Apocalipsis now
Forocochero
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Hace ya algunos años, mi hijo tuvo problemas en el colegio, no le daba la gana estudiar y no atendía en clase. Aprendió a hablar muy pronto, y en lo que a mi me concierne su capacidad y desarrollo cognitivo siempre fueron correctos, pero si es cierto que siempre fue algo gamberro y revoltoso.
Tuve que suplicar a sus profesoras que no le hiciesen repetir 4° de primaria, pero ya en quinto vinieron unas psicólogas a hacerle un test de CI para determinar cuál era, según ellos, el problema. Me dijeron que mi hijo estaba rozando la estultidez, que estaban en un verdadero vericueto al no saber de qué lado decantar la balanza, así que me dijeron que repetirían el test la semana siguiente.
Tuve que tomar una decisión difícil, su madre pasaba un poco del asunto, más por resignación que por desatención, pero yo cogí a mi hijo por banda, y le dije que contestase mal a propósito. Las psicólogas me habían explicado cómo eran esos test, así que hice un par de ellos con él y le dije que marcase al menos un par de respuestas deliberadamente incorrectas en cada columna.
Así lo hizo, y al cabo de una semana las psicólogas lo declararon deficiente, dijeron que podría acabar quinto y sexto con baremo rebajado pero que ya en la ESO debería ir a diversificación. Me recomendaron solicitar ahí mismo la subvención por deficiencia, y me dijeron que no me preocupase, que la subvención sería indefinida e incluso, bajo la legislación de aquel entonces, se doblaría al alcanzar la mayoría de edad.
Era justo lo que pretendía, aprovechar la vicisitud para conseguir paguita para mí y mi hijo de por vida. Lo hice sobretodo por él, para darle una vida mejor y más sencilla de lo que yo tuve, pero no valoré bien las contras en ese momento, las hijas de fruta de sus profesoras se fueron de la lengua, y mi hijo sufrió bullying y burlas a diario...
Luego sigo.
Tuve que suplicar a sus profesoras que no le hiciesen repetir 4° de primaria, pero ya en quinto vinieron unas psicólogas a hacerle un test de CI para determinar cuál era, según ellos, el problema. Me dijeron que mi hijo estaba rozando la estultidez, que estaban en un verdadero vericueto al no saber de qué lado decantar la balanza, así que me dijeron que repetirían el test la semana siguiente.
Tuve que tomar una decisión difícil, su madre pasaba un poco del asunto, más por resignación que por desatención, pero yo cogí a mi hijo por banda, y le dije que contestase mal a propósito. Las psicólogas me habían explicado cómo eran esos test, así que hice un par de ellos con él y le dije que marcase al menos un par de respuestas deliberadamente incorrectas en cada columna.
Así lo hizo, y al cabo de una semana las psicólogas lo declararon deficiente, dijeron que podría acabar quinto y sexto con baremo rebajado pero que ya en la ESO debería ir a diversificación. Me recomendaron solicitar ahí mismo la subvención por deficiencia, y me dijeron que no me preocupase, que la subvención sería indefinida e incluso, bajo la legislación de aquel entonces, se doblaría al alcanzar la mayoría de edad.
Era justo lo que pretendía, aprovechar la vicisitud para conseguir paguita para mí y mi hijo de por vida. Lo hice sobretodo por él, para darle una vida mejor y más sencilla de lo que yo tuve, pero no valoré bien las contras en ese momento, las hijas de fruta de sus profesoras se fueron de la lengua, y mi hijo sufrió bullying y burlas a diario...
Luego sigo.