho mas guapa de lo que pensaba. Alta, rubia de larga melena, delgada, enormes pechos y andares de pantera donde se notaban los años de bailarina en la armonía de sus movimientos.

    La tarde fue muy larga y a él le costo mucho concentrarse en el trabajo, aunque, tras un importante esfuerzo, este quedo finalizado…

    Ya eran más de las 10 de la noche cuando se dispusieron a salir de las oficinas cuando, en el portal encontraron las verjas de seguridad de las oficinas cerradas. Ninguno recordaba que el fin de semana se cerraban las oficinas y que el portero se marchaba a las 10 de la noche en punto.

    Se rieron bastante, y bromearon con la posibilidad de pasar el fin de semana encerrados en aquellas oficinas, para, al de un rato, María dijo

  • Llamo a mi hermano que tiene llaves y nos sacara de aquí…

    Dicho y hecho casi a las 12 de la noche aparece su hermano y jefe del Joven abogado jurando en hebreo porque le habían hecho vestirse y salir de casa, así que les abrió la verja de la oficina-prisión e inmediatamente se volvió a su hogar soltando improperios.

    En ese momento, el joven abogado, viendo que ya era tarde, que era viernes y que la tarde se había perdido entre contratos absurdos de grupos de música que jamás triunfarían más allá que entre sus amigos cercanos, propuso.

  • No se…Te apetece tomar una cerveza?
  • Vale…

    Bueno, al menos tomaría una cerveza con la hermana de su jefe, la mujer no estaba pero que nada mal y la verdad es que era bastante agradable, después de una tarde perdida no era mal plan…

    Ella tomando esas cervezas le fue contando su vida, que estaba casada con un compañero de la universidad, que tenia un crío pequeño a los que había dejado en Madrid, que había vivido la bohemia neoyorkina y española donde había conocido a famosos…

    Sinceramente, al Joven abogado tampoco le interesaba demasiado la vida de Marta, pero esta tenía una conversación agradable y las cervezas caían una detrás de otra con candencia meteórica, lo que hizo que pronto, ambos estuvieren bastante eufóricos.

    Pasadas unas horas en las que no hicieron sino casi acabar con las existencias de Kilkenny del bonito pub irlandés en el que estaban ella dice:

  • Uff, estoy cansada, voy a ir a casa poco a poco.
  • Donde vives? Si quieres te acompaño, no vas a ir sola a estas horas
  • Cerca, en la calle Perez Galdos, es la antigua casa de mis padres que ahora viven en Marbella, invernando…

    Llegados, no sin dificultad, hasta el portal el Joven Abogado se aprestaba a despedirse cuando ella le dice

  • te apetece subir y tomar algo? Una coca cola para despejarnos?
  • OK, vamos…

    Ya en la casa, el joven abogado un tanto tambaleante y con la lengua espesa por el alcohol se sienta en el sofá mientras ella dice que se va a quitar la ropa de trabajo que le incomoda…

    Entre los vapores de la cerveza que nublan un tanto la claridad de su vista y supongo que de su percepción la ve venir vestida únicamente con una camiseta y descalza sentándose a su lado. No sabe muy bien como, pero al de unos instantes están besándose tocando el su pecho turgente y, tímidamente, un sesso mojado que ella, sin recato, empieza a mostrar apartando sin disimulo la camiseta que apenas lo cubre.

    Es entonces cuando el joven abogado no puede más y le dice

  • ¿Perdona, tengo que ir al baño…, donde esta?
  • Ven, por aquí…

    El joven abogado llega con un aspecto un tanto estrafalario, en calzoncillos, con los calcetines puestos, media erección y con una urgencia casi limite, diciéndose a si mismo, que no llego, que me lo hago en el pasillo…

    Afortunadamente, llegan al servicio, el con los gayumbos bajados y empezando a orinar ella, sin pudor alguno, se sienta en el bidet al lado de la taza en la que el se estaba descargando y comienza también a orinar…

  • Uf, yo tampoco aguantaba…

    El hecho de que ella estuviera mirando como orinaba con su rostro a diez centímetros de su miembro no dejaba de darle una mezcla de vergüenza y excitación que aumentaba la erección lo que provocó que la puntería no fuera la mejor poniendo en peligro un correcto enceste cuando ella le agarra el miembro y dice

  • Ja, Ja, ten cuidado, apunta bien, mira así…

    Dios, esto es surrealista, estas borracho y la hermana de tu jefe te la esta sujetando mientras meas y ella a su vez esta meando también, piensa el joven abogado cuando ella con dos movimientos de mano sacude ligeramente el miembro y sin decir palabra se lo introduce en la boca.

    Empieza a sacar brillo a pesar de que, al estar erecta, todavía sigue escurriendo orina, sin que ella haga amago o mueca de ardor de estomago, retirarla o escupir.

    jorobar, jamás había visto esto, piensa el Joven abogado mientras la adrenalina de la excitación sensual contribuye a despejar su mente y a lograr una erección de la que había dudado por la cantidad de alcohol ingerido.

    De hay a la cama no hubo mas que unos segundos que se pasaron como en un sueño. Ya en la cama el joven abogado se aprestaba a perforar el sesso de la bella compañera cuando ella le dice:

  • Por hay no, no me la metas por el cachopo
  • ¿Qué? ¿Y eso?
  • No se, es como si le pusiera los cuernos a mi marido, métemela por detrás…

    Ciertamente sorprendente los esquemas morales de algunas personas, permitir ser colleja no es poner cuernos pero que te la metan por delante si. Curioso.

    Tampoco vamos a hacer ascos a esta oportunidad, pensó el joven abogado, pues mejor…

    La penetra analmente lentamente mientras ella se retorcía de gusto hasta que le dijo:

  • Mas fuerte, cabrón, ¡mas fuerte!. amame mas fuerte!

    El Joven abogado empuja con furia porcina ;-) y viendo que a ella le gusta estar en esa difusa frontera que separa el placer y el dolor le da un fuerte azote en la blanca nalga a lo que ella reacciona un gemido de placer aún más intenso.

    El golpea su trastero mientras siente como llega un orgasmo torrencial que empieza a recibir con espasmos a lo que ella, dándose cuenta de que el momento se acerca se da la vuelta y, sacándola de su trastero, la introduce en su boca mientras el joven abogado eyacula cantidades que en su vida hubiera creído ser capaz de almacenar en sus genitales, cantidades que deben ser buen alimento para la carne, el espíritu y la libido de la muchacha ya que son ingeridas sin desperdiciar una gota simultáneamente a la masturbación que se practica y que hace que el orgasmo que ella también alcanza sea de dimensiones épicas.

    Tras el orgasmo este joven abogado cae rendido a la cama mientras que ella comienza a besarle en el cuello y en el pecho mordiendo sus pezones con tal fuerza que casi le hacen gritar a lo que el en cumplida respuesta empieza a morder allí donde alcanza, en sus pechos, trastero, sesso, convirtiendo un polvo en una suerte de batalla de mordiscos y llaves de lucha grecorromana que hacen que el placer y el dolor estén a veces tan cerca que sea difícil distinguirlos.

    Tras un rato tonteando, ambos cejan, agotados y tumbados en la cama, cada uno acariciando el sesso del otro, calmadamente, empiezan a charlar…

  • Uf, dice ella, me has dejado casi llena, tengo la sensación de haberme comido una cuajada sin azúcar de golpe…
  • Ja, Ja, perdona, pero tu has querido, yo me iba a correr dentro de tu trastero…
  • No, hay cosas que me ponen, y una de ellas es ver la cara que ponéis los tíos cuando nos lo tragamos.
  • ¿Por qué dices eso? Has tragado mucho? Ja, Ja,
  • No te creas, pero es una fantasía vuestra que la mujer se lo trague y también, es verdad, de algunas chicas, reconozco que a mí me pone tragármelo. Ahora no lo haría, pero en el momento me encanta.
  • A mi también me encanta, venga, te cambio una fantasía tuya por otra mía…

    Ella, sigue acariciando su miembro, el cual va tomando volumen tras el descanso y la conversación subida de tono, le dice:

  • Ja, Ja, ya se la tuya, hacer un trío…
  • cachopo, como lo has adivinado?
  • Porque es la fantasía por antonomasia de los hombre, hacéroslo con dos mujeres… ¿Lo has probado?.
  • Pues no, pero no me importaría, la verdad es que he pensado alguna vez recurrir a profesionales, pero no tendría gracia, así que hacer un trío y en Bilbao… me parce que se quedara en fantasía para toda la vida…a no ser que tengas una amiga y nos animemos un día…
  • Anda ya! No sueñes majo. No creo que mis amigas se apuntaran a hacer algo así.
  • ¿y tu, te apuntarías?
  • ¿Con dos tíos, dices?
  • No pero…, te lo harías con dos tíos?
  • Si, lo hice una vez con mi marido y un amigo cuando éramos amigos del grupo y todavía no salíamos…
  • ¿jorobar! Y te gusto?.
  • La verdad es que si, la sensación de tener una berenjena en el trastero y otra en el conejo fue… bueno, fue… diferente, me gustó, el punto de placer y dolor de sentirte amada por partida doble…fue heavy.
  • Buf, y dime esa es tu fantasía sensual?
  • No tengo otra que también me pone bastante, que me vean haciéndolo.
  • ¿Qué te vean?
  • Si, hacerlo en un sitio publico o algo así, pero no muy descarado…No se, en la playa, en un parque a la noche…
  • Venga, dime algo fuerte de verdad, que es lo mas de lo mas que has hecho?
  • Mmmmm, creo que lo mas así, es que me han meado en la boca…
  • ¡¿Qué?! jorobar, ¿y te gusto?
  • La verdad es que no ha estado mal, no se, diferente…si, es guarro pero excitante.
  • ¿jorobar y con quien?
  • Contigo hace un rato, cabrón, que no te la sabes ni sacudir, y me he tragado medio vaso, Ja, Ja, Ja
  • ostra!, perdona, …Poniendo cara de malo… ¿Repetirías?
  • ¿Y porque no? Me ha gustado.

    En ese momento me volví a levantar para volver a correrme en su boca, mientras ella volvía a tragar hasta la última gota de mi regalo, después de haberme enseñado su boca llena a rebosar y diciendo ¿Te gusta así, enseñándotelo?

    Me tumbe en la cama agotado y supe que estaba más cerca de los dioses que de los hombres y que nunca algo igual se volvería a repetir. Creo."





Está muy bien! aunque sigo pensando que es erotismo muy "material", os pasa a todos los chicos cuando escribís algo erótico. Qué te dijo tu amiga cuando se lo enviaste? hubo final feliz para aquella relación? :p
 

End

Himbersor
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Está muy bien! aunque sigo pensando que es erotismo muy "material", os pasa a todos los chicos cuando escribís algo erótico. Qué te dijo tu amiga cuando se lo enviaste? hubo final feliz para aquella relación? :p
Erotismo material? Puedo imaginar por dónde van los tiros pero podrías explayarte mujer , siempre esta bien escuchar la opinión de una mujer, sobre todo en estos temas que nos conciernen;)
 

Moonlighter

Princesa Rompecuellos Elegante
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Erotismo material? Puedo imaginar por dónde van los tiros pero podrías explayarte mujer , siempre esta bien escuchar la opinión de una mujer, sobre todo en estos temas que nos conciernen;)
jajajaja, vale

Me refiero a regocijaros describiendo todo muy fisionómicamente. Y centrados en la actividad física, que si agarras, que si frotas, que si empujas... y poco interés por lo que se piensa, se dice, se fantasea, se suplica, se somete...
 

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Himbersor
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jajajaja, vale

Me refiero a regocijaros describiendo todo muy fisionómicamente. Y centrados en la actividad física, que si agarras, que si frotas, que si empujas... y poco interés por lo que se piensa, se dice, se fantasea, se suplica, se somete...
Si, imaginaba una respuesta parecida a eso.

Supongo que sería algo más así no? (No es mio, lo escribió una chica)

Diría que llevo bastante tiempo tentando, quizá tentandome, e incluso puede que tentandote.
Y es que para serte sincera, ganas de ti no faltan, sobran.
Llevo mucho, pero mucho tiempo planteándome cómo sería volver a sentirte dentro, o bueno,
quizá ya no solo se trate de ti. Más bien me planteo cómo sería volver a sentir un hombre,
fuese quién fuese. Y si te soy sincera, solo de pensarlo, estremezco.


Es un pequeño extracto de algo más largo, pero si, el estilo que tenéis las mujeres es para mi gusto más limpio, nosotros somos más animal y vosotras más mente (generalizando atope claro), en mi caso siempre he intentado acercarme más al estilo de escritura de una mujer que de un hombre, como digo me resulta "más limpio", has leído varias cosas mías y has visto que siempre lo intento llevar por un terreno más mental que físico, aún así... si, estoy a años luz del estilo de cualquier mujer:p.

Mal sitio para hacer estas "confesiones", en foro misógino... se ve que me va la marcha roto2

Animate un día y sube algo al hilo que lo tienes abandonado :p y así nos demuestras como escribe una mujer;)
 

Moonlighter

Princesa Rompecuellos Elegante
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Si, imaginaba una respuesta parecida a eso.

Supongo que sería algo más así no? (No es mio, lo escribió una chica)

Diría que llevo bastante tiempo tentando, quizá tentandome, e incluso puede que tentandote.
Y es que para serte sincera, ganas de ti no faltan, sobran.
Llevo mucho, pero mucho tiempo planteándome cómo sería volver a sentirte dentro, o bueno,
quizá ya no solo se trate de ti. Más bien me planteo cómo sería volver a sentir un hombre,
fuese quién fuese. Y si te soy sincera, solo de pensarlo, estremezco.


Es un pequeño extracto de algo más largo, pero si, el estilo que tenéis las mujeres es para mi gusto más limpio, nosotros somos más animal y vosotras más mente (generalizando atope claro), en mi caso siempre he intentado acercarme más al estilo de escritura de una mujer que de un hombre, como digo me resulta "más limpio", has leído varias cosas mías y has visto que siempre lo intento llevar por un terreno más mental que físico, aún así... si, estoy a años luz del estilo de cualquier mujer:p.

Mal sitio para hacer estas "confesiones", en foro misógino... se ve que me va la marcha roto2

Animate un día y sube algo al hilo que lo tienes abandonado :p y así nos demuestras como escribe una mujer;)

Es perfectamente posible combinar ambas cosas Tini. A mi no se me da bien esto cielo, y tampoco tengo ahora mismo mis dias más inspirados. Cuando me sienta con fuercitas te prometo que intentaré escribir algo.

A mi esta noche me apetece más este rollo, nuestros abuelos, bisabuelos más bien, si que sabían lo que había que decir.

Voy a apagar la luz
para pensar en ti,
y así dejar volar a mi imaginación.
Ahí, donde todo lo puedo,
donde no hay imposibles,
qué importa vivir de ilusiones
si así soy feliz.
Pero cómo te abrazaré,
cuanto te besaré,
mis más ardientes anhelos
en ti realizaré.
Te morderé los labios,
me llenaré de ti
y por eso voy
a apagar la luz
para pensar en ti.

Armando Manzanero debía de ser un Alfa de manual :p